Elecciones 4-M

Libertad frente a comunismo

Esperanza Aguirre y Cristina Almeida son dos mujeres de armas tomar que representan ideas opuestas y tienen en común que forman parte del parlamentarismo madrileño

Aguirre vs Almeida
Aguirre vs AlmeidaC G Santos y G PerezLa Razón

No cabe duda de que la Política no deja de sorprendernos. Vivimos días históricos por encima de nuestras posibilidades. Los acontecimientos de las últimas semanas, así lo confirman. La sorprendente moción de censura presentada por Ciudadanos y PSOE en la región de Murcia desencadenó el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid, y entre medias, mañana se debate otra moción en Castilla y León que tras la baja de una procuradora del partido naranja, da alas a un posible triunfo. Creímos, que tras las catalanas, no volveríamos a las urnas, en al menos unos meses. ¡Bendita ilusión!. El giro de guión en Murcia desató un verdadero vendaval, de consecuencias aún impredecibles, donde la ciudadanía esta llamada a elegir nuevos representante en la Comunidad de Madrid. No es un plaza baladí. Las próximas elecciones en Madrid son en clave nacional y se decidirá entre dos modelos de gestión: el representado por la Presidente madrileña, Isabel Díaz Ayuso o el de la coalición, donde el aterrizaje, por sorpresa, del vicepresindente segundo, Pablo Iglesias, añade todavía más pimienta a la cita electoral.

Génova se mira en el espejo de Esperanza Aguirre, que logró tres mayorías absolutas, una gesta de la que pocos dirigentes pueden presumir. La izquierda, por su parte, anhela, los tiempos de Joaquín Leguina, el único presidente, hasta la fecha, de izquierdas que gobernó la Comunidad.

LA RAZÓN analiza con dos grandes mujeres –Esperanza Aguirre y Cristina Almeida– de dilatada experiencia que conocen de primera mano los entresijos de la política madrileña. Son como el día y la noche pero sus ideas y opiniones son reflejo de la sociedad.

Esperanza Aguirre: «La campaña será lo más sucio contra Ayuso»

Esperanza Aguirre
Esperanza AguirreCONNIE G. SANTOSCONNIE G. SANTOS

Esperanza Aguirre (1952) nunca ha pasado desapercibida. Su extensa carrera política está llena de hitos. Fue la primera mujer que presidió el Senado, se convirtió en la primera presidenta de una autonomía, salió indemne de un accidente de helicóptero, escapó en calcetines de un atentado en Bombay y sorteó al cáncer. Ahora, con la tranquilidad del deber cumplido, atiende a LA RAZÓN para conversar sobre las próximas elecciones en Madrid y analizar el actual clima político.

La expresidenta no tiene duda: «La campaña será lo más sucio que usted haya visto nunca contra Isabel Díaz Ayuso». En su opinión, la decisión de convocar elecciones anticipadas en la comunidad madrileña «ha sido valiente, muy bien pensada y muy bien asesorada en lo jurídico. Para mí, Isabel Díaz Ayuso ha demostrado una gran inteligencia y un enorme valor».

En pleno terremoto murciano, donde las palabras «transfuguismo» y «tamayazo» vuelven a ocupar las primeras líneas de los diarios, Aguirre no obvia que la ausencia de dos diputados socialistas le acercaron a la presidencia de la comunidad por primera vez. Sin embargo, se defiende y recuerda que tras ese episodio, convocó elecciones. «Yo no me quise investir con los votos de esos señores. Convoqué nuevas elecciones y ganó el PP, con la lista que yo encabezaba, por mayoría absoluta. Así tres veces seguidas, y cada vez con mayor mayoría». A su juicio, el hecho de no necesitar pactos para gobernar, es una de las principales diferencias con el escenario actual en la Comunidad de Madrid. «Isabel Díaz Ayuso no solo no tiene mayoría sino que en 2019 , el PP no ganó las elecciones. Ha tenido que hacer un gobierno de coalición con una persona que se ha demostrado de una lealtad discutible», dice en referencia al ya ex vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado. «No le bastaba con Cs, le faltaba también el apoyo de Vox, por lo tanto, Ayuso ha tenido una circunstancia muy distinta a la que tuve yo. Muchísimo mas difícil y que ella ha sorteado con un seguridad y un bien hacer admirable», describe.

