Partido Popular

«Guardia localizada»: la orden de Feijóo a la Ejecutiva del PP

La vicesecretaria de Coordinación Sectorial, Alma Ezcurra, hará la lista de las «leyes del sanchismo» que el líder popular ha prometido derogar o sustituir

Alberto Núñez Feijóo, este lunes en Génova 13, con su comité de dirección.
Alberto Núñez Feijóo, este lunes en Génova 13, con su comité de dirección.Diego PuertaPP

Nada de vacaciones para los dirigentes del Partido Popular. No hay tregua. Como avanzó LA RAZÓN, Alberto Núñez Feijóo quiere a todo su ejército con las espadas en alto. Por eso, ayer, su secretario general, Miguel Tellado, cuando intervino ante los miembros del nuevo Comité Ejecutivo Nacional, que se reunió en Génova 13, les dio la orden de que estén en «guardia localizada». Una de cal. La de arena: también les agradeció su compromiso para lograr que se produzca el cambio político en España.

A partir de hoy, cuando se supone que la mayoría de dirigentes comienzan su «descanso», la directriz de arriba es que si bajan a la playa «lo hagan con el teléfono» en la mano. «Un chapuzón y a revisar si ha entrado una llamada», aseguran en la cúpula. Todos los cuadros han dado su palabra de que estarán disponibles, porque sobrará el trabajo.

Para las próximas semanas tienen por delante dos tareas. Primera, reactiva a los escándalos del Gobierno. El PP contará con personal las veinticuatro siete por si aparecen nuevas informaciones relacionadas con las investigaciones judiciales que salpican a Pedro Sánchez. «Si salen mensajes de Koldo», como los publicados recientemente por este diario, la idea es que un dirigente pueda salir a atacar al PSOE con prontitud, aseguran fuentes de la dirección.

La segunda es proactiva. En su discurso de este lunes ante la plana mayor del PP, Núñez Feijóo avanzó que para septiembre habrá un listado con todas las «leyes sanchistas» que merecen ser «sustituidas o derogadas». Será Alma Ezcurra, flamante vicesecretaria de Coordinación Sectorial, la que dirigirá el equipo que se encargue de redactarlo. Para ello, contará con el respaldo de la fundación del partido, «Reformismo 21», de la que ha sido directiva hasta este mes de julio.

Ella también se ocupará de poner a punto el programa «cien días», donde vendrán recogidas las diez grandes reformas que Feijóo quiere aplicar nada más llegar al Gobierno. En realidad, su misión tiene que ver con la «electoralización» del partido. Si bien la idea de Sánchez es aguantar hasta el final, la legislatura pende de un hilo y la sensación generalizada entre la dirigencia pepera es que puede irse al garete en cualquier momento.

"Limpieza total"

Por eso, Feijóo quiere tenerlo todo preparado. Empezando por la hoja de ruta con las leyes que aprobará en su primer Consejo de Ministros. «No podemos perder el tiempo, la siguiente legislatura no será al uso», admitió ayer en su intervención. El reto será mayúsculo. «Una limpieza total».

Es más, el presidente popular tiene intención de desgranar esa agenda política incluso desde ya, en la oposición. A partir de septiembre, el grupo popular irá registrando, una a una, las iniciativas estrella que quiere aplicar desde el Gobierno. «Queremos combinar la labor de un desgaste atroz con enseñar la España que viene», puntualizan en el politburó gallego. «Vamos a contarle a los españoles de lo que les queremos librar y lo que les queremos dar». En definitiva, se trata de «esbozar la España que viene, que vamos a impulsar».

Con esta estrategia, Feijóo quiere dotar de credibilidad a su alternativa para ensanchar la base electoral. Las encuestas que han llegado a su despacho recientemente le han levantado la moral. «España está hoy más cerca de un cambio de Gobierno». Y con un PP que superaría al bloque de la izquierda, lo que reafirma la tesis de presidir un ejecutivo monocolor, «en coalición con los españoles».

En su arenga ante el Comité Ejecutivo, el presidente popular dio por amortizado el tiempo de su rival en el poder. Por eso, comunicó que su grupo no apoyará nada que venga de la Moncloa. Salvo cuestiones muy puntuales. «Este gobierno no está en condiciones de ser ayudado por el primer partido de la oposición. Solo puede ser vigilado en el Parlamento y derrotado en las urnas». En lo que resta de legislatura, la primera regla es «limitar el daño a la democracia». Y la segunda: «Convencer a los españoles de que tenemos el proyecto que necesita España». Diez millones de votos es la ambiciosa meta fijada.

El contrabalance de Feijóo sobre Sánchez

Al tradicional balance que protagonizó Sánchez en La Moncloa, el jefe de la oposición replicó con un contrabalance: «Hoy, el presidente más débil, con menos apoyo social, que más ha degradado las instituciones, y más rodeado de corrupción de la historia, ha convocado un mitin para mentir a los ciudadanos y volver a decir lo bien que gobierna sin mayoría, palabra, presupuestos y vergüenza». A estas alturas, describió, «sólo tiene corrupción, mordidas y audios». Y lo más expectante que depara su horizonte es el «próximo engaño» o los siguientes capítulos de las investigaciones judiciales que le acorralan. «Los que antes querían el poder por ambición, ahora lo quieren por miedo. Pero no tienen escapatoria. Todo se sabrá. Y todo se limpiará».

Pase lo que pase, Feijóo aseguró que los socialistas «han entrado en barrena», están en el tiempo de descuento, y, por eso, sienten «pánico ante la posibilidad de que los españoles digan lo que piensan» en las urnas. «Han renunciado a convencer porque no tienen argumentos ni excusas» y, con este panorama, «les basta con seguir comprando» a sus socios «con mordidas», en alusión al cupo catalán, que también censuró: «Vuelven a sacar a subasta los derechos y el dinero de la gente».

Consciente de que es la herida por la que más se desangra su rival, Feijóo insistió en apretar el cuchillo con la corrupción. Así, recordó que el génesis de la actual legislatura fue la «corrupción con una amnistía inmoral» y que, antaño, fue el presidente del Gobierno el que dio «galones y acceso al dinero público a una manada de sinvergüenzas de los que no se separó», en alusión a Koldo García, Santos Cerdán y José Luis Ábalos.