Mini gira
La gira internacional de Casado: cinco presidentes en una semana
El líder del PP retoma su agenda internacional con una mini gira por el Cono Sur donde reivindica la hispanidad y apuesta por una alianza por la libertad contra los populismos
«Desayuné en Uruguay, almorcé en Paraguay, cené en Argentina y dormí en Chile». Estas palabras las articuló el líder del Partido Popular, Pablo Casado, el pasado viernes mientras pronunciaba una conferencia en el Centro de Estudios Públicos de Chile, un auditorio de referencia por el que han pasado otras figuras liberales como Margaret Thatcher. Con esa frase, Casado resumió el ritmo frenético con el que se desarrolló su mini gira por el Cono Sur en la que visitó cuatro países y se reunió con tres presidentes iberoamericanos. Antes de cruzar el Atlántico, el líder de la oposición visitó Grecia y Chipre donde mantuvo sendos encuentros con sus presidentes Kyryakos Mitsotakis y Nikos Anastasiadis, respectivamente. En total cinco jefes de Gobierno en tan solo una semana.
La política internacional siempre ha sido uno de los fuertes de Casado y parte de su discurso, de ahí, que con la pandemia estabilizada, el líder de los populares haya decidido realizar este viaje aprovechando el parón parlamentario y los días festivos en España. Acompañado por solo tres personas de su equipo cercano, la agenda iberomericana de Casado estuvo marcada por encuentros con representantes de la sociedad civil y referentes de la comunidad española, además de las reuniones con los dirigentes. Allí impulsó su «alianza por la libertad» frente a regímenes como los de Cuba, Venezuela o Nicaragua donde sus dirigentes ni respetan los derechos humanos ni las libertades y apoyan recetas económicas que sumen en la pobreza a la población. Además, defendió que España esté más presente en América Latina. De hecho, durante su visita reclamó que España lidere en la UE la defensa de la libertad y la democracia y exija a Europa «una posición común frente a la dictadura castrista», «los embargos y las sanciones a los gerifaltes del régimen de Maduro», y la «condena a los encarcelamientos a presos políticos en Nicaragua».
El líder de la oposición criticó que el presidente Pedro Sánchez en tres años de gobierno solo haya visitado Argentina y Costa Rica, lo que demostraría el abandono institucional hacia esta parte del mundo donde nuestro país tiene fuertes intereses económicos y comparte lazos culturales e históricos. Entre los principales olvidos del gobierno de coalición figura la reivindicación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, firmado en 2019 tras 20 años de negociaciones y que aún no ha entrado en vigor por la falta de ratificación de los Estados miembros. En palabras de Casado es «fundamental» para ambas partes.
«Se ve una preocupación enorme y se habla de la ausencia de España. Porque con Sánchez, España está desaparecida. No hay política hacia América Latina, algo lógico con cuatro ministros de exteriores en tres años», aseguran a LA RAZÓN fuentes populares. «Venimos con una propuesta concreta: una alianza por la libertad para movilizar, coordinar y aglutinar a todas las fuerzas moderadas de centro en un momento de agitación por parte del Grupo de Puebla», explican estas mismas fuentes. El citado grupo reunió a medio centenar de líderes de izquierdas, populistas y revolucionarios de América Latina y aprobó una hoja de ruta que normaliza los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde se sufren brutales represiones y farsas electorales.
Pablo Casado, cuya abuela es cubana y tiene familiares también en México, aprovechó este periplo para reivindicar la hispanidad en un momento en el gobierno de España está callado antes los ataques del presidente mexicano quien está impulsando una nueva leyenda negra contra nuestro país.
Desde Chile, el jefe de la oposición aseguró que éste «es un viaje deseado». No en vano, el dirigente popular mantiene una estrecha y fuerte relación personal con algunos de los líderes latinoamericanos. Este fue su tercer viaje a la región, hasta donde se desplazó en dos ocasiones. La primera de ellas fue en 2018, recién elegido presidente de los populares, para asistir a la investidura como presidente del colombiano Iván Duque. Posteriormente, en mayo de 2021, voló hasta Ecuador para atender a la toma de posesión del conservador Guillermo Lasso que relevó en el poder a Lenin Moreno.
Durante su gira, en la que ha recorrido más de 20.000 km, Casado y su equipo no han podido escapar de todos los controles derivados de la pandemia. Así, según señalan, han tenido que someterse a pruebas PCR y cuarentenas en el hotel, en función de las restricciones impuestas en cada uno de los países que han visitado, además de conexiones casi imposibles para trasladarse de un país a otro en tan poco tiempo «con una agenda política de alta intensidad». «Es lo que tiene no volar en Falcon», aseguran fuentes populares.
La decisión de viajar hasta el Cono Sur no es baladí. Casado está tratando de dar un impulso a los partidos de centroderecha de la región, coincidiendo con un desgaste de las izquierdas populistas y un frenético calendario electoral, influenciado por la gestión de la pandemia y el descontento social en las calles.
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