Críticas

Los barones del PSOE muestran su rechazo a la rebaja de la sedición

Page, Lambán y Vara cargan contra una iniciativa que consideran que beneficia a los independentistas

A seis meses para las elecciones municipales y autonómicas el mero debate sobre rebajar el delito de sedición ya había hecho saltar todas las alarmas en un parte del PSOE que se juega la reelección en mayo de 2023. Ahora que la proposición de ley para sustituir el delito por el de desórdenes públicos agravados ya es una realidad, el malestar no ha hecho sino acrecentarse. El primer impulso en el partido fue de prudencia autoimpuesta. Esperar a la redacción negro sobre blanco del nuevo tipo penal para pronunciarse y elevar el tono de crítica. Una vez revisado, los presidentes de Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura no tardaron en mostrar su rechazo a la nueva regulación, que perciben diseñada a medida de los independentistas.

La censura es moderada, siempre salvaguardándose de no resultar contraproducente y acabar haciéndole «el juego» al PP, que habitualmente instrumentaliza la contestación interna en el PSOE en su beneficio. Pero todos coinciden en que la medida resulta inoportuna en un contexto preelectoral como el que encaran, con unas mayorías ajustadas para no ceder el poder a los populares. También son conscientes de esto en Ferraz, asumen el coste electoral, pero han optado por seguir adelante «aunque nos cueste votos».

Emiliano García-Page fue el primero en abrir fuego asegurando abiertamente que no comparte el planteamiento de reformar el delito de sedición, porque «este debate hoy no toca». «Lo que toca es que Puigdemont vuelva y se someta a la justicia. Primero pagan, y luego tipificamos como abordar futuras intentonas», afirmó. En su opinión, la propuesta se debería haber promovido «dentro de uno o dos años», porque «no se pueden cambiar las normas del juego a mitad del partido». «En plena escalada de precios, lo único que se va a abaratar es el ataque a la Constitución», criticó.

Por su parte, Lambán también se sumó al rechazo a la reforma del delito de sedición y reveló que ya había trasladado en privado su postura al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No obstante indicó que entre ambos hay «una relación de lealtad». El presidente aragonés indicó que lo ocurrido en Cataluña «fue gravísimo» porque, en su opinión, «se intentó alterar el orden constitucional». Por ello, abogó porque «el Estado de Derecho, ante cualquier posibilidad de atentado contra la Constitución, tiene que estar bien armado política y jurídicamente».

Finalmente, el presidente extremeño fue más comedido en su rechazo y en su cuenta de Twitter afirmó: «No me gusta nada de lo que le guste al independentismo. Dicho esto, hace cinco años con el actual Código Penal al Gobierno del PP le hicieron dos referéndums de independencia y una DUI. España se rompía. Hoy, con otro Gobierno, lo que se ha roto es el independentismo y el procés».

Puig y Armengol sí avalan la reforma

Los presidentes de la Comunidad Valenciana y de Baleares, Ximo Puig y Francina Armengol, respectivamente, se posicionaron con el Gobierno a favor de la reforma del delito de sedición. La presidenta balear consideró el movimiento «necesarioy lo más lógico» para compararnos con los demás países europeos. Por su parte, la portavoz del Gobierno valenciano, Aitana Mas, aseguró ayer que ««apostamos por espacios de diálogo y no de represión».