Audiencia Nacional

La citación de un último testigo retrasa el archivo de la segunda querella contra Ghali

El juez Pedraz interrogará el 2 de marzo a un compañero de celda de Fadel Breica en relación a las supuestas torturas de las que el activista saharaui responsabiliza al líder del Frente Polisario

El activista saharaui Fadel Breica (izda.), acudió a declarar como testigo a la Audiencia Nacional el pasado junio
El activista saharaui Fadel Breica (izda.), acudió a declarar como testigo a la Audiencia Nacional el pasado junioChema MoyaAgencia EFE

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz intentará tomar declaración, por tercera vez en los últimos siete meses, al último testigo pendiente en la investigación por torturas y detención ilegal al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, tras la querella interpuesta por el activista y bloguero saharaui Fadel Breica. Según confirman fuentes jurídicas, el magistrado ha citado al testigo el próximo 2 de marzo, al haberse solucionado los problemas de visado que le impidieron viajar de Mali a España para testificar en junio y julio del pasado año.

El testigo fue propuesto por la defensa de Fadel Breica, quien asegura que fue su compañero de celda y presenció las supuestas torturas infligidas al bloguero en 2019 en una cárcel del Polisario en Tinduf (Argelia). En su declaración como investigado, Ghali afirmó no conocer de nada a Breica y negó cualquier tipo de responsabilidad en las torturas denunciadas por el activista saharaui.

Pedraz ha acordado esta decisión a instancias de la Fiscalía, que en un escrito remitido ayer al instructor le instó a prorrogar la investigación para poder tomar declaración a este testigo pendiente. La decisión supone la reactivación de una causa que apenas ha avanzado desde que el pasado 1 de junio Ghali declarara por videoconferencia ante el juez y regresara a Argelia horas después al no estar limitado por ninguna medida cautelar.

Dos querellas y un archivo

Unos días más tarde, el juez archivó una de las dos querellas que motivaron la declaración como imputado de Ghali, la interpuesta -por genocidio, torturas y detención ilegal- por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadedh), que no obstante recurrió esa decisión, que ahora está pendiente de la resolución que adopte la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Sin embargo, la querella de Fadel Breica se ha diluido en una atonía procesal en los últimos meses, durante los cuales la sombra de otro posible archivo de la causa ha estado siempre acechando. Ahora, y salvo que la declaración de este testigo aporte indicios incriminatorios directos contra Ghali, esta diligencia será previsiblemente el preámbulo del sobreseimiento de las actuaciones, lo que (ante un más que seguro recurso del querellante), volverá a dejar en manos de la Sala de lo Penal el futuro de la investigación.

En junio del pasado año, Breica y dos testigos (uno de ellos la mujer del activista saharaui) responsabilizaron al líder del Frente Polisario de las supuestas torturas infligidas en los campamentos de Tinduf en 2019. El activista aseguró entonces al juez que no tiene “la más mínima duda” de que fue torturado “por orden de Brahim Ghali”, pues “era absolutamente imposible” que en el Frente Polisario pasase algo a lo que no diese su visto bueno.

Denuncia que sufrió golpes y descargas eléctricas

En su querella, Breica afirma que tras llegar a los campamentos polisarios de Tinduf en abril de ese año, fue acusado de traidor y se le conminó a abandonar el lugar. Tras protagonizar varios actos de protesta contra los dirigentes del Frente Polisario, en junio de 2019 fue detenido, una reclusión durante la cual, según su versión, fue golpeado y sometido a descargas eléctricas mientras le mantenían con los ojos vendados y las manos y pies atados. Tras ponerse en huelga de hambre, finalmente fue liberado el 10 de noviembre de 2019.

Pedraz ya esgrimió al archivar la querella de Asadedh la falta de indicios derivadas de las comparecencias de los testigos y en esta causa también entiende que los testimonios prestados, por sí solos, son insuficientes para imputar a Ghali las supuestas torturas. Una conclusión que, a falta de escuchar este último testimonio, aboca el procedimiento al archivo según las fuentes consultadas.