
Terrorismo
La asistencia selectiva de Herri Batasuna a funerales de víctimas de ETA
Hace 35 años, acudieron a las honras fúnebres de uno de los suyos, que había intentado frenar un coche "kamikaze", que acabó con la vida de un guardia civil, en cuyas exequias no estuvieron

La actividad de ETA, además de los asesinatos y la destrucción, estuvo marcada por el cinismo insultante de su brazo político, Herri Batasuna, ilegalizada por el Tribunal Supremo en 2003, precisamente por eso, por ser el brazo civil de los pistoleros. Sus dirigentes, hoy blanqueados como pacíficos ciudadanos para escarnio de las víctimas, iban de un lado para otro con eso de la condena de la violencia viniera de dónde viniera, pero a la hora de dar la cara se les veía su verdadero rostro. Fue lo que ocurrió ahora hace 35 años en Bilbao.
El “comando Vizcaya”, que encabezaba el siniestro terrorista Juan Carlos Iglesias, “Gadafi”, lanzó un coche “kamize” contra el puesto del Servicio Fiscal de la Guardia Civil en el puerto de Bilbao. El vehículo, cargado con 60 kilos de explosivo, descendió por la rampa que daba acceso al muelle de Uribitarte y chocó contra el lugar donde trabajaba el agente José Manuel Alba. La explosión mató también al civil Luis Alberto Sánchez, simpatizante de Herri Batasuna, que había intentado detener la caída del coche, juntio con otras personas que resultaron heridas, probabalemente porque pensaban que se trababa de un incidente de circulación.
José Manuel Alba Morales, de veintidós años de edad, falleció a las 7:00 horas de aquel 2 de septiembre de 1990, cuando era atendido en el hospital de Basurto. Estaba casado y su mujer esperaba la llegada de su primer hijo. Era natural de Zaragoza, aunque la mayor parte de su familia residía en Córdoba. Llevaba destinado en la Compañía de Especialistas Fiscales de la Guardia Civil de Bilbao desde hacía tres meses y se preparaba para tomar sus vacaciones.
Hasta aquí un atentado más de ETA, pero llegaron los funerales. El del agente de la Benemérita se celebró la mañana del 3 de septiembre en la iglesia de los Padres Agustinos de Bilbao, con asistencia de autoridades y compañeros de la víctima. Posteriormente sus restos mortales fueron trasladados a Córdoba e inhumados esa misma tarde en el cementerio de San Rafael.
Por lo que respecta al de Luis Alberto Sánchez fue oficiado en la tarde del 3 de septiembre en la iglesia de Cristo Rey de la capital vizcaína. A las honras fúnebres asistieron concejales de Herri Batasuna del Ayuntamiento de Bilbao, pues según indicó el edil Josu Barandika a varios medios de comunicación, el joven estaba ideológicamente adscrito a esa coalición abertzale.
A este funeral sí que asistieron los proetarras, pero no al del guardia civil, y eso que condenaban cualquier tipo de violencia y que sus sucesores andan hoy por las instituciones dando lecciones de no se sabe qué. (Con información de Vidas Rotas)
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