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Así es Numa Pompilio, el restaurante en el que Monedero cambió el choped por la lasaña de faisán
El precio medio del cubierto ronda los 80 euros
Uno de los restaurantes súper de moda del Grupo El Paragüas, cuyo precio medio ronda los 80 euros y al que acuden los comensales a los que Monedero denomina “cayetanos”, entre ellos Marichalar. Lo invitó un periodista veterano admirado por toda la profesión.
“Qué se creen, que a la gente que lucha por la igualdad le gusta más el choped que el jamón?”. Palabra de Monedero. Aún continúa en el horno su visita al restaurante Numa Pompilio. El ideólogo de Podemos almorzó la semana pasada en uno de los restaurantes del Grupo El Paragüas y lo que no sabemos es si escogió el mediodía para ocupar una de las diez mesas del restaurante pensado que debido al Covid-19 se trata de una franja horaria con menos afluencia de comensales, ya que la mayoría continúa teletrabajando en casa. De ahí buena parte de la ruina de los locales. Cierto es que la buena mesa no entiende de ideologías y es por eso mismo que los cocineros no se mojan al hablar abiertamente de política, pero lo que sí es primordial es ser coherente. El asunto es el siguiente: el podemita acudió al citado restaurante dos días antes de participar en la protesta contra Díaz Ayuso y las medidas de restricción de movilidad que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha para frenar los alarmantes contagios que se están sucediendo en la región pancarta en mano en la que podía leerse: “Basta”. Y, en un twit escribía: “Los irresponsables Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado quieren segregar Madrid. Romper la unidad que siempre ha defendido esta ciudad, crear un apartheid donde los trabajadores se olviden de los derechos. Que vivan para servir a los nuevos señoritos. En Vallecas, con un pueblo harto”. Una pregunta, cuando escribe a los nuevos señoritos, ¿se refiere a los comensales que suelen reservar mesa en Numa Pompilio para disfrutar sus recetas italianas? Por que cierto es que el establecimiento, propiedad de Sandro Silva y Marta Seco, barato no es, ya que el precio medio ronda los 80 euros, y sus asiduos clientes son de un nivel adquisitivo medio-alto.
Está situado en el número 18, en pleno barrio de Salamanca, zona de la capital habitada por cayetanos, como él denomina a los vecinos de la zona.
La imagen ha causado semejante revuelo a causa de la incoherencia de alguien que se ensaña en las redes sociales con comentarios del tipo: “Los pijos en las terrazas sin mascarillas. El pueblo en metro maltratado. Esa es la oferta de Díaz Ayuso” y luego no se priva de comer en uno de los mejores restaurantes italianos de Madrid. Acudió con una de las mayores plumas del periodismo español. Lo cierto es que se trata de un local en el que se come muy bien para ver y dejarse ver y muy de moda desde el mismo día de su inauguración en 2017. Sus mesas las han ocupado numerosos rostros conocidos, desde Jaime de Marichalar a Isabel Preysler y Mario Vargas-Llosa, Carmen Lomana y Omar Montes, que celebró este verano su cumpleaños en él.
Numa Pompilio forma parte del Grupo El Paragüas, en el que trabajan 700 profesionales, junto al restaurante que da nombre al conglomerado, Ten con Ten, Amazónico (Madrid, Dubai y Londres) y Ultramarinos Quintín, Aarde y Origen.
Inspirado en los grandes restaurantes burgueses europeos, Numa Pompilio, en el pre-Covid con lista de espera para cenar un fin de semana, apuesta por la cocina italiana refinada con propuestas que beben del espíritu nómada italiano: “Queremos traer a Madrid la Italia menos conocida con productos de verdadera herencia y elaboraciones tradicionales a las que no estamos tan habituados aquí. Pero no es un restaurante purista, proponemos una carta que ha viajado por todo el mundo. Con platos creados por los italianos que han salido fuera de sus fronteras, que se han nutrido durante generaciones de influencias externas. Nuestro restaurante no es sólo italiano, ¡sino internacional! Un espacio en el que además de disfrutar con la cocina, queremos sorprender, crear sensaciones diferentes, una experiencia global”, explica Silva en la web, que en 2017 se asoció con el holding turco Dogus Group.
Hemos comprobado que Monedero no tiene mal paladar, porque en esta casa se come realmente bien y el establecimiento es precioso. Sí, según entras llama la atención por bonita una cocina abierta, lo mismo que la mesa-obrador de pasta por la que es necesario pasar y no quitar ojo al caminar hacia el comedor y a la terraza interior, un lugar que hasta hace unos meses resultaba maravilloso como escape de un bullicioso Madrid, que ya no lo es. ¿Qué pedir? Lo que no sabemos es lo que disfrutó el podemita, que ha demostrado ser un amante del buen comer. Así, la carta anuncia entrantes como la ensalada panzanella, la de burrata con tomate Ángel, el clásico vitello tonnato y la flor de calabacín en tempura, una de las especialidades de Sandro como también lo es la parmigiana de berenjena. Como platos fuertes, quién sabe si comió la lasaña de faisán. O los tagliolini con alcachofas. O el risotto con colmenillas. O el solomillo de ternera con marsala y trufa negra. No lo sabe ni quien realizó el viernes pasado la imagen, David Pons, fundador de la empresa Tabia Capital Group, una instantánea que ha enfurecido a los fieles comensales de la casa de Sandro, quienes aseguran no volver “sólo de pensar que me puedo encontrar con Monedero. Además, no sé si podré controlarme. Buscaremos uno que no dejen entrar a sin vergüenzas. Una pena que no tengáis derecho de admisión”, escribe una seguidora en la cuenta de Instagram del restaurante.
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