La relación

Podemos y Yolanda Díaz resintonizan para frenar la fuga de votos

Los morados reclamaban un paso de la vicepresidenta y ahora ven, tras las andaluzas, «gestos» entre las dos líderes que les tranquilizan de cara al nuevo proceso político

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la rueda de prensa posterior a una reunión del Consejo de Ministros
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la rueda de prensa posterior a una reunión del Consejo de MinistrosJavier LizónAgencia EFE

Andalucía ha marcado el rumbo de la política esta semana. El cambio de tendencia electoral contrastó una nueva era liderada por el PP. Pero ese no fue el único «milagro andaluz». También es la circunstancia que ha puesto en alerta a la izquierda después del batacazo que ha sufrido en todas sus candidaturas y parece, que tras ello, ha logrado reconducir relaciones que hasta ahora se encontraban perdidas. La debacle en los partidos a la izquierda del PSOE es todavía más sangrante. No hubo unidad, no se sumó y no se logró sacar beneficio del primer «frente amplio» que precederá al de la vicepresidenta Yolanda Díaz. El resultado del primer experimento fue claro.La sociedad no apreció un proceso de unidad en la izquierda del PSOE y las dos candidaturas idénticas restaron más que sumaron.

Una alarma en la izquierda que ha obligado a Podemos y su líder en el Gobierno, la vicepresidenta Yolanda Díaz a resintonizar a pasos agigantados con el objetivo de tratar de dejar atrás las discrepancias internas que se han dado en el seno del espacio confederal durante estos meses, donde ha reinado una cacofonía entre la dirección morada y la dirigente gallega.

Ejemplo de ello es que Díaz alejó esta comunicación, a pesar de ser la líder del espacio confederal. Desde que asumió este rol, solo ha reunido al órgano de coordinación de Unidas Podemos en dos ocasiones, en contra de la asiduidad con la que lo hacía el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. En su equipo defienden que no se trata de la misma situación, Iglesias reunía al espacio de trabajo, porque era líder de Unidas Podemos, mientras que Díaz –resaltan– es líder de Unidas Podemos en el Gobierno A la vista está que solo ha citado a los ministros morados y secretarios de Estado. Solo eso. Ello corresponde a su estrategia de seguir desvinculándose de los partidos políticos. En el cuartel morado han pedido en varias ocasiones más diálogo con su nueva líder, mientras que la vicepresidenta ha dilato estos espacios de diálogo.

Sin embargo, tras la debacle en Andalucía, –e incluso antes según señalan algunas fuentes– hay una percepción de cambio en Unidas Podemos en esta relación. Para el sector morado, algunos de las discrepancias que se han vivido en los últimos meses en el gobierno en coalición con el PSOE, han hecho a Yolanda Díaz darse cuenta de que debe diferenciarse del socio mayoritario del Gobierno o comenzar a elevar la voz y marcar líneas rojas en la acción de gobierno. Son varios los «gestos» que se han producido en este corto espacio de tiempo y que suponen una alineación de Díaz con Podemos. La exigencia de subir impuestos a las eléctricas para paliar las consecuencias en la factura de la luz, la activación de la reforma fiscal, son alguna de estas muestras. Además, en el sector morado destacan que, en los últimos días, la negociación con el PSOE para aprobar el decreto anticrisis que ayer dio luz verde Moncloa, «acercó» a Yolanda Díaz con Ione Belarra. «Han trabajado muy unidas», destacan, bajo el objetivo de aprobar un cheque de 300 euros para las familias vulnerables o una rebaja al 50% del abono de transportes. Desde el entorno de la vicepresidenta, sí limitan este entusiasmo, en este sentido, y subrayan que esas medidas forman parte de un documento pactado por parte de Unidas al completo. Así, la vicepresidenta sigue marcando distancias con los morados, que en los últimos días tratan de reforzar el mensaje de «unidad». Una estrategia que, las fuentes moradas consultadas entienden, en ese intento de ésta de mostrar su perfil más hermético respecto a las organizaciones políticas y de distanciarse de una marca que saben que ella misma considera agotada. Aún así, subrayan que la vicepresidenta no podrá poner en marcha su proyecto político sin ellos. «Tenemos las estructuras en las comunidades, y un votante todavía muy fiel y asociado a la marca», se reivindican.

Sin relevo a Díaz

En el cuartel general morado ven también que los dos mitines electorales en Andalucía en los que participaron la líder de Podemos, Ione Belarra y la vicepresidenta ayudaron a acercar posiciones y reconectar. Es más, se auguran otro tipo de «gestos» de cercanía que prefieren no detallar en esta operación que busca dejar atrás las disputas internas en la izquierda, conscientes de que penalizan en las urnas. Los morados, además, tienen que intentarlo todo, conscientes de que en el nuevo contexto político no cuentan con un «relevo» a Díaz. Así, en Podemos tienen claro que la vicepresidenta es la única opción para que Podemos pueda sobrevivir en unas próximas elecciones generales y fuentes de la dirección descartan que se hayan planteado buscar otra opción o, incluso, competir con la vicepresidenta. De hecho, si Díaz finalmente decide no dar el paso y presentarse como candidata a presidenta, en la dirección reconocen que «no hay un plan B», pero tampoco tienen dudas sobre el camino que elegirá la dirigente gallega.

A su espera de esta decisión, hay una corriente en el Congreso de los Diputados que ya se ha situado claramente al lado de Díaz. A su núcleo duro –hasta ahora limitado a su jefe de Gabinete, Josep Vendrell, el asesor Rodrigo Amírola y Elena Cardezo– también se ha sumado el diputado gallego Antón Gómez-Reino y parte del grupo de los comunes, como Jaume Asens o Aína Vidal. El secretario de Estado de Agenda 2030 y líder del PCE, Enrique Santiago, también se ha realineado entorno a Díaz, a pesar de formar parte del núcleo de confianza de Pablo Iglesias e Irene Montero. Los diputados Txema Guijarro y Gloria Elizo, hace meses que se disociaron de Unidas Podemos. A estos nombres hay que sumar al ministro de Consumo, Alberto Garzón y al de Universidades, Joan Subirats. Mientras, el portavoz del grupo parlamentario, Pablo Echenique lidera el núcleo duro de las ministras Ione Belarra e Irene Montero y también, hasta ahora, gran parte del grupo parlamentario que todavía no se ha posicionado en ningún bando a la espera de que Díaz arranque «Sumar».