Congreso
El PSOE endurece los ataques al PP y busca la reconciliación con Esquerra tras el 19-J
Los socialistas buscan rearmar la mayoría de la investidura para frenar el auge de los populares de Feijóo
Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del PP con el ánimo de reconducir la senda del partido y lo está consiguiendo, tal y como reflejan las encuestas y la arrolladora victoria en Andalucía. Esto ha hecho disparar las alarmas en el PSOE, desnortado tras la crisis del espionaje de Pegasus y cada vez más abrasado por la desfavorable evolución de la economía. A la vista del tono que han adquirido los socialistas en el Congreso tras las elecciones del 19-J, el partido de Pedro Sánchez ha reaccionado yendo al choque contra el PP y volcando todos los esfuerzos en la recuperación de la mayoría de la investidura para afrontar el tramo final de legislatura.
La intención del PSOE parece tensar la cuerda al máximo con el PP y tratar de desacreditar la imagen de moderación de Feijóo y buscar cómo desgastarle, en un momento en que los populares también están logrando reconquistar el centro (según algunas encuestas, los populares ya aventajan al PSOE en esa bolsa de electores), clave para vencer en la próxima cita electoral. Así, por ejemplo, los socialistas han dado un paso y han apoyado la creación de una comisión de investigación impulsada por Esquerra (y el resto de fuerzas nacionalistas del arco parlamentario) para abordar la investigación abierta por una juez en Andorra relacionada con las presuntas presiones del Ministerio del Interior de Mariano Rajoy a un banco andorrano para obtener datos bancarios de líderes independentistas.
También el PSOE, en un gesto que parece buscar dinamitar los puentes de entendimiento con el PP, ha optado por impulsar de forma unilateral una reforma legal del Consejo General del Poder Judicial para renovar a cuatro miembros del Tribunal Constitucional y desbancar la mayoría conservadora. O, ha buscado reactivar la siempre sensible y crispante ley de Memoria Democrática. O, al portavoz del PSOE, Héctor Gómez, tampoco parece temblarle la voz para asegurar que el PP de Feijóo «va a peor» en comparación con Pablo Casado e «insulta a Sánchez cada día».
La estrategia de Feijóo se ha caracterizado por la proyección de moderación y la oferta de pactos de Estado en diversos ámbitos candentes, como el económico o las relaciones exteriores y la seguridad. Sin embargo, tampoco ha tenido éxito porque Sánchez parece poco dispuesto a aceptar los planteamientos de los populares, más allá de incluir algunas de sus ideas entre sus medidas «anticrisis», como la rebaja del IVA de la luz. También ha sido una constante durante toda la legislatura, ya que el PSOE tampoco ha hecho mucho esfuerzo por tratar de concitar el apoyo de los populares porque el contacto durante la tramitación de las normas suele ser bastante mínimo. Es decir, desde Moncloa se descuelga poco el teléfono para hablar con el PP, una queja muy recurrente de los del partido de Feijóo.
Y eso que el PP de Feijóo se ha mostrado bastante más cooperante que el de Casado: así, un vistazo a las votaciones, se puede comprobar cómo en esta nueva etapa, los populares no han presentado ninguna enmienda a la totalidad a los proyectos de ley del Gobierno y han votado solo en contra de tres normas (dictámenes legislativos) y un decreto.
Pero los socialistas tienen ahora la mirada puesta solo en cómo rearmar la mayoría de la investidura: los esfuerzos por reconciliarse con Esquerra están siendo amplios (ahí están las dos reuniones en dos semanas entre Félix Bolaños y Laura Vilagrà, como principial argumento) y se están empezando a traducir en resultados. Así, los republicanos han votado a favor de las últimas cinco leyes consecutivas, un dato que hay que remontarse muy atrás para verlo. De hecho, los republicanos, cada vez más descolgados de la gobernabilidad, habían presentado este 2022 cuatro enmiendas a la totalidad, cuando entre 2020 y 2021 habían presentado solo una. El distanciamiento era bastante evidente después del estallido de la crisis del espionaje; del choque por la contrarreforma laboral de principios de febrero; y, del largo letargo en el que se encuentra la mesa de diálogo.
Además de esas últimas leyes aprobadas, el Gobierno socialista también está haciendo esfuerzos por sacar adelante la ley de Memoria Democrática con los socios al completo: quiere salvar el apoyo de ERC, que es el único partido de la mayoría de la investidura que sigue sin dar el «sí» (está en la abstención). En las últimas horas, desde las filas republicanos reconocen que se está negociando, aunque habrá que ver si los socialistas acaban atendiendo las dos exigencias de ERC. También el partido de Oriol Junqueras parece muy probable que apoye la reforma legal del CGPJ y el decreto de medidas «anticrisis» la semana que viene.
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