Josep Ramón Bosh
El «momentum» y el PSOE
ERC y Bildu saben que el PSOE no negocia, le obligan a negociar
En inglés existe la palabra «momentum» que viene de la misma raíz latina que «momento», perotieneun significado bien diferente. En física, define el efecto que la masa y la velocidad tienen en un cuerpo en movimiento, pero en el lenguaje coloquial usado por los anglosajones, se emplea para expresar el impulso o notoriedad que una idea o persona tiene en un momento determinado, especialmente cuando se trata de temas políticos.
Ayer por la mañana, y en La 2 y Ràdio 4, Gemma Nierga entrevistó a Oriol Junqueras, el líder de ERC, partido se está convirtiendo en hegemónico en la Catalunya decadente. Con su clásica impostura mesiánica, una voz meliflua y plana, aparentando bondad y calma, transmitió un mensaje demoledor a la opinión pública catalana sobre el plan separatista, que siguen tramando los que quisieron destruir la convivencia en el otoño de 2017. En sus declaraciones a RTVE, Junqueras cargó duramente contra el gobierno socialista, contando un plan que sigue la lógica de un proceso rupturista, imponiendo un relato donde solo se ven enemigos interiores y exteriores donde debería haber adversarios políticos, dividiendo a los catalanes en bandos de buenos y malos. Y a los socialistas, en su delirio comunicativo, los situaba alineados con la hez de la sociedad española, que, para neófitos en lenguaje supremacista, son los votantes del PP, VOX y Ciudadanos. Sólo esperan el «momentum» para volver a desestabilizar la democracia española, y conseguir su ansiada republica.
Junqueras, exhibiendo impúdicamente su condición de mártir de la causa separatista, explicó con detalle el plan marcado por ERC en sus negociaciones con el gobierno de Pedro Sánchez. «Con el PSOE no se negocia. Se le obliga a negociar», destacando el papel fundamental, en este juego de villanos, que interpreta Gabriel Rufián, gañán que hace gala de una impostura dialogante con el gobierno socialista.
ERC y EH Bildu, aparecen a los ojos de la opinión pública, como los socios prioritarios del Gobierno para que los presupuestos sean aprobados, a través de una estrategia coordinada de tensión y amenazas. En una escenificación reciente, sus portavoces buscaron humillar al PSOE con sus bravatas de falsa moderación e impúdica modestia: «Nos felicitamos porque el camino conjunto que hace tiempo comenzamos con el acuerdo estratégico suscrito entre EH Bildu y ERC sigue dando frutos convirtiéndonos en instrumentos realmente útiles para mejorar la vida de vascos y catalanes».
La crisis surgida para la aprobación de los presupuestos, sobre la ley audiovisual para blindar la cuota del catalán, será resuelta con algún tipo de fórmula que permita obligar a todas las plataformas, incluidas las extranjeras, a incluir en su catálogo un 6% de producciones en catalán, gallego o euskera, evitando que los Presupuestos peligren en el Senado. Con el PSOE no se negocia, se le obliga a negociar.
Pedro Sánchez consiguió domesticar al PSOE de Rubalcaba, logró amortizar a los viejos jóvenes de Podemos, encarriló en la ideología laborista a la comunista Yolanda Díaz, domesticó en la antigualla socialdemócrata a la promesa Errejón, amordazó con regalías y prebendas a cantonalistas varios. Ahora, el presidente, pretende contentar al separatismo con negociaciones, cesiones y concesiones. Se le obligará a negociar
Bildu y ERC tienen clara su estrategia «las izquierdas independentistas vasca y catalana juntas, uniendo nuestras fuerzas, podemos conseguir grandes avances para nuestras sociedades». Acercamiento de los presos de ETA incluidos o tal vez su pronta excarcelación, tal y como afirmó Arnaldo Otegi el pasado 18 de octubre, explicando que el objetivo último de su apoyo al Gobierno es facilitar la excarcelación de los presos de ETA. «Si para que salgan los 200 presos hay que votar los presupuestos, los votaremos». EH Bildu no ha negociado con el PSOE, lo ha obligado a negociar.
La aprobación de los presupuestos garantizarán a Sánchez una segunda mitad de legislatura tranquila. El «momentum» de ERC y Bildu todavía no ha llegado. Están esperando a Pablo Casado.
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