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Adolescencia

El arte de poner límites a nuestros adolescentes

Los tiempos cambiaron, pero la esencia sigue siendo la misma. Los hijos siempre dan señales, absolutamente siempre.

A los padres se nos ha caído una letra esencial: la D, la que marca la diferencia entre padres y pares.
A los padres se nos ha caído una letra esencial: la D, la que marca la diferencia entre padres y pares.larazonla razón

Estamos complicados los padres, y lo sufren nuestros hijos, y vaya que lo sufren. Son estas generaciones de padres amorosamente tibios, y subrayo el amorosamente porque no se trata de ausencia de cariño ni sentires, pero la crianza de los hijos hoy no amerita tibiezas, y estamos plagados de contradicciones. A los padres se nos ha caído una letra esencial: la D, la que marca la diferencia entre padres y pares. Son padres compinches, padres amigos de sus hijos, y ellos nos necesitan firmes y amorosos en un equilibrio imprescindible para acompañarlos en el camino del crecer. Crecer que asusta, que da miedo porque es nuevo, y lo desconocido siempre atemoriza, y los hijos se apoyan en tres muletas para animarse a tal aventura:

A) El consumo de alcohol y sustancias psicoactivas

B) La tecnología como anestesia a los males del vivir

C) La híper erotización precoz al ritmo de las hormonas y no del desarrollo emocional. Y los padres en lugar de ofrecer alternativas saludables, ponemos una ortopedia y naturalizamos que estos son los tiempos en los que nos toca criar. Y me resisto como profesional y como padre que soy, a pensar que así como así vamos a dejar a nuestros chicos en semejante cornisa, necesitan límites, los piden y dan señales todo el tiempo.

Un sencillo ejemplo, en mi país, en Argentina en las fiestas de 15 años de las jovencitas, si no hay bebidas alcohólicas los amigos de la cumpleañera amenazan con “boicot” a la fiesta, “no va nadie” extorsionan. Los padres en el puño de sus hijos, y me pregunto: ¿estamos criando monstruos? Un chico de cinco años podrá decir “si me obligas a bañarme dejo de respirar”, “si me obligas a que estudie dejo de comer”, y así padres rehenes de hijos tiranos, será una constante que se multiplicará geométricamente. Hijos serán pichones de psicópatas que tendrán a los padres a su merced, amenazándolos de una u otra manera. Como resultado, los padres cederán, por miedo, por abatimiento. ¿En qué momento los padres decidirán poner un límite a este disparate? Porque de lo que se trata, lo que está en juego, es ni más ni menos que la vida de nuestros hijos. Derrumbemos mitos, la adolescencia no es una enfermedad que se diluye y atempera con el tiempo. Es una etapa de la vida que puede ser maravillosa si sabemos acompañarla. Dos afirmaciones claves para entender los tiempos que corren en relación a los hijos: Los tiempos cambiaron, pero la esencia sigue siendo la misma Los hijos siempre dan señales, absolutamente siempre. La clave está en la capacidad de los padres de decodificar y escuchar lo que los hijos de una u otra forma expresan. Antes de iniciar un proceso adictivo, depresivo, o un trastorno alimenticio, dan alertas. Mucho antes de iniciar un proceso patológico nos hacen saber que algo se está yendo de cauce. Saber escuchar es la clave para la detección de trastornos de la primera infancia, pubertad y adolescencia. En mis charlas los jóvenes se acercan a contarme sus pesares, como pidiendo algún tipo de amparo, el que no encuentran en su cotidiano. Los padres hoy se encuentran en estado de resignación, y ya lo decía Balzac La resignación es el suicidio en lo cotidiano”. El límite es amor, es cuidado, debemos salir de la trampa del todos beben, todos lo hacen. La toxicidad no debe ser marca de agua de la adolescencia, tenemos el enorme compromiso de educar la pasión, de construir un mundo de ojos brillantes, de mostrar que del otro lado del crecer hay algo bueno y lindo de ser vivido.

Estemos alertas si observamos en nuestros hijos:

-Cambio repentino de grupo de amigos. Deja de ver a su entorno completo, son todas caras nuevas , y esto pasa “de repente”.

-Modificación abrupta de su aspecto personal

-Mucho tiempo en el baño después de las comidas -Se encierra en su habitación más de lo habitual - Se realiza tatuajes, piercings u otras marcas en el cuerpo de manera impetuosa e inconsulta.

-Baja su rendimiento y calificaciones en el colegio de manera repentina.

-Cambia hábitos de higiene abruptamente. -Se muestra agresivo de manera constante, contesta de mal modo o cualquier otro cambio pronunciado en su carácter.

Frente a algunos de estos signos, consultemos sin dudar a un especialista. En este punto es importante diferenciar los cambios naturales de humor de los adolescentes con modificaciones sustanciales en los ánimos de nuestros hijos que puedan ser indicio de algunos trastornos que no pueda ser verbalizado. Recordemos que estas manifestaciones conductuales son a menudo la forma en la que los hijos piden la ayuda que no están en condiciones de pedir de la manera más saludable, hablando. Lo que no se verbaliza se actúa, de distintas formas, y a eso debemos estar atentos.

Sin obsesionarnos, sin enloquecernos y sobre todo, sin transformarnos en espías ni hackers de nuestros propios hijos. Somos padres, y la confianza es un elemento esencial en la relación con ellos, construyamos este puente desde el diálogo y el disfrute compartido en lo cotidiano. No desde el miedo, ni el control extremo, esto resta en el vínculo y nada bueno aporta. Los tiempos cambiaron, la esencia es la misma, un hijo necesita, palabra, horizontes claros, abrazos y presencia firme. Debemos estar en el preciso equilibrio. Cerca para cuidarlos, lejos para no asfixiarlos. Estamos en deuda, los estamos dejando solos, levantemos la mirada, allí están, y nos precisan.

Alejandro Schujman coordina desde el año 2000 diferentes modalidades de grupos terapéuticos, mezclando elementos de distintas corrientes científicas en la implementación de modalidades de psicoterapias. En los últimos años, a partir de la 1era edición de su primer libro; “Generación NINI Jóvenes sin proyecto que NI estudian NI trabajan” ha desarrollado una extensa actividad como conferencista y consultor en las áreas de su expertise.

Autor también de “Es NO porque YO lo digo, Padres rehenes de hijos tiranos” y “Herramientas para padres” todos de grupo editorial Lumen. Además es columnista del portal de Clarín Buena Vida y escribe para Buena Vibra.

Del 11 al 17 de noviembre será uno de los expertos ponentes en el II Congreso Online Internacional y gratuito, Convivir con un adolescente: Misión Imposible dónde impartirá una charla sobre:

  • Por qué nos cuesta tanto poner límites a los adolescentes
  • Cómo encontrar el equilibrio entre dar libertad y  establecer límites
  • Cómo podemos identificar en las señales que nos muestran los adolescentes en las que ellos “reclaman” límites
  • Qué ocurre si los adolescentes no tienen límites
  • Claves para establecer los límites que nuestros adolescentes necesitan