Un mes de la crisis

Remodelación de Gobierno «improvisada» y «sin liderazgo»

Los expertos dudan de si los cambios en el Ejecutivo aseguran la legislatura. Critican la falta de gestión y que Pedro Sánchez sólo busque vender «una imagen más renovada»

Un Gobierno en reunión permanente
Un Gobierno en reunión permanenteCristina BejaranoLa Razón

El pasado 10 de julio a las 9.30 de la mañana saltó la noticia. Pedro Sánchez, que había dicho en varias ocasiones que la remodelación de su Ejecutivo «no» era un prioridad, preparaba «una profunda remodelación de la parte socialista del Gobierno». El jefe del Ejecutivo superó todas las expectativas y renovó a siete de los 17 ministros del PSOE, además de a su jefe de gabinete, Iván Redondo, en una maniobra que sorprendió a muchos. Un mes después, el relevo no ha acabado de cuajar todavía en un calendario marcado por el descanso estival, las vacaciones, los vaivenes de la campaña de vacunación y el desorbitado precio de la luz, según los expertos consultados por LA RAZÓN.

Juan Carlos Jiménez, experto en historia del pensamiento y de los movimientos sociales y político de la Universidad CEU San Pablo, pone el acento en el desconocimiento que tiene la opinión pública de los nuevos ministros. «Si tú le preguntas a la gente quiénes son los nuevos ministros, no te dirán sus nombres porque no los conocen y tampoco han hecho nada de momento como para poder valorarlos», explica. No en vano, muchos de las nuevas caras, al proceder del municipalismo, son verdaderas desconocidos a nivel nacional. Para el experto, durante este primer mes la labor de los nuevos ministros ha sido «insignificante» ya que Sánchez ha sido incapaz de rentabilizar la crisis de gobierno. «Su pretensión era que poniendo unas nuevas ministras, simpáticas y jóvenes, que dieran una imagen más renovada al Ejecutivo iba a conseguir algo. Pero Sánchez se equivoca porque cree que gobernar es una cuestión de pura imagen y el problema es que hay ideología pero también hay gestión y la gestión no existe».

En lo que coinciden los expertos consultados es en subrayar el momento escogido por el jefe del Ejecutivo para realizar la crisis de Gobierno. No en vano, fue una calurosa mañana de sábado de principios del mes de julio cuando echó a rodar su nuevo equipo con el que objetivo de frenar el desgaste político de un gabinete sobrecargado por las polémicas y los conflictos internos.

Pedro Marfil, profesor en la Universidad Camilo José Cela y miembro directivo de ACOP, asegura que la decisión de hacer la crisis de gobierno justo antes de vacaciones es «inteligente porque evitas desgaste y que los nuevos miembros se quemen». En su opinión, durante este mes la presión mediática «no está precisamente en la política», una circunstancia que favorece que los nuevos inquilinos del Consejo de Ministros dispongan de tiempo para rodar y preparar internamente sus equipos para ya en el mes de septiembre entrar de lleno en la gestión.

El primer mes tras la gran remodelación, que afectó a casi todas las carteras políticas del ala socialista, se ha caracterizado por la «improvisación». Así lo describe el consultor del Centro Internacional de Gestión y Marketing Político (CIGMAP) de la Universidad Camilo José Cela, Eduardo González Vega, quien pone el acento en las continuas correcciones protagonizadas por los ministros durante estos treinta días. «Se están diciendo una cosa y la contraria en aspectos muy importantes y además están aflorando más tensiones con el socio de gobierno». Asuntos como la gestión de los MIR, los impuestos en la Comunidad de Madrid o la ampliación del aeropuerto de El Prat han hecho florecer peleas internas entre los miembros del Ejecutivo. Además, según el experto, falta plan y hay ausencia de liderazgo. «Pedro Sánchez no está tomando las riendas de todo este tipo de improvisaciones», matiza.

Respecto a si esta revolucionaria remodelación es la llave con la que el presidente asegura la legislatura, los expertos tienen dudas. «Habrá que verlo en septiembre», señalan.

No en vano, más de un mes después de los cambios, las encuestas siguen sin darse la vuelta a pesar del buen ritmo de vacunación y el parón estival. Además, los morados tampoco remontan y siguen adoleciendo la salida de Pablo Iglesias ya que están estancados en los sondeos. Además, el tarifazo de la luz amenaza con romper las costuras de la coalición debido a la diferencia de posturas y el cruce de acusaciones de la última semana.