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Lo que Corinna inventa de la Reina Sofía
Las informaciones que da sobre cómo se gestó el enlace de don Juan Carlos y doña Sofía no son ciertas e insiste en descalificar a una Monarca siempre ejemplar
Corinna Larsen fue, durante unos años,la «amiga entrañable», como ella se definió, de don Juan Carlos. Viajaba en aviones oficiales y accedía a determinados contactos con personajes poderosos a través de su relación real. Al menos eso contaba ella en las primeras entrevistas que concedía a medios españoles.
Ahora, se ha convertido para unos, en una especie de vengadora justicieray para otros, en la representación del resentimiento donde todo vale. Por un lado están las verdades objetivas, por otro, las opiniones adornadas y, en tercer lugar, informaciones con puestas en escena poco creíbles. En este apartado podrían colocarse la famosa máquina de contar dinero, que lo mismo estaba en la piscina que en la estancia de tesorería del palacio de la Zarzuela. Imaginar este aparato cambiando de lugar con tanta facilidad como si fuera una maceta resulta hasta jocoso. No hay por qué invalidar todas sus manifestaciones, pero esta resulta tan chusca que convierte la historia en algo tan peculiar como el culebrón Mainat.
La que fuera princesa Sayn-Wittgenstein decidió hace unos meses enchufar el ventilador y lanzar dardos envenenados contra todo lo que se mueve. Ya sea el ex jefe del Estado y su familia casi al completo, los servicios secretos españoles (CNI), los supuestos mercenarios encargados de atemorizarla en Mónaco y así suma y sigue. Lo último es un disparo que atravesó el cristal de su casa de campo en el Reino Unido. Lo que llama la atención, como ha comentado Ana Rosa Quintana en su programa de Telecinco, es si puso denuncias en los países correspondientes donde, según dice, sufrió esos percances. Aunque lo que más interesa en este proceso de «confesiones animadas» es qué ha pasado con los 65 millones que el Rey Emérito le regaló en su día según ella.
Franco no tuvo nada que ver
En este puzzle en que se han convertido las declaraciones de Larsen hay determinadas manifestaciones que no encajan con la realidad histórica. Por ejemplo, la explicación que ofrece sobre cómo se gestó el matrimonio entre la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos. Asegura a los periodistas Manuel Cerdán y Eduardo Inda que fue Franco quien organizó la alianza afectiva. Nada que ver con la realidad. No solo no participó, sino que hasta el último momento don Juan de Borbón no le informó para que no desbaratara la boda. No hay que olvidar que doña Sofía y su familia eran ortodoxos y, por lo tanto, no muy bien vistos por Carmen Polo y, de rebote, por Franco.
Las organizadoras de la boda fueron realmente la Reina Victoria Eugenia y la Reina Federica. Ninguna de las dos sentía ningún aprecio por la familia Franco. Abuela y futura suegra llevaron en secreto las negociaciones una vez que don Juan Carlos y doña Sofía coincidieron en un crucero a bordo del Agamenón, el barco de la familia real griega. Después vinieron otros encuentros en bodas reales y por fin la petición de mano. Hace unos años doña Sofía recordaba a Pilar Urbano: «Me casé muy enamorada, él es el amor de mi vida». Y, efectivamente, durante toda su vida le ha demostrado a su marido una lealtad que ahora Corinna quiere destruir.
El matrimonio de los Reyes no ha sido idílico, pero doña Sofía siempre estará apoyando a su marido, aunque ahora se encuentre en sus horas más bajas. La Reina ha permanecido siempre en su sitio, cumpliendo con su trabajo de una manera ejemplar. «Lo que está haciendo la señora Corinna con sus ataques a la Reina no es de recibo», confirman a LA RAZÓN varias de las asociaciones solidarias con las que colabora. La comisionista ha metido en el circuito de las descalificaciones a doña Sofía, el miembro de la Familia Real más valorado. Presentarla como una mujer fría que conspiraba contra su marido, que admitía las infidelidades porque era conocedora, al igual que de las acusaciones de supuestos comisiones que recibía don Juan Carlos ha sido un golpe bajo. Hija, hermana y madre de rey ha sabido siempre cuál era su papel institucional que se resume en servir a España. Corinna haría bien en dejarla al margen de su guerra contra el Rey.
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