Opinión
Sánchez y el misterio marroquí de la Encarnación
Ese algo debe ser un misterio tan explosivo que explique las tropecientas cesiones y humillaciones de Sánchez
Es difícil colegir si Sánchez ha aceptado este viaje a Rabat para restar titulares a acontecimientos de esta semana que le son ominosos. Su partido se derrumba en Galicia dejando con el trasero al aire a desvergonzados como Tezanos y caricatos como Zapatero. Además, aunque lo minimice, el anuncio separatista de que presentan otra moción en su parlamento para votar la independencia pulveriza la infantil narración sanchista de que la amnistía va a crear mayor convivencia entre los separatistas y la sociedad española. La moción de Junts es un desmentido rotundo a ese trampantojo. A los separatistas les importa un pimiento la convivencia y la estabilidad de España. Recalcan que su objetivo es la independencia.
Es posible que Sánchez no tenga opción, que los marroquíes le indicaron que va ahora o todo queda postergado y nuestro presidente no discute los deseos de quien lo tiene agarrado por semejante parte, Puigdemont con sus votos y rey de Marruecos con algo desconocido.
Ese algo debe ser un misterio tan explosivo que explique las tropecientas cesiones y humillaciones de Sánchez : regaló el Sáhara a cambio de nada imitando nada menos que a Trump, reconoce en el Boletín oficial que el Aiún es marroquí (blasfemia según la ONU), en Europa nuestros socialistas votan en contra de sus propios colegas europeos en todo lo que afecta a Marruecos, traga con que, quebrantando lo prometido, Rabat no abra las fronteras de Ceuta y Melilla, pacta que España y Marruecos «tratarán de evitar todo lo que ofenda a la otra parte» y al poco cargos marroquíes reclaman de nuevo Ceuta y Melilla, ciudades españolas siglos antes de que surgiera Marruecos, fulmina a la ministra Laya para contentar a los marroquíes cuando él era el único responsable de que el jefe del Polisario viniera a un hospital español (¿puede imaginarse a un ministro español trayendo al enemigo público número uno de Marruecos sin contar con la Moncloa? Imposible). Nuestros vecinos le siguen mandando pateras en función de los acontecimientos, chantaje que recuerda el de Putin a Finlandia, permite que sean los marroquíes quienes redacten macarronamente la carta en la que España acepta su soberanía sobre el Sáhara( una primicia para nuestra diplomacia, un documento que te redacta una potencia extranjera, recuerda a Napoleón con Godoy o a los yanquis en el 98), cuando llega la Cumbre del reencuentro el monarca marroquí parte de vacaciones y lo planta.
Subrayado este enigmático comportamiento sanchista no cuestiono en absoluto el desplazamiento de Sánchez a Rabat. Comulgo con el gobierno en que las buenas relaciones con nuestro vecino no deben ser retóricas, son importantes desde muchos puntos de vista.
No se entiende, sin embargo, la obsequiosidad y las tragaderas de una persona soberbia como Sánchez. La entrega , sin contrapartidas, del Sáhara, el regalo de la década para Marruecos, aparte de su vidriosa ética, es incomprensible sin alguna razón poderosa. Sánchez y su cohorte de palmeros no puede ser tan ignorantes que desconozcan la importancia descomunal que tiene el Sahara para nuestros vecinos y que iba a encolerizar a Argelia.
¿Qué hemos obtenido a cambio? Que trasnochadamente abran una de las aduanas y durante tres meses cierren un pelín la espita de las pateras y de los ilegales que llegan a Barajas es un saldo para Marruecos, habríamos vendido el Sahara muy barato. Debe haber algo más. La historia de que Rabat posee algo comprometedor sobre la señora de Sánchez me parece falsa, un infundio rastrero de alguna publicación antimarroquí. ¿ Qué conversación han captado los servicios marroquíes del teléfono de Sánchez? Ahí puede despejarse el misterio.
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