¿Por qué hablamos igual a los bebés que a los perros?

Los perros y los gatos son las mascotas favoritas y miembros imprescindibles de muchas familias. Su bienestar requiere amor, tiempo y cuidados, y, al ser tan importantes para sus dueños, no es raro que se les hable como a hijos. Este fenómeno ha despertado el interés de investigadores como Anna Gergely, bióloga evolutiva, que vive con un perro y entiende la relevancia de esta comunicación. Su estudio arroja sorprendentes conclusiones sobre las sutiles diferencias en cómo nos comunicamos con perros y niños.

El estudio, titulado "La cara detrás de la voz afectuosa", compara las características prosódicas y faciales en la comunicación dirigida a perros, bebés y adultos. Gergely y su equipo reclutaron a 23 parejas húngaras con hijos de entre 6 y 18 meses que convivían con un perro. Durante las visitas a los hogares, los padres realizaron monólogos dirigidos al perro, al bebé y a su pareja, abordando temáticas como enseñar nuevas palabras, recitar canciones de cuna y decir frases cotidianas.

Las interacciones fueron grabadas en video y analizadas con un software de reconocimiento facial que identificó las expresiones y movimientos musculares. El análisis reveló que las expresiones faciales de los padres eran más intensas y exageradas al interactuar con sus bebés, especialmente al cantar canciones de cuna y decir frases cotidianas, mostrando gestos de felicidad y sorpresa. En contraste, aunque usaron un tono afectuoso similar con los perros, los movimientos faciales eran menos marcados y las expresiones más neutrales.

La investigación de Gergely ofrece importantes reflexiones sobre la comunicación entre humanos y sus mascotas:

• Impacto en la relación humano-perro. Reconocer las diferencias en cómo nos comunicamos con los perros puede fortalecer la conexión con ellos. Usar un tono afectuoso y comprensivo mejora la relación y la convivencia.

• Importancia del lenguaje corporal: La expresión facial es crucial en la comunicación con bebés y perros. Ser conscientes de los gestos y expresiones puede enriquecer la comunicación y fortalecer los lazos emocionales.

• Adaptabilidad cultural: Aunque el estudio se realizó en un contexto cultural específico, sus hallazgos son aplicables en todo el mundo. Reconocer y respetar las diferencias culturales en la comunicación con perros y bebés es fundamental para una mejor convivencia.

Gergely subraya que su investigación es solo el comienzo. Se necesitan más estudios para comprender completamente la complejidad de la comunicación entre especies y sus implicaciones para el bienestar de humanos y animales.