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El Rey traslada el apoyo al cambio de Macri

Asegura que España respalda el proceso de reformas económicas emprendido por el Gobierno argentino

La visita del Rey a Argentina empezó con una anécdota que bien refleja los males endémicos que sufre el país: los Monarcas estuvieron más de una hora esperando la escalera adecuada para poder bajar del avión. Si esto ocurre en altas instancias imaginen cómo es el transitar del argentino, día a día. El cualquier caso se trata de una visita esperada. Don Felipe y Doña Letizia llegaron para recordar los lazos que nos unen con el Nuevo Mundo pero también para dar un fuerte espaldarazo a gobierno de Mauricio Macri. Es un viaje cargado de simbolismo.

Los Reyes aterrizaron al anochecer en el Aeroparque Jorge Newbery de la capital argentina, pero no fue hasta 50 minutos después que bajaron de la aeronave tras conseguir una escalera con el tamaño apropiado.

En tanto, la comitiva que debía recibir a los representantes de la Corona esperaba en el recinto. Tras este tropiezo, el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, y los embajadores Ramón Puerta y Javier Santodomingo recibieron a los monarcas. A partir de ahí, todo fue sintonía.

A su llegada recibieron los honores de una guardia militar, y Macri y la primera dama argentina, Juliana Awada, saludaron a sus invitados en el pórtico de acceso al Salón de los Bustos. Los cuatro se dirigieron después al Salón Blanco, donde posaron para la foto oficial del encuentro. Fue en esa dependencia de la Casa Rosada donde Macri y el Rey tuvieron sendas intervenciones en las que aludieron a las reformas que se están llevando a cabo en Argentina. Macri fue el primero en tomar la palabra y agradeció la visita de los Reyes, que interpretó como una muestra de afecto y, al mismo tiempo, de apoyo al «momento de cambio» que está viviendo su país.

Explicó que se trata de «transformaciones profundas que cuestan y que requieren esfuerzo» y recordó las que llevó a cabo en su momento España y cuyos resultados positivos considera evidentes al lograr una mejor calidad de vida. «Nosotros estamos haciendo lo mismo aspirando a eso», subrayó el presidente argentino. A continuación, el Rey aseguró que España ha apoyado siempre a Argentina «en momentos difíciles».

Tras confiar en que «se sientan tan en casa» como se sintieron él y su esposa en la visita que realizaron a España hace dos años, aseguró que en Argentina se quiere mucho a los españoles y se mostró convencido de que el viaje servirá para profundizar en la «maravillosa relación» entre los dos países.

La agenda prosiguió con un almuerzo privado de los Reyes, el presidente y la primera dama argentinos en la Residencia de Los Olivos, y por la noche los anfitriones ofrecieron a sus invitados una cena de gala. Previamente, Felipe de Borbón se reunió con los presidentes de las Cámaras de la Nación y con el de la Corte Suprema. Hoy viajaran a Córdoba –norte del país– donde inaugurarán el Congreso Internacional de la Lengua Española. Este apoyo viene en uno de los momentos más ansiados para la actual gerencia. Este año electoral habrá comicios. Los argentinos se debaten entre volver al pasado con la ex presidenta Cristina Kirchner como posible candidata, o continuar por la senda marcada por Macri. De esta manera y tras «un periodo oscuro» donde las relaciones estuvieron estancadas durante la época de los Kirchner, el Rey se pronuncia claramente hacia camino a seguir. Sin embargo más haya de lo ideológico, y de la cercanía, los retos son grandes. Las empresas españolas todavía se resienten por la crisis que atraviesa el país. Todo indica que pasará un tiempo hasta que los barcos españoles cargados de oro vuelvan a desembarcar en Buenos Aires.

El presidente de México pide a Felipe VI que España se disculpe

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió recientemente una carta al Rey de España en la que le insta a reconocer y pedir disculpas por los atropellos que las autoridades mexicanas consideran se cometieron durante la conquista. Es la vía que defiende López Obrador como la única posible para una reconciliación plena. El texto, enviado al Ministerio de Exteriores, abre una vía de confrontación entre las autoridades españolas y mexicanas apenas dos meses después de que el presidente, Pedro Sánchez, visitara el país. El mandatario aseveró que la conquista «se hizo con la espada y la cruz» y recriminó que hubo «matanzas», «imposiciones» y «se construyeron iglesias encima de los templos» prehispánicos. «Es tiempo ya de decir que vamos a reconciliarnos pero primero pidamos perdón», dijo el presidente mexicano, quien aseveró que él también se disculpará en nombre del Estado mexicano por «la represión a los pueblos originarios» que hubo tras la independencia.

El Gobierno de España ha rechazado «con toda firmeza» la carta. Para el Ejecutivo de Sánchez, «la llegada hace quinientos años de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas» como pretende el líder mexicano. «Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria», señalan desde Moncloa. En este sentido, y anteponiendo «el enorme caudal de afecto entre» ambos pueblos, el Gobierno ha reiterado su disposición «para afrontar con una visión compartida los retos futuros».