Investidura

Feijóo se planta en Bilbao y Barcelona con su «tercera vía» frente a la amnistía

La próxima semana presentará una propuesta de «autonomismo amable». Ofrecerá una alternativa pragmática a la negociación de Sánchez con Puigdemont y Junqueras

Alberto Núñez Feijoo en las jornadas Metafuturo de Atresmedia
Alberto Núñez Feijoo en las jornadas Metafuturo de AtresmediaDavid JarFotógrafos

Cambio de agenda en la dirección del Partido Popular a la vista de los síntomas que se perciben en cómo evoluciona la negociación de Moncloa con Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat prófugo de la Justicia española, y con Oriol Junqueras, condenado por el Tribunal Supremo por sedición y malversación. Génova traslada su habitual reunión del comité de dirección de los lunes al martes para «colar» en la agenda del presidente nacional una visita a Bilbao, en la que, además de participar en el Congreso de Empresa Familiar, también estará en un acto con motivo del aniversario del Estatuto de Guernica.

El contenido de la agenda es realmente el adorno de un movimiento que tiene un sentido estratégico más amplio. Alberto Núñez Feijóo va a la «casa» del PNV, igual que el miércoles se presentará en Barcelona, con una propuesta de «tercera vía» frente al diálogo que bajo cuerda mantiene Moncloa con sus socios para conseguir los votos necesarios para sostener a Sánchez en el poder.

En esa mesa de negociación sin taquígrafos está la amnistía, pero también el reconocimiento de que en Cataluña hay un «conflicto político», el debate sobre cómo dejar abierta la puerta a un referéndum, dentro de la ambigüedad, el mediador internacional y la exigencia de Puigdemont de que se criminalice la respuesta del Estado español a la declaración unilateral de independencia.

En respuesta al ruido que acompaña a una negociación, que todavía hoy no se sabe cómo terminará, Feijóo marcará la próxima semana dos de sus prioridades a medio plazo, tanto si hay nuevo gobierno de coalición como si hay repetición electoral, y son el País Vasco y Cataluña.

En Génova ven más margen de crecimiento en escaños en Cataluña, pero el desembarco en el País Vasco lo tienen ya diseñado y Feijóo pondrá el lunes la primera piedra, junto con el que será investido nuevo líder de los populares vascos y candidato a la Lendakaritza, Javier de Andrés, exdelegado del Gobierno y exdiputado general de Álava.

Javier de Andrés es un perfil respetado por el PNV, con el que el PP busca ser competitivo entre un electorado conservador, y que más allá de la cuestión territorial, no comparte la política económica e industrial de Sumar y de la coalición, ni ha votado tampoco al PNV para que apoyen a un Gabinete que tenga a Ada Colau como ministra.

El elefante en la habitación del PP es Vox, pero, sin obviar que ése es su principal problema en el País Vasco, Feijóo mueve ficha para cambiar la imagen del PP regional y «actualizar su discurso y su programa sin renunciar a sus esencias en materia territorial».

En Bilbao, el lunes, y en Barcelona, el martes, el líder popular irá con una misma carta de presentación, «una propuesta de autonomismo amable y respetuoso con las particularidades de cada territorio, sostenida en una oferta de gestión pragmática» y que atienda a los problemas que más sensibilidades unen porque afectan a más ciudadanos: funcionamiento de los servicios públicos, inflación, y demás cuestiones que superan el debate maniqueo en el que denuncian que Pedro Sánchez ha colocado al país para garantizarse su supervivencia.

El PP va a limar asperezas de sus liderazgos en los dos territorios, y ajustará su programa a este contexto, en lo que en Génova llaman la «tercera vía del pragmatismo».

Estos movimientos de la cúpula popular se ejecutarán días después de que se haya visto al presidente del Gobierno en funciones estrechar la mano de los portavoces de Bildu. Después de que en los corrillos en el Palacio de la Zarzuela Sánchez dejase la puerta abierta a telefonear a un prófugo de la Justicia, Puigdemont, para darle el reconocimiento de interlocutor que exige. Y también después de que Moncloa haya enmarcado la conversación telefónica de Sánchez con Junqueras en un acto de respeto mutuo.

Mientras se producen estos movimientos en la política que se deja ver a los ciudadanos, en la fontanería de Moncloa y de Génova estudian unas encuestas que coinciden en señalar el crecimiento del PP si hubiera repetición electoral. Esto aprieta aún más a los negociadores de Sánchez, que han ido dando largas a la fecha de la investidura. los diputados socialistas viven en ascuas. Primero les generaron la expectativa de que iba a ser en octubre. Luego, a principios de noviembre. Ahora ya hablan de segunda semana de noviembre, pero sin que haya fecha fijada por parte de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. La secretaria general del PP y portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, exigió ayer a Armengol que ponga fecha a esa investidura y «acabe con el secuestro del Congreso». La mayoría parlamentaria mantiene la Cámara en estado de hibernación dos meses después de la constitución de las Cortes Generales. «Es una anomalía democrática. Ha parado el reloj de las Cortes y se lo ha entregado a Sánchez», denunció ayer Gamarra.

El PP también reclama la comparecencia del presidente en funciones para que informe de las últimas reuniones del Consejo Europeo y de la crisis con Israel por las declaraciones de las ministras de Podemos.