Elecciones catalanas
Francesc de Dalmases, el diputado que susurra a Laura Borràs
Amante de acaparar foco para la causa independentista desde la radio o la televisión, es periodista y ha recorrido junto a la candidata de JxCat el camino hacia la primera línea política
En política, como en la vida, abundan los figurantes en la sombra. Algunos son confidentes, otros, estrategas, y, en algunos casos, más que buenos amigos. A caballo entre la literatura y la historia, personajes como Richelieu con Luis XIII, Rasputin con los Romanov o el conde-duque de Olivares con Felipe IV han pasado a la posteridad. Incluso Pedro Sánchez tiene a su Iván Redondo. Y una aficionada a la estética de la política, como Laura Borràs, candidata de JxCat, no podía ser menos. Entre los diputados catalanes que tomaron posesión del cargo en esta legislatura, Borràs escogió al periodista Francesc de Dalmases. Paseaban juntos, almorzaban juntos e incluso se lo llevó a EE UU con motivo de un viaje para promover la cultura popular. El viaje de Borràs por la primera línea de la política justo empezaba. De diputada a consellera. De consellera a candidata.
Tertuliano y columnista
¿Yquién es Francesc de Dalmases? Este diputado de JxCat es quien acompaña a Borràs a todas partes. O, por lo menos, eso refleja la larga lista de fotografías que comparten ambos por las redes sociales frecuentemente. Número 16 en las listas al Parlament en las pasadas elecciones, es uno de los rostros más frecuentes en los medios de comunicación catalanes, habitual tertuliano y esporádico columnista, amante de acaparar foco para promocionar la causa independentista desde la radio o la televisión.
En la legislatura que recién termina ha destacado por ser uno de los miembros del núcleo duro de JxCat, sin herencias de partido –es independiente– y guardián de las esencias de la república que agita Carles Puigdemont. El año pasado, no obstante, De Dalmases se vio involucrado en una supuesta trama acusada de desviar fondos de la Diputación de Barcelona, entre ellas a fundaciones afines a CDC, un caso que aún sigue pendiente de resolución y por el que De Dalmases no ha sido enviado al TSJC.
Hay una escena que refleja con toda perfección el carácter de Borràs, un personaje encantado de haberse conocido. Fue en octubre de 2018 cuando la por entonces máxima responsable de la cultura catalana publicaba una fotografía tras darle el pésame a los familiares de la poeta Dolors Llorens. Borràs daba a conocer en sus redes sociales que «he sabido por él que uno de los últimos mensajes, me lo hizo llegar, era para mí. Estoy emocionada: que esperaba mis crónicas diarias y me pedía que me cuidara». Todo aquello iba acompañado de una fotografía que Borràs había realizado del ataúd con los restos de Llorens en el tanatorio. La familia de la escritora, lógicamente indignada, le exigió que eliminara la imagen de sus redes sociales, cosa que tuvo que hacer.
Ese querer estar en todas las salsas le ha hecho opinar de todo, aunque eso suponga meterse en charcos. Como cuando con motivo del 80 aniversario de la muerte de Machado, citó mal el último verso del afamado poeta y se enfadó con aquellos que la corrigieron. Ella nunca se equivoca.
Es un buen ejemplo del carácter de una mujer ambiciosaa quien lo único que le importa es su proyección exterior, la construcción de una imagen pública. Ya fuera como directora de la Institució de les Lletres Catalanes, consellera de Cultura o como diputada, a Borràs no le ha importado compartir su vida con los adeptos a su causa.
Es algo que incluso ha extendido a su hija, Marta Botet, a la que ha proyectado como «booktuber», acompañándola mientras era directora de la ILC a compartir conferencias e inauguraciones, todo por el bien del libro y la lectura. Es el caso de un encuentro de jóvenes lectores, realizado el 30 de junio de 2018, con la participación de Borràs y Botet. Lo mismo en la Escola Oficial d’Idiomes de Manresa el 6 de noviembre de 2018. Botet tuvo un espacio de entrevista en «Betevé» y una sección en el digital «El Nacional».
Nueva lideresa
La política también ha hecho muy visible su ambición. Desde que aterrizara en la primera línea, se ha ido haciendo un hueco cada vez más importante en JxCat hasta el punto de amenazar el liderazgo de Carles Puigdemont. De hecho, su paso al frente para liderar la candidatura en las elecciones se ha interpretado como un desafío al ex president y, si venciera el 14-F, podría erigirse en la nueva lideresa del independentismo. Su carisma y popularidad entre el electorado separatista ha conseguido construirle un club de fans, un lugar en el que ella se siente como pez en el agua.
Una estelada en su casa
Desde su entrada en política, también ha sabido construirse un entorno. Al margen del citado Francesc de Dalmases, una figura destaca por encima del resto: Quim Torra, con quien mantiene estrecha relación y tiene en común la afición por la literatura y la cultura catalana. Cabe decir que Borràs ya ha estado cerca de presidir la Generalitat en los últimos meses: su buena relación con Torra la ha situado en las quinielas como hipotética sustituta a su inhabilitación, operación que finalmente no ha terminado nunca de cuajar.
Sin embargo, frente a sus aspiraciones políticas se encuentra la causa investigada en el Supremo acerca de su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre el 2013 y el 2017. En concreto, se investiga a la diputada por la presunta adjudicación irregular a un amigo de 18 contratos por valor de 259.863 euros cuando dirigía la ILC, unos hechos que, según el Supremo, podrían constituir presuntos delitos de prevaricación y malversación, entre otros.
Borràs se autodefine de izquierdas (definición que siempre ha recibido mucha crítica), aunque también ha mostrado su lado más sectario y xenófobo, como están haciendo algunos de sus compañeros de lista electoral en JxCat en las últimas semanas, al firmar el manifiesto Koiné de 1 de abril de 2016 en contra del castellano. Siempre se ha mostrado desacomplejadamente independentista. Un detalle ilustra meridianamente esta condición: vive en el barrio de Sarrià, en una zona tomada por los partidarios de la unidad de España, y el único balcón desde el que ondea una estelada es el de su casa.
Casada con un cirujano
Vive en una de las zonas más caras y «pijas» de Barcelona y procede de una familia acomodada. Su padre, Antoni Borràs, fue un prestigioso médico barcelonés y ella está ahora casada con un cirujano que trabaja en la clínica Corachán. Sus gustos se perciben también en su ropa y estilo, cuestionado por su rival dentro del independentismo, Gabriel Rufián. «Quien diga que esto es una traición al pueblo de Cataluña, lleva desde hace mucho tiempo chaquetas de 1.000 euros, pasea desde hace mucho tiempo bolsos de Michael Kors y cobra desde hace mucho tiempo buenos sueldos públicos», aseguró desde la tribuna del Congreso. Todo el mundo supo que se refería a Borrás y a sus bolsos «maxi» de la marca estadounidense que suele pasear por los pasillos de la Cámara Baja.
De hecho, la declaración de bienes de Laura Borràs fue una de las comidillas en el inicio de la presente legislatura. Aunque la postconvergente declaró haber percibido casi 92.000 euros en 2018 como directora de la Institució de les Lletres Catalanes, al margen del sueldo de su breve paso por el Govern, sorprendió sobremanera uno de los dos coches que atesora: un Jaguar XF que asegura tener desde 2012.
También llama la atención en una persona a la que le gusta contarlo todo que nunca se haya aclarado qué ocurrió en la Universitat Oberta de Catalunya, donde fue profesora. Se sabe que, de la noche a la mañana, dejó de dar clases allí, pero nadie en la citada universidad ha querido aclarar por qué motivo.
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