Realeza
Buckingham rompe su silencio: “Los asuntos se abordarán en privado”
Isabel II responde a los ataques a la familia real durante la polémica entrevista concedida por los duques de Sussex
El Palacio de Buckingham rompió ayer su silencio tras la polémica entrevista de los duques de Sussex donde acusaron a la familia real de racistas y de darles de lado cuando comunicaron las intenciones suicidas de Meghan tras la presión que sintió. Se trata de un escueto texto donde, de manera muy elegante, viene a decir que ellos tienen otra versión de los hechos y que estas cosas deben solucionarse en privado.
«Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de lo desafiantes que han sido los últimos años para Harry y Meghan. Las cuestiones planteadas, en particular la raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia los abordará en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros de la familia muy queridos», matiza el comunicado. Desde el domingo hubo reuniones al más alto nivel para discutir la situación de crisis. Los asesores de la soberana había preparado un texto, pero Isabel II quiso tener tiempo para analizar la situación y no avivar aún más las llamas.
Elogios de EE UU
Lo cierto es que la entrevista es ya un asunto de Estado y ha llegado incluso hasta la Casa Blanca. El presidente estadounidense, Joe Biden, elogió ayer a la pareja por tener el coraje de hablar sobre la salud mental de ella. Así lo ha transmitido su responsable de comunicación, Jen Psaki, quien ha descrito a los duques de Sussex como «ciudadanos privados» que compartieron «su historia y sus propias luchas». La que fuera secretaria de Estado del país, Hillary Clinton, se ha mostrado mucho más directa respaldando a la mujer del príncipe: «Esta joven no estaba dispuesta a mantener la cabeza gacha, ya sabes, esto es 2021». La controvertida pareja se ha convertido ya en los reyes de Hollywood. Sin embargo, las pasiones levantadas en EE.UU., donde han establecido su residencia tras cortar formalmente sus lazos con la familia real, contrastan con las críticas cosechadas en Gran Bretaña. Normalmente, ante otros escándalos, que no han sido pocos, la máxima de Palacio siempre ha sido guardar silencio. El mantra es: «Nunca quejarse, nunca dar explicaciones». Pero en esta ocasión las acusaciones por parte del sexto en la línea de sucesión y su esposa son sumamente graves. Hay rumores incluso de que podrían quedarse sin los títulos de duques de Sussex.
En medio de la gran tormenta, el príncipe Carlos, heredero al trono, estuvo ayer de visita oficial en un centro de vacunación del norte de Londres acompañado de su esposa Camilla. No se pronunciaron respecto a la entrevista. Pero su cara era todo un poema. Tal y como explicó Harry, la relación con su padre no pasa ahora por su mejor momento. Es más, le acusó de no cogerle las llamadas.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, se ha negado también a realizar comentarios hasta ahora. «Siempre he tenido la más alta admiración por la reina y el papel unificador que desempeña», confesó.
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