Política

Asedio al Congreso

Dos comisiones de mañana... y sólo Posada se quedó de «guardián»

El presidente, en contacto permanente con Interior, estuvo toda la jornada en las dependencias del Congreso

Posada, esta tarde, en la puerta del Congreso
Posada, esta tarde, en la puerta del Congresolarazon

MADRID-Jueves de ¿normalidad? en el Congreso. Normalidad, pero sin pleno -por falta de producción legislativa- y con tan sólo dos comisiones por la mañana, Industria y Educación. La tarde, sin actividad parlamentaria. Sus señorías no quisieron correr riesgos ante la convocatoria de «asedio», pese al colosal despliegue policial que custodió no sólo el Palacio de San Jérónimo, sino todas las calles de acceso al mismo. Sólo los que acreditaron ser residentes de la zona pudieron traspasar el férreo cordón policial, que a las cuatro y media de la tarde ya había sido fijado en las calles Marqués de Cubas, Marqués de Casa Riera, los Madrazo, Zorrilla, el Pardo, San Agustín y Duque de Medinaceli.

La Carrera de San Jerónimo presentaba el aspecto habitual en este tipo de concentraciones, con un fuerte vallado, tanto en el límite con la calle Cedaceros, como en la Plaza de Cánovas del Castillo, donde se encuentra la fuente de Neptuno. Las papeleras de la zona habían sido retiradas. Los principales puntos de presencia policial se concentraban en la calle Cedaceros –ocho furgones de la UIP–, el Paseo del Prado –con más de una veintena de vehículos y tres camiones para transportar caballos– y el interior del perímetro del Congreso, con otra veintena de furgones. Hasta las cuatro, el tráfico transcurrió con normalidad por el Paseo del Prado, así como por Cedaceros, pero una hora más tarde ya se cortó y el Congreso tornó en fortaleza semiabandonada. Los inquilinos «huyeron» y sólo el presidente, Jesús Posada, quedó de «guardián del castillo», con algunos de sus asesores.

Es habitual que la tercera autoridad del Estado pasee por las calles adyacentes al Congreso, y ni la convocatoria de «asedio», ni las recomendaciones del comisario del Parlamento le disuadieron de hacerlo un día como ayer. Mañana y tarde, Posada salió en dos ocasiones a tomar la temperatura de la calle, comparecer ante los medios de comunicación, aceptar preguntas y comprobar que la concentración transcurría con normalidad. En el interior del edificio, apenas media docena de diputados del PP por los pasillos (Rafael Merino, Ignacio Uriarte, Teófilo de Luis, Beatriz Rodríguez Salmones), donde también se pudo ver al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. ¿El resto? Igual en los despachos, pero a saber. Los del PSOE dieron «consigna» de «normalidad» y la normalidad un jueves por la tarde que no haya comisiones es la maleta, el tren, el avión... Lo que llaman «trabajo de circunscripción».

Si había un día para que todas sus señorías se dejaran ver por las dependencias de la Cámara era el de ayer, puesto que la enmienda era a la totalidad, y no sólo al Gobierno y al PP. Estaban más protegidos que nunca. Además, la a afluencia de manifestantes fue menor que en ocasiones anteriores. Posada, que permaneció en el Congreso desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, se mostró «satisfecho» de la actuación de las Fuerzas

y Cuerpos de Seguridad porque, según remarcó, de lo que se trata es de «prevenir antes que actuar». La tercera autoridad del Estado estuvo todo el día en permanente contacto con el ministro del Interior y la también con el comisario jefe de la Cámara y de la Delegación del Gobierno en Madrid.