Nacinalismo gallego

El partido matriz del BNG: comunista, patriótico e independentista

El ala dura del nacionalismo gallego refuerza sus convicciones en un Congreso en el que reafirman que la “soberanía de Galicia” es su “objetivo final”

Néstor Rego, durante su intervención en el XVI Congreso de la formación.
Néstor Rego, durante su intervención en el XVI Congreso de la formación. Redes sociales

La Unión do Povo Galego (UPG, Unión del Pueblo Gallego, en castellano) nace en 1964 como “un partido comunista patriótico, porque asume la lucha de liberación nacional, en la perspectiva de la instauración de un Estado gallego democrático y popular, para finalizar con la colonización que padece el país, como paso indispensable para la construcción del socialismo”.

Una meta entrecomillada, porque así figura en el artículo 1 de los Estatutos, punto de partida de los principios ideológicos de un movimiento que, con el paso de los años y del tiempo, se convirtió en la matriz del actual Bloque Nacionalista Gallego, que ha sabido moderar públicamente sus mensajes con el objetivo de ganar electorado, hasta el punto de convertirse en la segunda fuerza política gallega en las pasadas elecciones autonómicas, pero que nunca ha renunciado a esos orígenes.

Hasta el punto de que la actual líder del nacionalismo gallego, Ana Pontón, inició su trayectoria en la UPG, convirtiéndose después no sólo en la primera mujer, sino también en la primera militante de la Unión del Pueblo Gallego que asumió la portavocía del Bloque. Un BNG que, en el fondo, nunca ha dejado de ser un conglomerado de formaciones que gira en torno a esa matriz de la UPG.

Con los años, Pontón comprendió que, al menos en esta Galicia, no se podía hacer carrera con un mensaje fundamentado en el comunismo y la independencia, suavizando un relato que, pese al éxito electoral nacionalista de febrero, no gustó en la UPG, que apenas tres semanas después de esos comicios recordaba el camino a seguir por el BNG: “Continuar dando pasos en la conquista de la hegemonía política en nuestro país en el camino de la soberanía”.

Esta meta, esta aspiración, este objetivo la UPG nunca lo ha ocultado, y lo ha vuelto a exhibir en el transcurso del fin de semana durante la celebración de su XVI Congreso que, bajo el lema “60 años de lucha por la soberanía de Galicia y el socialismo”, ha vuelto a encumbrar al congresista Néstor Rego por cuarta vez consecutiva al frente de la rama más dura del nacionalismo gallego.

"Un partido comunista y patriótico"

El reelegido secretario general de la UPG no dudaba en enaltecer sus convicciones: “Somos un partido comunista y patriótico que lleva décadas luchando por la independencia y el socialismo”. Un discurso pronunciado delante de una militancia entusiasta que no dudó en ovacionar a Rego, uniformado con una de esas prendas que se denominan palestinas, en este caso de color rojo y blanco, que cubría, desde los hombros, parte de la americana oscura.

Quizás un guiño a la propia Palestina y en contra de lo que Rego calificó como “genocidio” de Israel antes reafirmar las tesis de la UPG en un mundo “cada vez más inhumano e injusto” por culpa del “capitalismo depredador”.

De este modo, Galicia, en palabras de Rego, está “cada vez más dependiente, expoliada y empobrecida”. Un panorama en el que la “única salida real es el ejercicio de la soberanía para poder decidir con plena independencia nuestro futuro como pueblo”, tal y como rezan los propios estatutos.

Un futuro que, para Rego, deja ver ya un nacionalismo “cada vez más fuerte y capaz de disputar la hegemonía” al Partido Popular; “paso previo imprescindible” para lograr “la soberanía” de Galicia, el verdadero “objetivo final”.