Elecciones

Catarsis en el socialismo madrileño

Toca poner todo patas arriba para intentar enderezar el rumbo errático de la federación madrileña

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) junto con el candidato socialista para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo (d) durante la presentación de Gabilondo como candidato en Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) junto con el candidato socialista para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo (d) durante la presentación de Gabilondo como candidato en MadridEVA ERCOLANESEPartido Socialista / EFE

La desolación cunde en el PSOE-M. Descabezados, sin referentes solventes entre sus filas, los socialistas madrileños han sido pillados a contrapié por Ayuso. Una organización en estado comatoso afronta el 4-M con escasas dudas sobre su derrota final. Nadie cuestiona la capacidad de Ángel Gabilondo para empatizar con una federación muy complicada y hecha a la oposición, pero el «profesor» llega a las urnas con un liderazgo dañado porque está de salida.

Pedro Sánchez contaba con disponer hasta 2023 para renovar su proyecto en Madrid. Su plan pasaba por el mismo mecanismo que le encumbró a él: una moción de censura para asaltar la Puerta del Sol con un candidato distinto. Y ahí entraba en juego una clave temporal. Estos movimientos quedaban supeditados a la renovación de los órganos constitucionales de la mano del PP, que semanas atrás pareció a punto de lograrse. Sánchez colocaría entonces a Gabilondo como Defensor del Pueblo.

La operación saltó por los aires y el presidente del Gobierno ha decidido emprender una catarsis a fondo del PSOE-M. De ahí su apuesta personal por Hana Jalloul, convertida de inmediato en «número 2» del candidato. De padre libanés, aunque nacida en Zaragoza, profesora de la Universidad Carlos III, doctora en Relaciones Internacionales, ya fue incluida en la anterior lista a la asamblea regional de 2019 en el puesto 20º.

Un ascenso meteórico motivado por el hecho de que Sánchez tenía decidido lanzar a la arena de Madrid a una mujer formada, de su tiempo y además considerada «valiente». Fue el rasgo que llamó su atención tras verla denunciar mensajes racistas contra ella en Twitter. «Vuestro odio no me va a amedrentar», dejó escrito meses atrás. A partir de ahí, Sánchez pensó en ella como su «mirlo blanco» para 2023.

La ya conocida como «nueva Kamala Harris», según el aparato de propaganda de Moncloa, llega acompañada por otros nombres de futuro. Así, ha aterrizado como número 4 en la lista el alcalde de Soto del Real, Juan Lobato, con la intención de entregarle las riendas del socialismo madrileño en sustitución de José Manuel Franco en el cónclave regional que se celebrará a finales de año.

Por tanto, la reconstrucción del PSOE-M está en marcha. Sánchez coloca sus piezas mientras, desde La Moncloa, el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, teledirige en su nombre el proceso interno, incluidas las líneas estratégicas para los próximos años, y el jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, pilota la campaña.

El banquillo se mueve también en el Ayuntamiento de Madrid. El batacazo de Pepu Hernández en 2019 evidenció la debilidad de las siglas en la capital y la mala elección del candidato. Sacar a Irene Lozano del Consejo Superior de Deportes para incluirla en la lista de Gabilondo no tendría otra finalidad que cubrir el hueco que ella deja con el otrora seleccionador nacional de baloncesto. Algo que muchos socialistas deseaban hace tiempo dada la paradójica incapacidad de Pepu para hacer equipo.

Calentando en la banda ya está la joven Mercedes González, periodista de formación y portavoz adjunta del grupo municipal socialista. En La Moncloa dan por hecha su promoción como la candidata natural. Su determinación a la hora de poner orden habría llamado la atención de Sánchez.

Aunque el malestar en el seno del PSOE madrileño sea mayúsculo, tres décadas sin tocar poder ni en la región ni en el ayuntamiento de la capital resultan excesivos como para cuidar procedimientos democráticos como las primarias. Conque ¿para qué disimular? Toca poner todo patas arriba intentando enderezar el rumbo errático de la federación, que en buena medida se debe a las intervenciones de los sucesivos secretarios generales del PSOE. La pregunta está en el aire: ¿será ello posible?