El Gobierno matiza sus palabras y descarta la ayuda directa a las petroleras españolas

En medio del veto de la UE al crudo ruso y las tensiones con Argelia, Nigeria es una de las alternativas para el Gobierno de España, de ahí la importancia de esta segunda parada en la gira del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. en la que ha mantenido encuentros de primer nivel con las autoridades locales.

Por la mañana se reunió con su homológo, el titular de Exteriores de Nigeria, Geoffrey Onyeama, quien ha puesto en valor la relación bilateral, basada en lazos económicos, principalmente los relacionados con el gas y el petróleo, pero también con otras aristas como la cooperación en el ámbito de la seguridad y el sector agroalimentario. “La visita de Albares se produce después de que el presidente nigeriano Muhammadu Buhari viajara a España donde también mantuvo un caluroso encuentro con el Rey Felipe VI en el mes de junio”, ha recordado. “Nuestros intercambios comerciales relativos a la venta del petróleo y gas se han estrechado a raíz de la guerra Rusia tal y como demuestra la reunión que hoy mantendremos con empresas españolas”, ha dicho.

Aunque también ha puesto en valor la cooperación en la lucha contra el cambio climático y el terrorismo, especialmente en la región del Sahel “donde la cooperaación con España ayudará a enfrentarse a este desafío real”, las relaciones comerciales en torno a los recursos energéticos han centrado los encuentros del ministro Albares, en un contexto especialmente crrítico. No en vano, las relaciones con esta potencia africana no son baladí. Este país con más de 213 millones de habitantes es el décimo del mundo con mayores reservas de petróleo, por delante de EE UU y cuenta con las novenas reservas probadas de gas natural.En este sentido, España es el segundo principal cliente de Nigeria solo por detrás de la India, que en los últimos meses ha incrementado notablemente sus transaciones con Rusia.

En la primera visita de un ministro de Exteriores, en trece años, Albares, que viaja con empresas punteras como Naturgy, Cepsa o Repsol, ha asegurado que el Ejecutivo “está dipuesto a acompañar e incluso apoyarlas financieras, si fuera necesario” en sus proyectos en Nigeria.

Unas palabras que ha matizado cinco horas después tras reunirse con el ministro de Petróleo. “Ha habido un pequeño mal entendido, cuando hablamos de financiación hablamos de financiación a través de la cooperación al desarrollo a proyectos del sector energético en Nigeria o en el marco de la CEDEAO”. Ya no se refiere a inversión directa sino a proyectos de cooperación. “Yo soy el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y no Energía”, ha respondido a las preguntas de los periodistas tras su rectificación.

Este apoyo se produce en un momento clave en el país, ya que la petrolera nacional nigeriana acaba de ser privatizada, pese que todavía queda al menos un año para que se materialice el cambio de estatus. Según el ministro de exteriores nigeriano, esta decisión de privatizar “es una oportunidad para todas las empresas privadas”. En este sentido, desde el sector privado energético español acuden con el objetivo de que el ministro Albares interceda para que puedan tener contratos directamente con las compañías petroleras nigerianas, al tiempo que ponen en valor el apoyo gubernamental para acceder al gobierno de Nigeria. Fuentes del sector explica a LA RAZÓN que el grueso de los contratos los firman con empresas extranjeras que operan en el sector, por lo que estarían interesado en evitar estos intermediarios.

Será esta tarde cuando Albares, acompañado por directivos de estas tres compañias mantengan un encuentro con el Ministro de Petróleo nigeriano, donde se prevé que aborden asuntos relacionados con algunos contratos que están a punto de vencer así como las oportunidades para las compañías españoles.

Las relaciones con este país, que tiene una superficie casi el doble de España, son excelentes y España considera la región como prioritaria por su politica exterior y, de hecho, reconoce a Nigeria una posición importante en la lucha contra los extremismo, el crimen organizado y la trata de personas. Entre los recursos que aporta España para frenar estos fenómenos están los dos barcos de la Armada que patrullan anualmente en el golfo de Guinea para ayudar a combatir la piratería y otros tráficos ilícitos en esta zona, que el ministro aseguró, que se mantendrán. En este sentido, su homológo indicó que en el último año los ataques se han reducido y se ha felicitado de la cooperación con España en esta materia.

Para España, la seguridad en estas aguas es particularmente importante, toda vez que el petróleo y el gas que suministra Nigeria llega por vía marítima, además de que también hay presencia de empresas del sector pesquero en la región. No en vano, los sabatojes que históricamente han sufrido los recursos petrolíferos nigerianos explican que Nigeria distribuya crudo muy por debajo del máximo establecido por la OPEP; 1,2 millones frente a los 1,8 millones que le asigna este organismo regulador.

No en vano, esta visita a uno de los países más estables del continente se produce en un contexto de gran importancia en el país ya que el próximo mes de febrero se celebrarán elecciones y el actual presidente del país, Muhammadu Buhari, no se presentará a los comicios por los que podría haber un cambio de gobierno.

CEDEAO

Albares también ha aprovechado su estancia en Abuya para reunirse con el presidente de la Comisión de la CEDEAO, Omar Touray, quien ha resaltado que España es uno de los “socios más fiables” de esta organización regional y ha confiado en poder seguir contando con su apoyo y generosidad.

En esta línea, este organismo, que aglutina a quince países de África Occidental, decidió crear una fuerza militar conjunta que garantice la estabilidad en la región para frenar la ola de ataques yihadistas y golpes de estado que azotan al oeste africano como los sucedidos en los últimos años en Guinea Conakry, Mali o Burkina Faso. Por su parte, el ministro español ha resaltado la labor que está haciendo en pro de la paz y la seguridad en “una región difícil y complicada”