Investidura

Puigdemont exige a Sánchez una amnistía previa a la investidura y un referéndum: "Si hay acuerdo, debe ser histórico"

El expresident ha desgranado sus exigencias en una conferencia en Bruselas, pero ha subrayado que nada sustituye al derecho de autodeterminación

Carles Puigdemont no renuncia al referéndum. De hecho, en su conferencia en Bruselas, ha reclamado al Gobierno tanto la amnistía como reivindicaciones históricas del nacionalismo en materia económica y social (déficit fiscal, Rodalies...), pero ha advertido de que "nadie se engañe" porque no van a resolver "el problema de fondo": "Lo determinante es el reconocimiento nacional y su derecho de autodeterminación", ha dicho Puigdemont, tras advertir de que si hay acuerdo con el PSOE, debe ser "un acuerdo histórico". Es más, se ha remontado al 1714 y ha asegurado que debe ser un "compromiso histórico" que ningún régimen ni Gobierno español han sido capaces de hacer desde entonces. Si bien, también es cierto que el referéndum no parece una condición previa para la investidura como sí lo parece la amnistía, lo que obligaría a tramitarla y aprobarla en los tres próximos meses en el Congreso antes de que se agote el plazo para evitar una repetición electoral.

De esta manera, sin concretarlo explícitamente, Puigdemont ha dado entender que el terreno negociador tiene dos fases: en primer lugar, para la investidura, se deben de dar cuatro condiciones previas que ha desgranado; y, luego ya, a lo largo de la legislatura, se debe negociar el referéndum.

"Solo un referéndum acordado podría sustituir el mandato político del 1-O. No existen impedimentos constitucionales para celebrar este referéndum", ha subrayado Puigdemont, insistiendo en la petición del referéndum. En este sentido, el expresident ha exigido el referéndum, aunque tampoco ha quedado claro si es una condición imprescindible para la investidura o se debe negociar durante la legislatura. Lo que sí ha enfatizado, con ánimo de encarecer el apoyo y meter más presión al PSOE, es que ahora mismo la distancia que hay es enorme y ha advertido de que están preparados para ir a elecciones. "O elecciones o pacto con nosotros", ha avisado en varias ocasiones.

En concreto, la primera de las de las cuatro condiciones previas es "respeto a la legitimidad democrática del independentismo", en referencia a que se tiene que acabar con el supuesto espionaje a los dirigentes independentistas (Junts ha reclamado la creación de una comisión de investigación en el Congreso); la segunda es abandonar la vía judicial contra el independentismo, ya que, según ha dicho, el "1-O no fue un delito" (esto se podría canalizar a través de la amnistía que está ya bastante allanada); la tercera es la creación de un mecanismo de "mediación y verificación" de los acuerdos para evitar incumplimientos y, en este punto, ha asegurado que la primera vez que permita constatar si el Gobierno cumple o no es que el 19 de septiembre en una Cumbre de ministros de Asuntos Europeos quede oficializado el catalán, aunque se desconoce aún si eso será posible o quedará en un primer mero debate (se precisa de la unanimidad de los 27); y, la cuarta es fijar como únicos límites para la negociación los tratados internacionales en materia de derechos humanos, es decir, dar margen para rebasar los límites de la Constitución.

"Ninguna de estas condiciones previas es contraria a la Constitución", ha señalado Puigdemont, quien ha defendido que un referéndum también está en el marco de la Constitución aludiendo al artículo 92. Ese artículo 92 dice lo siguiente: "Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos".

Puigdemont se ha mostrado un punto desafiante con Sánchez, ya que es consciente de la fuerza que tiene ahora mismo. Más allá de las exigencias que ha desgranado, ha advertido de que "o repite elecciones" con los riesgos que ello conlleva o "pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1-O y que no va a renunciar a la unilateralidad".

Esta intervención de Carles Puigdemont ha tenido lugar justo un día después de que la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se desplazara a Bruselas para entrevistarse con el ex president Carles Puigdemont, fugado de la justicia española. Ha sido al primera vez, al menos pública, que un miembro del Ejecutivo de Pedro Sánchez mantiene un encuentro en persona con el líder independentista tras su huida a Bélgica.

Después de la cita que duró tres horas, las dos partes acordaron “explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político” y definieron el encuentro como una “una reunión fructífera” que permite “establecer una relación normalizada y estable entre ambas formaciones políticas”

A pesar de que Díaz es un miembro destacado del Gobierno quiso enmarcar esta cita como un contacto de Sumar de cara a la investidura y Moncloa se desmarcó de esta iniciativa.