laSexta
Miguel Bosé: “Consumía casi dos gramos diarios, más el fumar, maría, éxtasis...”
El artista se ha prestado a sentarse con Jordi Évole y concederle la entrevista más buscada
Miguel Bosé se ha sentado este domingo con Jordi Évole en Ciudad de México para hablar de lo divino y de lo humano. Y las primeras confesiones del artista han ido dirigidas a una de sus etapas más oscuras. El momento en el que por un desamor, decide salir de fiesta y prueba alcohol y drogas por primera vez.
Casi al comienzo de la entrevista Bosé ya confiesa que nunca ha sido «muy social», entre otras cosas, porque «he sido salvaje”. Para explicarse mejor relata que tuvo unos años “en los cuales descubrí la parte oscura que todos tenemos”. Cuando el periodista le pregunta si habla de drogas, el cantante explica: “Estoy hablando de todo, drogas, sexo a lo bestia, tabaco, sustancias, hampa...». Confiesa que un desamor le llevó por ese camino y allá por los años 80, “en el 88-89″ quiso salir de fiesta a la una y media de la madrugada y llamó a unos amigos: «Esa noche me tome mi primera copa y me metí mi primera raya, me duró días, y a partir de ahí solo conocí la luna, la noche y la parte oscura de Bosé, de Miguel, que era muy necesaria para equilibrar».
Évole continúa las preguntas por esa línea y quiere saber si consumir creía que le hacía más creativo. “Sí, son ficciones. Las drogas son unos estados que utilizados bien dan mucho conocimiento y te dan puntualmente unas visiones de cosas que son interesantes, revolucionarias incluso”, aclara. Pero también matiza que “cuando pasan a ser un consumo habitual, pierden ese sentido. Digamos que los espíritus que habitan en esas drogas dejan de ser aliados y pasan a ser enemigos”.
Hasta hace siete años
Miguel Bosé reconoce que consumió “a saco” hasta al menos el año 91, pero que un día se despertó y dijo " se acabó. Se acabó la salida, se acabó el trasnochar, se acabaron los antros, se acabó todo”. Aprovecha para decir que lo dejó todo “hace siete años”, porque todo aquello “perdió la gracia” al convertirse en diario. Al preguntarle por la cantidad, Bosé calcula que consumía “casi dos gramos diarios, más el fumar, maría, éxtasis...”.
Narra el artista con orgullo que todo terminó sin síndrome de abstinencia un día “subiendo a un escenario”, cuando su road manager le avisó de que “todo” estaba preparado. Y le explica a Évole que todo está en la cabeza de cada uno y “las fuerzas que a uno le haces tomar estas decisiones tan radicales solo vienen de dentro, nada más”. Sus hijos y la saturación hicieron el resto.
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