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Rocío Flores: “Mamá, a ti no te han arrancado a tus hijos, estamos aquí. ¡Levanta el teléfono!”
Hace un llamamiento en televisión para hablar con su madre, después de intentarlo por teléfono, dos veces, sin éxito. “Ayer la llamé dos veces. Vamos a hablar, mamá, a aclarar las cosas. Estamos sufriendo mi hermano y yo, no podemos más”.
“A ver cómo lo explico-comenzaba Rocío tras el fin de su participación comentando el concurso-. Yo no voy a debatir sobre el documental pero tengo una presión mediática, 24/7, y al final por mi misma decido explicar cómo me siento. Claro que tengo sentimientos y no pocos, precisamente. Quiero explicar, porque se juzga y se prejuzga. Las cosas no son así. Yo conozco a mi madre mejor que nadie y se lo que he vivido en casa de mi madre y mi padre . Se ha dicho que me han criado en una casa con odio. Lo digo ya mirando a cámara, en mi casa no se ha provocado odio a mi madre. Jamás en la vida, no tengo por qué mentir, es la realidad. Me siento mal, estoy destrozada. Creo que esto es muy injusto, estoy sufriendo. No solo yo. Hay otra persona que está sufriendo, es David Flores”.
Tras varias semanas guardando silencio acerca de todo lo relacionado con el documental que protagoniza su madre, Rocío Carrasco, ha decidido explicarse y hacer un llamamiento público. Quiere hablar con su madre y que su hermano David y ella, puedan verla para arreglar las diferencias. Asegura que los dos hermanos están sufriendo mucho y que la presión mediática les está pasando factura a ambos.
Sin poder contener la emoción, Rocío ha hecho un llamamiento público a su madre para arreglar las cosas, después de que ayer, llamara dos veces a su madre para hablar con ello, sin conseguirlo. Mirando a cámara y con los ojos llorosos se ha dirigido a su madre: “Te lo digo a ti mama, lo he intentado de manera privada. Yo me he puesto en contacto con mi madre, después de Supervivientes la llamé y ayer volví a llamar a mi madre, dos veces. Por eso, te lo tengo que decir por televisión, porque no me dejan de otra manera. Mamá a tus hijos no te los ha arrancado nadie, tus hijos están aquí. Habla con nosotros, estamos aquí. Vamos a vernos y a arreglar las cosas. No puedo más, no puedo yo ni tampoco mi hermano David.”
“Levanta el teléfono, llámanos, siéntate con nosotros. Déjanos hablar” es la súplica ha desesperada que ha hecho a su madre. “Habla con nosotros en casa. Siéntate con nosotros, vamos a aclarar las cosas. No quiero más daño. Ya no puedo más, lo digo totalmente de corazón. Basta ya. Es todo muy injusto, las cosas no son así”.
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