Política

Albert Salvadó

Una intervención policial para llevarse “disfraces” y “juguetes” de los colegios

Ciudadanos lesionados el 1-O asumen que se oponían a una orden judicial y denuncian la actuación “violenta” de los agentes

El letrado Andreu Van Den Eyden (d), abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva durante la 38 jornada del juicio del "procés"
El letrado Andreu Van Den Eyden (d), abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva durante la 38 jornada del juicio del "procés"larazon

Ciudadanos lesionados el 1-O asumen que se oponían a una orden judicial y denuncian la actuación “violenta” de los agentes.

El tribunal ha escuchado por primera vez el testimonio de ciudadanos que acudieron a votar el 1-O y resultaron lesionados por la actuación policial. Todos han coincidido en relatar en que los agentes se emplearon con violencia sin que los concentrados opusieran resistencia, una actitud supuestamente pacífica que los guardias civiles y policías que han testificado en la vista oral negaron insistentemente. Pero aunque los testigos propuestos por las defensas han dibujado un panorama muy distinto, impregnado de pacifismo y de una cultura de no violencia, sus testimonios han adolecido de evidentes incongruencias a la hora de explicar a qué obedecía su presencia en los centros de votación. Según han explicado a la Sala, media hora antes de que abriesen, los colegios ya estaban llenos de gente. Su objetivo no era, han insistido, oponerse a la actuación policial, pero paradójicamente la intervención de los agentes se demoró mucho tiempo e incluso se vieron obligados a romper las puertas de muchos colegios, que "estaban cerradas"pero nadie vio cerrar.

Los ciudadanos han admitido que se dirigieron a los centros a votar conscientes de que podían hacerlo en cualquiera de ellos (asumiendo el censo universal) y una testigo incluso ha confesado sin rubor que a primera hora de la mañana se autoproclamó apoderada de ERC. Sabían (salvo un concejal que, sorprendentemente, ha afirmado desconocerlo) que el referéndum soberanista estaba prohibido por orden judicial, pero todos se han escudado en el mismo eslogan: "Votar no es delito". "Si está permitido votar hasta en la aldea más perdida del Amazonas...", se ha desahogado uno antes de ser reconvenido por el presidente del tribunal, Manuel Marchena.

Los testigos han denunciado que los agentes rapiñaron los colegios y se llevaron en bolsas de basura material escolar como "disfraces, juguetes"y hasta "comida para celíacos". Surrealista ha resultado la explicación de una ciudadana que "para poder votar"pasó la noche en un colegio de Sabadell, en el que ni siquiera estudian sus hijos, sobre la aparición milagrosa de las urnas en el centro: "Yo dormí en el gimnasio y, cuando me levanté, las urnas estaban ya dentro del cole". Fue la única que al menos terminó admitiendo que se concentraron en los centros de votación para impedir la actuación policial. "Estábamos manifestándonos", sorteó en un principio la pregunta de la abogada del Estado Rosa Seoane. "Le estoy preguntando si estaban impidiendo la entrada a la Policía. Es un sí o un no", le recordó. "Sí", terminó claudicando.

Los Mossos estaban, pero a lo sumo limitándose a informar de que no se podía votar o "auxiliando a los heridos". Mayoritariamente, los testigos evitaron reconocer que eran conscientes de que la Policía o la Guardia Civil se presentaría en los centros para hacer cumplir la resolución judicial. Ante la insistencia de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, un ciudadano acabó reconociendo que sabía de la presencia de "los piolines"en Cataluña con motivo del 1-O: "Iban a por nosotros".

"La gente estaba pacíficamente, ejerciendo su derecho de manifestación", coincidieron en señalar. "A muchas personas se les golpeaba y se les arrastraba como si fueran maletas con contundencia. Y eso deja una huella", se ha quejado Juliá Fernández, vecino de Jordi Cuixart y Carme Forcadell que ha denunciado que fue agredido por la Policía en la escola Nostra Llar de Sabadell, aunque las lesiones no le impidieron trasladarse después a la escola industrial con el líder de Òmnium Cultural para votar.

"La Guardia Civil entró a saco. Nos apalearon. Nos pegaron en la cabeza, en el hígado, en las partes bajas. Les abrían las cabezas, me acuerdo perfectamente del ruido", ha asegurado Joan Pau Salvadó, quien no vio a nadie abalanzarse contra los agentes y que ha añadido que mucha gente estaba "llorando, desesperada". En ese afán por despojar a la concentración de cualquier resistencia organizada contra la actuación policial, ha insistido en que entre la gente estaban "los pescaderos, los carniceros...", gente del pueblo. Otro testigo, Albert Salvadó, ha sublimado esa imagen refiriéndose al "tío Juanito, que siempre va con la camiseta del Barça y con barretina"y que "salió disparado"cuando los agentes comenzaron a sacar gente para acceder al colegio. En esa misma línea, una ciudadana ha dicho que vio "cómo un policía levantó a una porra a una abuelita sentada en una silla". En sus declaraciones como testigos, decenas de agentes denunciaron que los concentrados utilizaron a personas mayores, niños y hasta minusválidos como primera barrera de defensa para proteger los centros de votación.