Respecto a la actual situación de crispación, Aguirre sostiene que «no todos tenemos que pensar lo mismo. El disenso es Democracia, por lo tanto, discrepar es lo que hay que hay que hacer». Sin embargo, se muestra crítica con las palabras que pronunció el vicepresidente segundo cuando anunció su candidatura «Otra cosa es que Iglesias, desde su despacho de la vicepresidencia, después de decir que se va nos llame a los demás delincuentes y criminales. Eso es impresentable. Y si se va a presentar a las elecciones, tiene que dejar el despacho», dice con firmeza.

Ante la pregunta de si teme que el comunismo llegue a Madrid responde que «Ayuso va a tener un resultado verdaderamente extraordinario y creo que el señor Iglesias, como no va a conseguir que lo vuelvan a nombra vicepresidente, pues a lo mejor se queda con el escaño en el Congreso porque dudo mucho que se vaya a hacer oposición. Es un señor que ya tiene un casoplón en propiedad mientras nos habla de los desfavorecidos pero no hace nada por ellos, mientras que, Isabel Díaz Ayuso vive en un pisito de 60 metros cuadrados, de alquiler», concluye la expresidenta.

Cristina Almeida: «El clima político es absolutamente nocivo»

Cristina Almeida, abogada.
Cristina Almeida, abogada.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

Cristina Almeida (1944) es uno de los rostros más representativos de la izquierda española. Abogada de profesión y ferviente defensora de la igualdad entre hombres y mujeres, se dedicó a la Política durante más de 30 años. Desempeñó el cargo de concejala en el Ayuntamiento de Madrid dentro del equipo municipal dirigido por Enrique Tierno Galván y en 1997, siendo diputada en el Congreso de los Diputados, abandonó IU para formar un nuevo partido, el Partido Democrático Nueva Izquierda, con el que formó coalición con el PSOE de Madrid para las elecciones autonómicas que eligieron a Alberto Ruíz Gallardón como Presidente de la Comunidad Autónoma. Su voz es una de las más autorizadas para describir el actual clima político que define como «absolutamente nocivo para la ilusión democrática y nocivo para la gente en general porque estamos pasando una situación muy difícil y ahora por encima de la situación difícil se está poniendo la guerra de los políticos, sin tener en cuenta la situación de los ciudadanos».

Según explica en una conversación con LA RAZÓN, hay tres motivos que, a su juicio, explican este clima de confrontación en la política española. Por una lado, el nivel político, que describe como «muy bajo». En segundo lugar, la entrada en escena de la ultraderecha que considera está «creando una situación de crispación y de odio mucho mayor de la que ha existido en todo este tiempo». Y, por último, una sensación de falta de legitimidad del Gobierno que salido de las urnas y de los pactos.

Con la atención puesta en los próximos comicios madrileños, Cristina Almeida observa que existe una «agresividad que no tiene nada que ver con la Política, por lo menos, como yo la entiendo». Sin pelos en la lengua y con la experiencia de decenas de momentos históricos a sus espaldas, la abogada y política señala que el lema de campaña de la Presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, le retrotrae a la época de Franco. «Aparte de que nos quieran meter el miedo al usar comunismo versus libertad, aquí en España prefiero el comunismo que la libertad que nos ofrece los de Vox, o ahora los vinculados con el PP», dice con rotundidad.

Preguntada por el liderazgo de Isabel Díaz Ayuso, Almeida lo define con un «bluf absoluto». Considera que «se ha querido convertir en una especie de musa o heroína de la derecha que, yo con todo el respeto, creo que se ha montado una idea de ella misma que no es la que se tiene en la sociedad». En ese sentido, advierte de que no es tan seguro que logre la ansiada mayoría absoluta por lo que probablemente necesite los votos de Vox.

Respecto a la salida de Iglesias del Ejecutivo para encabezar la candidatura de Podemos, opina que «lo hace pensando en su partido» porque no quiere que se quede fuera de la instituciones madrileñas. No obstante, se muestra crítica ante este baile de sillones en la política porque en su opinión se trata de un servicio público ya que la «comunidad necesita gente que se vaya a quedar y no solo que venga a hacer una apuesta y luego se vaya», concluye.