Memoria Histórica

Nuevo jaque al monumento del escultor del Valle de los Caídos en Tenerife

El Gobierno canario, dispuesto a actuar «de oficio» para retirar el conjunto de Juan de Ávalos, protegido bajo medidas cautelares en los tribunales

El monumento obra de Juan de Ávalos, escultor del Valle de los Caídos, en Santa Cruz de Tenerife
El monumento obra de Juan de Ávalos, escultor del Valle de los Caídos, en Santa Cruz de TenerifeDreamstimeDreamstime

El Gobierno de Canarias se acoge a la Ley de Memoria Democrática para acometer la retirada del monumento obra de Juan de Ávalos –el escultor del Valle de los Caídos– de la capital tinerfeña, en el punto de mira desde hace años por su consideración de «franquista». En noviembre pasado, el Gobierno canario aprobó el catálogo de vestigios del franquismo a eliminar de Santa Cruz de Tenerife, que recoge la retirada de 79 símbolos «ilegales» en la capital. El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, el Partido Popular y la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel mostraron su rechazo al catálogo, que fue aprobado por la Comisión Técnica de la Memoria Histórica con los votos en contra del alcalde, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria), y del primer teniente de alcalde, Guillermo Díaz Guerra (PP), partidarios de un inventario para toda Canarias, y no solo para la capital tinerfeña. El consistorio anunció que recurriría por la vía judicial y el procedimiento ya está en marcha.

Junto al recurso del ayuntamiento cabe sumar los de la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces y las familias de dos de los damnificados, Francisco García Escámez, que fue gobernador militar de Gran Canaria y estuvo al frente del Mando Económico de las islas, y el reconocido fotógrafo chicharrero Adalberto Benítez.

Sin embargo, el Ejecutivo canario ha consultado a sus servicios jurídicos si es posible la intervención de la comunidad autónoma, por la vía de la subrogación, en caso de incumplimiento, según publica El Día de Tenerife. El viceconsejero de Cultura, Juan Márquez, ha declarado que se están estudiando todas las vías con la nueva Ley de Memoria y no descartan actuar «de oficio» para poder retirar el monumento de Ávalos ante la negativa del ayuntamiento. La intención es acudir a la Fiscalía de Memoria Histórica, cuya creación prevé la nueva norma, en los próximos meses.

Fuentes de la asociación San Miguel Arcángel muestran su extrañeza ante estas declaraciones «cuando el catálogo está recurrido y el conjunto del escultor de Cuelgamuros tiene aprobadas medidas cautelares de protección por los tribunales» [acordadas por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz].

La entidad, cuyo fin primordial es «velar por el patrimonio cultural» y la «defensa de la verdad» frente a los «excesos de la Ley de Memoria Histórica», solicitó al Cabildo de Tenerife la incoación de un procedimiento para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del monumento, a lo que el organismo insular se niega basándose en un informe encargado al Departamento de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna que considera que la obra «no posee valores artísticos excepcionales». El análisis de la institución determinaba que la creación de Ávalos «puede considerarse, en términos artísticos, como de escasa importancia», aunque «esta circunstancia no es óbice para reconocer el relieve que el autor adquirió en una dimensión político-social debido a su vinculación con una parte importante de la producción simbólica de la dictadura franquista, en su sentido monumental, de la iglesia católica y de la élite político-económica del régimen». Apuntaba asimismo «que la obra escultórica de Ávalos más reconocible estará vinculada a encargos monumentales cuya función era, antes de nada, celebrar y propagar una visión ideológica del sistema político vigente durante la dictadura».

Detalle de las dos esculturas que forman parte del conjunto de Ávalos en Santa Cruz de Tenerife
Detalle de las dos esculturas que forman parte del conjunto de Ávalos en Santa Cruz de TenerifeLa Razón.

Según las citadas fuentes, «el resto del informe no pasa de utilizar citas de 4 o 5 “críticos de arte” lógicamente de marcado carácter político, que no hacen más que incidir en la poca categoría de Juan de Ávalos, no concediéndole nunca ninguna virtud pese a lo evidente de su currículum, con anotaciones del tipo “su obra es de lo más sobresaliente del conjunto monumental, aunque de carácter excesivamente académico”».

El informe, señalan desde San Miguel Arcángel, «lógicamente no es compartido por todos los miembros de la facultad de Bellas Artes, pues como puso de manifiesto otro profesor universitario, José Luis Zurita, miembros del departamento de Escultura se negaban a refrendar afirmaciones que solo ponen de manifiesto la tendencia ideológica de algunos profesores de esa facultad que anteponen su animadversión a la realidad».

«Cabe recordar», apuntan desde la asociación, «que Juan de Ávalos y Taborda no era franquista, era miembro del Partido Socialista, militante y con carnet, motivo por el que sufrió un expediente de depuración y tuvo prohibida unos años su actividad académica»; que «su obra es reconocida, nacional e internacionalmente» y que «es poseedor de numerosas distinciones» en todo el mundo a lo largo de su dilatada trayectoria.

Otras entidades de prestigio en Canarias como la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel, miembro del Consejo de Patrimonio cultural de las islas, órgano consultivo del Gobierno de Canarias en materia artística, reclamaron también en su día la concesión del BIC para el monumento de Ávalos, en un informe que, denuncian estas fuentes, «no tienen en consideración al alejarse de los postulados de los miembros de la facultad de Bellas Artes».

Dice este análisis que «desde el punto de vista de su valor artístico es indiscutible que se trata de una obra de gran calidad», pues «ha salido del taller de uno de los escultores más relevantes entre los que trabajaron la figuración en aquellos años, destacando también por una ingente producción, como el famoso grupo de los Amantes de Teruel o el monumento a Fernando el Católico en Zaragoza, recibiendo también encargos escultóricos para monumentos en La Habana, Puerto Rico, República Dominicana y Lisboa, además de haber participado en exposiciones en Buenos Aires y Río de Janeiro».

«Con ciertas obras obtuvo varias medallas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (Autorretrato en 1941, Soledad en 1950 y Cristo yacente en 1957, conservada esta última en la catedral de la Almudena de Madrid), y su producción se extiende por toda la geografía española, siendo el llamado monumento a Franco la única obra suya existente en Canarias, lo que le confiere un carácter único que le otorga singularidad artística y estética a la ciudad».

«No olvidemos», reza este informe, «que en su momento contó con la consideración de dos figuras del panorama intelectual tinerfeño, como lo fueron el escultor Reyes Darias y el siempre recordado Jesús Hernández Perera, cuya opinión al respecto fue decisiva para su realización, calificándolo como un conjunto de extraordinaria resolución artística. Probablemente sus impresiones se centraron en los aspectos que nosotros también valoramos hoy. No cabe duda de que, independientemente de la interpretación que se le quiera atribuir, es una obra espléndida, que ennoblece además el marco urbano al integrarse plenamente en el entorno».

La conclusión es que, «por todo lo expuesto, este monumento enriquece el ornato urbano de la capital tinerfeña sumándose al conjunto de esculturas en la calle que conforman un auténtico museo al aire libre que singulariza nuestra ciudad y del que deberíamos estar muy orgullosos. Poseer una obra de la categoría artística de la de Juan de Ávalos, Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1974) y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes (1880) y Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, honra sin duda el patrimonio artístico de Santa Cruz de Tenerife».