LA RAZÓN DE...

Félix Bolaños: «Seguiremos dando profundidad a las medidas contra la inflación»

El ministro de la Presidencia disecciona la acción del Gobierno para demostrar que «estamos mejor que hace cinco años» y pide la confianza para «una legislatura más»

Félix Bolaños es la mano derecha de Pedro Sánchez. En la crisis de Gobierno de julio de 2021, el presidente se desprendió de su Guardia de corps y elevó a la categoría de ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática a uno de sus más fieles escuderos en la sombra. El Ministerio le dio un foco que había esquivado hasta entonces y sin otra salvaguarda se convirtió en el principal escudero del presidente. «Era y seguirá siendo uno de mis principales colaboradores. Es un hombre preparado, tenaz y eficaz, que conoce como pocos las estructuras y el funcionamiento del Gobierno». Así le definió el propio Sánchez en su presentación ante los medios de los nuevos ministros. Sus conocimientos jurídicos, es letrado del Banco de España, pero sobre todo su discreción, le han colocado como muñidor de grandes acuerdos o de iniciativas de importante calado. Los indultos, la reforma de la sedición, la negociación del CGPJ o la exhumación de Franco llevan su firma.

El ministro de la Presidencia acudió esta tarde a LA RAZÓN en un momento agridulce para el Gobierno. El Ejecutivo intenta marcar la agenda desplegando gestión, pero las polémicas –esas que se conjuraron para aparcar en 2022 cuando se certificó la reforma de la malversación– les siguen persiguiendo en este año de marcado acento electoral. Para ello, Bolaños planteó a los asistentes en el foro –organizado por este periódico– un ejercicio de retrospectiva que arrancaba con una pregunta directa: «¿Está España mejor o peor que hace cinco años, cuando Pedro Sánchez inició su mandato?». Tras este interrogante a bocajarro, el ministro fue diseccionando en detalle la evolución de varias variables: desde la economía y el empleo, pasando por los derechos y la cohesión territorial, hasta llegar al peso de España en la UE y el mundo o la «estabilidad», el hilo conductor de toda la acción del Gobierno. Una exposición pedagógica y breve de los réditos del Ejecutivo, «porque el tiempo es oro y no porque juegue el Madrid a las nueve», bromeó. En el ámbito económico, Bolaños dibujó un escenario de «indudable fortaleza de la economía española en tiempos de dificultad como la pandemia y la guerra de Ucrania». Un argumento que se apoya, entre otros datos, en el crecimiento de un 5,5% o en la subasta de deuda pública del pasado martes, en la que los tipos fueron inferiores a los que pagó Alemania. «Estamos en un momento en el que, claramente, somos atractivos para la inversión extranjera», aseguró el ministro.

En cuanto al empleo, Bolaños defendió la cifra de más de 20,5 millones de afiliados a la Seguridad Social y el éxito de la reforma laboral. «No solo se puede pactar una reforma laboral, se pueden mejorar derechos y crear empleo», dijo. El modelo de gestión que el Ejecutivo quiere confrontar con el del PP se basa, esencialmente, en comparar las recetas para encarar las crisis a las que se han enfrentado –pandemia y guerra de Ucrania, entre otras– apostando por políticas públicas. Además, el ministro sacó pecho por el reciente pacto para reformar las pensiones con una «mayoría parlamentaria muy amplia y trabajada con la Unión Europea». «Ojalá se sumasen los empresarios», señaló, apuntando que las bases de cotización de España son las menores de la Unión Europea.

Entre las tareas que ha comandado Bolaños está la relación con Cataluña, donde la «situación es infinitamente mejor que en 2018», reivindicó. «Lo hemos hecho con valentía y con inteligencia, hemos conseguido que los bloques sean pasado. Los Presupuestos se han pactado entre diferentes, llegando a equilibrios entre quienes piensan diferente. Hemos logrado un clima más habitable y desde el punto de vista empresarial hay unas oportunidades y se están produciendo inversiones. Hace cinco años las empresas no invertían en Cataluña, huían de Cataluña», recordó.

Estabilidad como pilar

Esta proyección traspasa las fronteras y el ministro presumió de haber roto la inercia del Gobierno anterior, en la que España se conformaba con ser un actor secundario. «Era normal que nos sentasen en la mesa de los niños», ironizó. En este punto, Bolaños exhibió el liderazgo de España en la gestión de los fondos europeos y en el debate energético, con la excepción ibérica como punta de lanza de la política para abaratar el precio de la energía. «España está a la cabeza de los países de la Unión Europea en desembolso, ejecución y en transparencia de los fondos. Antes, España preguntaba qué tenía que hacer y ahora es Europa la que pregunta a España», sentenció.

Sin embargo, todo esto necesita de un soporte firme. En el Gobierno dan máxima relevancia a la «estabilidad» como condición necesaria para cimentar los bloques anteriores, pese a contar con «el Parlamento más fragmentado y un Gobierno que no suma mayoría absoluta». «Eso es lo que votaron los españoles y lo que nos toca gestionar. Coser acuerdos para avanzar y aprobar medidas necesarias», presumió recordando que en otros países de nuestro entorno no existe el clima de «paz social» de España.

El repaso del ministro tampoco olvidó los retos y las dificultades más acuciantes a las que se enfrenta el Gobierno: la inflación y el precio de los alimentos, difícil de embridar pese a las medidas que ha ido tomando el Gobierno. «Seguiremos dando profundidad a las medidas que ya hemos aprobado», anunció Bolaños, cuando se cuestiona la efectividad del último paquete, centrado en la bajada del IVA. También abogó por la lucha contra la pobreza y la desigualdad, en un contexto en el que la brecha se ensancha entre quienes están obteniendo récords históricos de beneficios y quienes menos oportunidades tienen, diana del rescate gubernamental, así como un clima político «que, a veces, es irrespirable». Dentro de este clima enrarecido se encuadra la celebración, la próxima semana, de la moción de censura. «¿Es el momento para presentar una moción de censura? ¿Hay algún ciudadano que saque algún beneficio?», se preguntó, dejando un recado para el PP, al que situó «a rebufo» de Vox.

En este punto, el ministro hizo un llamamiento a «dialogar entre diferentes» como «condición sine qua non para entenderse en un momento de fragmentación». «Hay que dialogar más y mirarnos más a los ojos. Es la clave para que un país plural y diverso siga escribiendo una historia de éxito». Así, reconoció, lo que es su gran asunto pendiente, la renovación del CGPJ. «Nos gustaría llegar a más acuerdos con el PP», dijo, recordando que el acuerdo frustrado para su renovación ha generado «enormes problemas» en el Poder Judicial. La falta de interlocución con el principal partido de la oposición la contrapuso con la capacidad de acuerdo con otros grupos, gracias a los cuales «hay leyes y con esas leyes hay avances».

Al final de su intervención, Bolaños volvió a repetir la pregunta que lanzó al comenzar: «¿Estamos mejor que hace cinco años?». «Espero que a alguien que pensara que estamos peor le haya conseguido convencer de que estamos mejor y dentro de un año estaremos mejor y, si nos dan la oportunidad de una legislatura más, consolidaremos los avances. Ese es el reto que nos planteamos», finalizó, lanzando la que será una de las líneas centrales de la campaña del PSOE a las elecciones generales.