Memoria Histórica
Después de Franco, es la hora de la exhumación de José Antonio Primo de Rivera y Queipo de Llano
Aprobada ya la Ley de Memoria Democrática, el Gobierno va a reubicar sus restos en «un lugar no preeminente»
Era un paso anunciado y conocido de sobra por sus protagonistas, pero con la Ley de Memoria Democrática aprobada este miércoles, el Gobierno ha verbalizado su deseo con la norma ya como soporte: José Antonio Primo de Rivera y Gonzalo Queipo de Llano serán exhumados de sus respectivas sepulturas. El fundador de Falange, del Valle de los Caídos, y el general, de la Basílica de la Macarena de Sevilla.
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, aseguró ayer que se tomarán las decisiones pertinentes para hacer cumplir la ley, entre ellas sobre ambas exhumaciones, al ser preguntado en la Cadena Ser por las declaraciones de asociaciones de memoria histórica en las que reclaman que ya no hay excusas para dilatar el traslado de sus restos.
El ministro dijo que la nueva ley establece que tanto Primo de Rivera como Queipo de Llano no pueden estar «en un lugar preeminente» y que, por tanto, cuando entre en vigor esta norma «se tomarán decisiones».
«Obviamente se les dará una sepultura digna donde los familiares decidan, pero no pueden estar en ningún lugar preeminente porque es una manera de homenajear a los protagonistas de la Dictadura», señaló Bolaños, que en su día fue el encargado por el Gobierno para tratar con los nietos de Franco los pormenores de la exhumación de su abuelo, que tuvo lugar el 24 de octubre de 2019.
Contactada por LA RAZÓN, la familia Primo de Rivera vuelve a insistir en el sentido de sus últimas declaraciones. En palabras de Miguel, «no vamos a pronunciarnos mientras nadie contacte con nosotros, cosa que de momento no ha ocurrido; es mi hermano mayor, Fernando, el actual duque de Primo de Rivera, el que llevará toda relación con el Gobierno si se produce. De momento no tenemos nada que decir», asegura el nieto de Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermano de José Antonio. Por lo tanto, el interlocutor del propio ministro de la Presidencia o la persona que designe el Ejecutivo será el citado Fernando, el mayor de los nueve hijos que tuvieron Miguel Primo de Rivera y Urquijo –nieto del dictador Miguel Primo de Rivera y sobrino de José Antonio– y María Oriol Díaz de Bustamante.
Respecto a Gonzalo Queipo de Llano, los cofrades hispalenses mantienen su disposición a colaborar. «La Hermandad de la Macarena reitera su voluntad de cumplir escrupulosamente –tal y como ha venido haciéndolo– la legislación vigente. En virtud de esta disposición y respeto a las leyes de un Estado democrático, actuará en cada momento según indique la legislación que le afecte», es la declaración a la que se ciñe su hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero.
La hermandad ha mantenido contactos informales con la familia del militar y dispone desde noviembre de 2020 de un columbario en la propia basílica al que podrían trasladarse los restos de Queipo de Llano y de su esposa Genoveva, enterrados en la misma capilla. Ya no sería un lugar «preeminente» como el actual, aunque desde 2009 Queipo de Llano reposa despojado de cualquier símbolo franquista para dar a entender que está allí como hermano mayor honorario y por su contribución a la construcción del templo. Sus deudos, según parece, estarían a favor de lo que decida la hermandad. El Gobierno les contactará en breve para acordar un desenlace que tendría lugar fuera de la basílica.
José Antonio, en cambio, sí podría permanecer en el Valle de Cuelgamuros –como ha recordado Bolaños que se llamará ahora el Valle de los Caídos, según la nueva ley–, al ser una víctima directa de la Guerra Civil, pero en las criptas, junto a los más de 30.000 muertos de uno y otro bando. O donde su familia decida, fuera del recinto.
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