Sentencia

Condenados por terrorismo dos yihadistas que llegaron a España en patera

La Audiencia Nacional considera probado que se desplazaron a nuestro país en 2020 para establecer una célula del Estado Islámico

Spanish police arrest former British rapper turned Isis extremist
Momento de la detención del yihadista Abdel-Majed Abdel Bary, quehabía llegado desde Argelia en patera EFE/EPA/SPANISH NATIONAL POLICESPANISH NATIONAL POLICE / HANDOUAgencia EFE

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de hasta siete años de prisión a dos miembros de una célula yihadista que pretendía establecerse en España tras llegar en una embarcación ilegal a las costas de Almería en abril de 2020. La Sección Segunda de la Sala Penal condena a siete años de cárcel a Abderrezak Seddiki por integración en organización terrorista y falsificación de documento oficial e impone seis años de prisión a Kossalia Chollouah, aunque solo por el primero de los delitos. El tercer integrante de la célula y principal acusado (para quien la Fiscalía y la AVT pedían nueve años de cárcel), el exrapero de nacionalidad británica Abdelmajed Abdel Bary, fue hallado muerto en su celda el pasado 26 de julio una vez celebrado el juicio.

Así, recuerda el tribunal, Abdel Bary "utilizó la cuenta con el sobrenombre de Abu Something, a través de la que publicó fotografías que muestran a combatientes con las cabezas cortadas y clavadas en la verja de alguna plaza, así como al propio acusado portando una cabeza, con la leyenda en ingles "de relax con mi otro colega, o lo que queda de el"", una fotografía "que utilizaría de perfil". Asimismo, publicó otra instantánea "en la que detrás se ven bolsas que el acusado dice de que es PETN, explosivo peligroso que emplea la organización Daesh.

Del ya fallecido Abdelmajed Abdel Bary, el tribunal recuerda que en agosto de 2013 se trasladó desde el Reino Unido, donde residía, a Siria para combatir a favor del Estado Islámico, integrándose en el Ejército de Al Furqan, para acabar militando en el Daesh. En sus publicaciones en Twitter y Facebook a lo largo de 2014 "reconocía pertenecer al Estado Islámico y encontrarse en Siria". En agosto de ese año, publica una imagen de él mismo sosteniendo la cabeza de una persona en una plaza de Raqqa, en Siria, además de otras instantáneas relacionadas con las zonas de combate. Es a mediados de 2015 cuando abandona Siria para trasladarse a Turquía, donde vivió hasta desplazarse a Argelia.

En cuanto a Abderrezak Seddiki, la sentencia recoge que en 2015 y 2016 se desplazó en diversas ocasiones a Turquía desde Argelia, "pasando allí largos períodos de tiempo". En uno de esos viajes, el 17 de noviembre de 2017, fue acompañado del también condenado Kossaila Chollouah. Ambos regresaron a Argelia el 10 de septiembre de 2019 en compañía de los hermanos de Abderrezak, Mouad y Oussama Seddiki, al ser expulsados de Turquía.

Posteriormente, el 4 de enero de 2020 Seddiki intentó regresar a Turquía, pero no se le permitió el acceso en el aeropuerto porque pesaba sobre él una orden de prohibición de entrada por motivos de seguridad nacional, además de una vigilancia discreta emitida por Reino Unido vinculada a terrorismo.

En esas mismas fechas, Abdel Bary se trasladó a Argelia, donde vuelve a entrar en contacto con Seddiki y Kossaila, "a los que ya conocía de anterioridad por su vinculación con el Estado Islámico". Los tres llevaban a cabo "actividades financieras fraudulentas, como estafas bancarias", lo que "les permitía financiar sus actividades terroristas".

Religiosidad "extrema"

Desde Argelia, los tres "prepararon su introducción en nuestro país con la finalidad de mantener la célula integrante de la organización Estado Islámico", para lo que planean el modo de llegar a Europa por las costas españolas, "utilizando las embarcaciones de los canales de inmigración ilegal controlados por las mafias". Con ese objetivo, la noche del 13 al 14 de abril de 2020 llegaron en patera al cabo de Gata (Almería), donde fueron detenidos días después por la Policía.

Abdel Bary era combatiente en las filas de Daesh desde 2014 o 2015, aunque también reclutaba a mujeres, como hizo con una española que ya fue condenada por la Audiencia Nacional. Respecto a los otros dos condenados, la Sala sostiene que también formaban parte de la célula, que se dedicaba a financiar sus actividades terroristas a través de estafas bancarias masivas mediante el "carding" (fraudes masivos a través de Internet). Ambos hacían gala de una religiosidad "extrema", adoptaban precauciones para no ser detectados por la Policía una vez en España y uno de ellos utilizaba además un pasaporte falso.

Para los magistrados son responsables de "la formación de una célula de la organización terrorista Estado Islámico" que sustentaban económicamente a través de esos fraudes masivos. "No son inmigrantes al uso", recalca el tribunal, que hace hincapié en "el poder adquisitivo que tienen y que son capaces de obtener a través de su acceso ilegal a los datos de usuarios de tarjetas de crédito en internet", algo que junto al "ocultamiento de su verdadera identidad" les sitúa "muy lejos" de los inmigrantes que dicen ser.

Tres pisos alquilados en seis días

En los seis primeros días de su estancia en España antes de ser detenidos (la Comisaria General de Información ya había tenido conocimiento a través de una alerta antiterrorista de Interpol de que Abdel Bary, Seddiki y otras dos personas pretendían entrar en España ilegalmente en una embarcación), los tres acusados alquilaron tres viviendas en Almería y compraron ordenador en un Carrefour por 340 euros.

La Audiencia Nacional avala los registros en sus domicilios llevados a cabo el 20 de abril de 2020, ante las "mas que fundadas sospechas" de que sus inquilinos pertenecían a una organización terrorista, "con el consiguiente riesgo que ello conllevara". Para la Sala, la Policía "aportó un conjunto de datos de suficiente contenido incriminatorio para sospechar fundadamente que en el domicilio estaban los presuntos individuos vinculados al Estado islámico".

"No existe ninguna razón o motivo de peso que justifique mínimamente la presencia de los tres acusados en España, sino es su decisión de montar una célula terrorista". A la Audiencia Nacional le llama la atención su desplazamiento a Europa "cuando sus actividades fraudulentas masivas realizadas a través de internet podían ser desarrolladas por cada uno de ellos desde sus lugares de origen", sin exponerse por tanto con un "desplazamiento en grupo para entrar en Europa y en compañía de un conocido integrante activo del Daesh, como Abdel Bary".

"Es absurdo que asuman unos riesgos del calado como se han evidenciado en este juicio, atrayendo la atención de todos los servicios de inteligencia policial antiterrorista europeos, si no es por su íntima identificación con la causa que defendía Abdel Bary, y que ellos asumen, defienden y han venido colaborando en su financiación", concluye la Sala, para la que la única explicación plausible es que Seddiki y Kossaila "formaban parte de la célula terrorista del Estado Islámico, junto con Abdel Bary, desplazándose a España, y realizando tareas conjuntamente para su financiación".