Cataluña y la investidura de Illa
Una facción de ERC resucita el frente independentista con Puigdemont
ERC también tiene su cuota de establishment. Y esta facción de la dirección independentista y republicana más acomodada, que lleva años metida en gobiernos, es la que más está apostando por recuperar el frente soberanista e ir a una repetición electoral en este marco de "reconciliación" creado por el Gobierno de Sánchez.
Que ERC no puede ir sola a una nuevas elecciones catalanas es un hecho. Y también lo es que hay una parte importante de ERC que considera que el negocio de investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat no les es rentable porque en ningún caso habría gobierno de coalición, y en el mejor de los casos, el socialista mantendría algún puesto simbólico de poder de los que ahora ocupa ERC. Pero en su inmensa mayoría los republicanos que hoy tienen coche oficial pasarían a la vida civil sin más privilegio que el sueldo que pueda venirles del partido. Esto es lo que explica que los que tienen un mayor control orgánico, con ese mando que dirige desde fuera de España Marta Rovira, estén aproximándose a la idea de que lo mejor es recuperar la coalición con Junts, volver al frente soberanista, y repartirse luego de manera proporcional la Generalitat, que dan por suya con los resultados que salgan de una nueva convocatoria de las urnas para octubre. Ven seguro que ese frente soberanista cortocircuitaría la Presidencia del socialista Salvador Illa.
Que este análisis pese más que todas las nuevas cesiones que pueda ofrecerles el Gobierno de Sánchez está por decidir: hay otra parte de ERC, con la que se identifica ese alma más próxima a Oriol Junqueras, que cree que la decisión tiene que sostenerse en principios, dejar que gobierne quien ha ganado las elecciones y hacer una oposición de izquierdas e independentista.
A quienes son más favorables a facilitar la investidura del ex ministro no les ayuda el hecho de que Pedro Sánchez no haya cumplido con sus compromisos de investidura ni tampoco que, dentro de la competición entre ERC y Junts, Sánchez esté marcado como la mano que ha dado aire al ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont en lo que va de Legislatura, "mandando a Cerdán a rendirle pleitesía en Ginebra".
La "singularidad" en la financiación no es otra cosa que lo que ya firmó el presidente del Gobierno con ERC en su pacto de investidura, es decir, cumplir lo que ya han hablado con los republicanos aunque no se hayan dado pasos todavía en esa dirección. Para empezar, la singularidad es recaudar el cien por cien de los impuestos, como defendió Pere Aragonès en campaña. Ya entonces explicaron que recaudar el cien por cien de los impuestos aportaría a la Generalitat el doble de ingresos de los que tiene en la actualidad. En ERC destacan que no entienden el escándalo que están montando algunas voces socialistas cuando sería un modelo que gestionaría Illa como presidente de la Generalitat. Las cuentas que presentó el Gobierno en funciones de Aragonès se sostienen en la idea de que en Cataluña se pagan casi 52-000 millones de euros en impuestos, de los que la Generalitat recibe 23.616 millones. La administración autonómica recauda el 3 por ciento de esa cantidad, correspondiente a los tributos propios. Con el modelo que plantea ERC se recupera la reivindicación de la recaudación y gestión de todos los impuestos que, de hecho, ya estaba en el origen de la reforma del Estatut aprobado en 2006. Tanto los tributos ahora compartidos, como IRPF e IVA, como el Impuesto de Sociedades.
En la negociación de investidura de Illa ERC dice que también hay que incluir los otros puntos del pacto de investidura de Sánchez que están sin ejecutar.
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