
La noria
En el PSOE ya no solo se mete mano en la caja
Sánchez tira de feminismo el día en que renuncia uno de sus «elegidos» tras las acusaciones por presunto acoso sexual. Su repudiado Santi debe estar pidiendo palomitas en el talego

Putrefacción, náusea, asco, repulsión. Ya no hay otra manera de definir lo que está pasando en el PSOE. No hay defensa posible. Llegamos a acostumbrarnos a que nos metan mano en los bolsillos, incluso a seguir con avidez los capítulos de esta trama de corruptos más larga que «Santa Bárbara», a que se recurra a servicios de prostitución de alto standing o baja cama, pero lo que hemos conocido ahora no tiene nombre. Rectifico, sí, y es muy grave: presunto acoso sexual. Y por ahí la sociedad no pasa o no debe pasar de ningún modo. La dinamita que hizo estallar el Comité Federal, ese de la regeneración (no nos engañemos, seguirá siendo lo mismo por muy de vaquero que uno se vista), fueron las acusaciones de varias mujeres, precisamente del entorno monclovita, contra otro hombre fuerte del ya más que hundido presidente, que se agarra al mástil de ese barco zozobrado con las pocas fuerzas que todavía le quedan.
Paco Salazar, adjunto a la Secretaría de Organización, le comunicaba al líder del Ejecutivo su renuncia. Se escudaban los socialistas en que fue él quien pidió ser apartado. El presidente, con retraso, y como si no pasara nada, incluso esbozando la sonrisa del Joker, se situaba ante sus acólitos haciendo alusión, en el comienzo de su estudiado discurso, a las feministas, porque sabe que, en ellas, en las mujeres, sobre todo en las de su partido, es donde está ahora el foco. ¿No se dio cuenta de que era demasiado forzado, demasiado obvio? Las feministas, sean del color que sean, no pueden ser utilizadas en aras de una formación manchada por este tipo de acusaciones.
¡Una mujer al frente de la Secretaría de Organización!, festejaban horas antes el nombramiento de Rebeca Torró, llamada a suceder a Santos Cerdán. Poco duraría la algarabía porque, gracias a este periódico, se destapaba que había adjudicado una obra a una empresa de la trama. Obra, por cierto, inconclusa. Puede deberse a que les falta ese autoproclamado «arquitecto» del Gobierno progresista que duerme a pierna suelta en la prisión de Soto del Real, tras semanas UCOrralado, notando el persistente aliento de los agentes en su nuca. Ya ha pedido que le den la «bola» (la libertad, según el diccionario taleguero) porque, sostiene, «no hay indicios de criminalidad suficientes» en las 500 páginas de informe policial. A quien pide pisar la calle se le atribuyen delitos de organización criminal, tráfico de influencias y cohecho. Ahí es nada.
Mientras el juez resuelve, se entretendrá rebuscando en la biblioteca un ejemplar de su obra de cabecera: «Diego de León, conde de Belascoain: el último romántico», de José Andrés Alvaro Ocáriz. La historia de aquel héroe, conocido como «la mejor lanza del Reino», y que acabó ejecutado por orden del Consejo de Guerra ante la inclemencia del regente Baldomero Espartero, bajo cuyo mando luchó en la Primera Guerra Carlista y contra el que se rebeló. Y es que la historia bélica la lleva en la sangre. Su abuelo materno, Vicente León Segura, de Milagro, su pueblo, fue combatiente en la Guerra Civil por el bando sublevado.
Imagino que Santi, el enésimamente repudiado, debe estar pensando cómo hacer palomitas en su chabolo para disfrutar no solo de los Sanfermines y del Osasuna de sus entretelas, sino de la televisada descomposición del partido y de su antiguo jefe y amigo. Cuenta uno a uno los cartuchos que aún le quedan este aficionado a la caza (que echará de menos porque en su tierra da sus últimos coletazos con la de zorros en rececho del corzo). El tiempo apremia y todo apunta a que la venganza no se servirá esta vez en plato frío. Y, hablando de cocina, y si me lo permite, una recomendación para el director de la prisión: al ex secretario de Organización le pueden mandar a fogones, que va con preparación previa y aprendió truquitos culinarios en páginas didácticas como «Platos Fáciles con Tamara», «Recetas Prácticas y Rápidas» y «Anna recetas fáciles».
Mientras, en Navarra se respira con alivio. La comisión de investigación, creada a raíz de la trama foral de Santos Cerdán, está bajo la presidencia de la diputada de EH Bildu Irati Jiménez, esa parlamentaria que niega sin vergüenza alguna la existencia de aquellos que tuvieron que huir ante la amenaza de ETA, aludiendo a que era un «relato de la derecha». Investigue, señora, pero documéntese antes.
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