Comité Federal

Page defenderá ante Sánchez su «no» a la amnistía

La agenda oficial del Comité Federal del PSOE deja fuera la amnistía. «A un órgano político se viene a hablar de política», responden los críticos

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a su llegada a una reunión con la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera, en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a 19 de octubre de 2023, en Madrid (España). 19 OCTUBRE 2023;REUNIÓN;CASTILLA-LA MANCHA;MINISTRA Diego Radamés / Europa Press 19/10/2023
El presidente de Castilla-La Mancha, Emililano García-PageDiego RadamésEuropa Press

Pedro Sánchez presidirá este sábado la reunión del Comité Federal con una agenda que tiene como punto del orden del día convocar una consulta a los militantes para que ratifiquen el acuerdo de coalición que ha firmado con la líder de Sumar, Yolanda Díaz. En el pacto no aparece ni una palabra de Cataluña ni de la amnistía, y la consigna oficial es que ese tema debe quedar excluido de la reunión en tanto que todavía no se ha firmado nada con Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, ni con el resto de socios que necesita el PSOE para sacar adelante la investidura de Sánchez.

El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no ha tenido en ningún momento en la cabeza la idea de saltarse este cónclave de la dirección socialista con alguna excusa de agenda, solo que había decidido estratégicamente no avanzar sus planes hasta que las especulaciones que empezaron ayer a circular obligaron a su equipo a confirmar la decisión tomada. Page asistirá al Comité Federal, pero además tomará la palabra para ser coherente internamente con la posición que lleva manteniendo desde el día después de las elecciones generales sobre el contexto que abrieron esos resultados y la posibilidad de una amnistía a los dirigentes independentistas encausados por el «procés» a cambio de los apoyos de Junts para que Sánchez siga en Moncloa.

«A un órgano político se va a hablar de política», es la queja de los críticos. Desde su entorno no anticipan más, aunque ese obligado ejercicio de coherencia concede una especial relevancia al próximo Comité Federal. Solo Page, como dirigente en activo, está liderando en público la línea crítica que ha abierto dentro del PSOE la negociación que Moncloa mantiene con Puigdemont. La queja es que Sánchez tiene secuestrado al partido, ya que no convoca reuniones de los órganos de dirección ni está favoreciendo ningún debate sobre lo que ahora mismo está encima de la mesa de diálogo con Junts, ERC, PNV y Bildu. Por tanto, este Comité es el primer examen al que se somete el mando único de Moncloa después de un proceso electoral que ha arrasado prácticamente con todo el poder territorial del partido y que coloca a las siglas socialistas en una complicada encrucijada si quieren mantener el control de La Moncloa.

Rebelión

El presidente manchego no participó del debate del Senado sobre la amnistía, boicoteado por el Gobierno en funciones por considerar que era una instrumentalización de la Cámara por parte del PP, con mayoría absoluta, para poner piedras en el acuerdo de investidura de Sánchez. Pero su posición sobre la vía por la que circula Moncloa la ha dejado más que clara en cada una de sus intervenciones. Y este sábado es su oportunidad para callar la boca a quienes le afean que no se rebele internamente y que solo haga declaraciones públicas contra una cesión al independentismo que él mismo ha dicho que supone una amenaza para España y para la igualdad de los españoles.

El escudo en el que se refugian Sánchez y su equipo es que no se les puede criticar por una cesión que todavía no ha sido ejecutada, dicen que se están contando muchas mentiras y que cuando se vea el texto del acuerdo será el momento de hablar. Es el mismo escudo en el que se refugian también otros dirigentes socialistas que si son coherentes consigo mismos, y con lo que han hecho y dicho en el pasado dentro del PSOE, no pueden apoyar lo que se trae entre manos Moncloa, aunque ahora mantienen una llamativa equidistancia que justifican con apelaciones a la prudencia y a no hacer nada que pueda perjudicar a su partido.

Page hablará el sábado del «escenario político en su conjunto» y queda por ver si el presidente en funciones mantendrá su silencio sobre la negociación con Puigdemont y limitará su discurso a explicar las bondades del acuerdo firmado con Sumar. Para que haya gobierno es necesario el voto favorable de otros grupos parlamentarios, entre ellos los partidos independentistas catalanes y el PNV. Entre las reclamaciones está la aprobación de una amnistía para todos los implicados en el «procés» independentista de Cataluña y el reconocimiento nacional de Cataluña y del País Vasco. Por tanto, salvo que en las próximas horas se cierre el pacto con Puigdemont y resto de socios, el acuerdo entre PSOE y Sumar no tiene la seguridad de poder llevarse a cabo, pero los estatutos federales del PSOE establecen la obligación de someterlo a votación de las bases. En concreto, el PSOE establece como obligatoria la consulta a la militancia sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido de voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político. Si se cerrase el pacto con Puigdemont, también tendría que pasar el refrendo de la militancia. Pero eso no preocupa en Moncloa, porque dan por hecho que lo avalarán. La militancia siempre es más radical que los votantes y que los cargos orgánicos. Las encuestas, de hecho, ya reflejan la perplejidad del electorado socialista con la negociación con Puigdemont.