
Terrorismo
El viaje yihadista al Sahel: difícil de ida y más complicado de vuelta a España
Hasta el momento, no se han detectado en nuestro país terroristas entrenados en esa zona africana

El viaje al Sahel africano, difícil de ida y casi imposible de vuelta. Es el sueño de muchos yihadistas asentados en España deseosos de entrar en “combate”, pero ahora las cosas no son tan sencillas, como en 2014, cuando Bagdadi y sus compinches fundaron el “califato” en Irak y Siria.
Los receptores de propaganda yihadista que toman la decisión de desplazarse a “zonas de conflicto” tienen puestos sus ojos en dos de las franquicias del Estado Islámico (Daesh, Isis), el ISPK en Afganistán y Pakistán; y las del Sahel (Níger, Mali y Burkina Faso) africano y otros países africanos.
Lejos quedan los tiempos del “califato”, cuando, a partir de 2014, la frontera de Turquía con Siria se convirtió en un auténtico coladero por el que los combatientes extranjeros se incorporaban a Isis por cientos y miles, entre ellos decenas que procedían de España.
Las cosas han cambiado por completo desde la caída del “califato” y la posible incorporación a esas zonas de combate y la posible vuelta, una vez entrenados, de los terroristas a sus territorios de origen se convierte en algo más que complicado.
Expertos antiterroristas españoles consultados por LA RAZÓN han señalado que el mayor peligro para nuestro país, por la menor distancia recorrer, es el Sahel africano y recuerdan que, al menos en dos ocasiones desde 2023, han sido detenidos individuos, incluso con el dinero ya necesario dispuesto, que preparaban viajes a esa zona de África. Lo que no se ha detectado hasta el momento, aseguran las mismas fuentes, es que yihadistas activos en el Sahel se hayan trasladado a España para cometer atentados, lo que no significa que dicha hipótesis no esté contemplada entre los objetivos de la lucha antiterrorista española. Es un peligro que está ahí, pero que, gracias a la labor propia y a la colaboración de otros países, en especial Marruecos, se ha cortado de raíz.
Tras un proceso de adoctrinamiento a través de las redes yihadistas, los responsables de la banda yihadista seleccionan aquellos que les parecen idóneos, les hacen prestar juramento de fidelidad y establecen un contacto directo, a través de canales encriptados, para ser dirigidos a partir de ese momento por terroristas que están en zonas de combate.
El Sahel africano, sacudido por golpes de estado militares propiciados por Rusia, se ha convertido en una zona propicia para que los grupos yihadistas realicen sus actividades criminales, muchas veces en colaboración con individuos pertenecientes a otros grupos de delincuencia, como el de tráfico de armas o de seres humanos. A los que, por supuesto, se les cobra el correspondiente “impuesto”.
La aspiración de los terroristas es lograr “zonas de confort” e incluso implantar un nuevo “califato”, como el que tuvieron en Siria e Irak, para lo que planean, otra cosa es que lo consigan, es llegar a tomar el control de alguna de las capitales de los tres países sahelianos. A partir de ese momento, las cosas cambiaría por completo y el Estado Islámico (o, en su caso, Al Qaeda, a través de su franquicia en la zona, el JNIM) lograrían asentar un foco de atracción para los yihadistas, no sólo de África, sino de Europa o zonas más alejadas. No deja de ser una quimera, pero Occidente ha perdido el control de la zona y estando Putin por medio...
Volviendo a lo que interesa a España, las fuentes consultadas recuerdan que, en enero de 2023, la Policía Nacional, en concreto agentes de la Comisaría General de Información (CGI), detuvieron a dos individuos en el El Ejido (Almería) por su presunta participación en los delitos de integración en organización terrorista, autoadoctrinamiento y adoctrinamiento activo y enaltecimiento. Un tercero, fue arrestado en la provincia de Chtouka-Aït Baha en Marruecos.
Los dos de El Ejido habían hecho la Baya, el juramento de lealtad al ya fallecido “califa” Abu Ibrahim Al Hashimi Al Quraishi, y habiendo reiterado este juramento a su sucesorAbu Al Hussein Al Husseini Al Quraishi, también muerto, ambos en operaciones policiales en las que optaron por suicidarse con los chalecos explosivos que portaban.
Durante los registros realizados los agentes se incautaron medios electrónicos, terminales telefónicos, documentación de gran interés y una importante cantidad de dinero en metálico destinada a sufragar los gastos de su viaje a la zona del Sahel.
Más recientemente, agentes de la misma unidad con la colaboración, también de la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGST) culminaron una operación conjunta con la detención de seis personas -Ceuta (4), Ibiza y Madrid-; y otras tres en la localidad de Castillejos, en Marruecos.
Como en el caso anterior, mostraban su intención de desplazarse a zonas de combate en el continente africano, controladas por facciones de las organizaciones terroristas, en concreto al Sahel.
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