Familia
El príncipe Harry se ve las caras con su familia: sin amigos y aislado en Londres
El funeral del duque de Edimburgo supone el reencuentro del príncipe con los suyos tras un año sin verse las caras
El duque de Edimburgo, marido de Isabel II, no quiso involucrarse nunca en las conversaciones del llamado «Megxit». Cuando Harry y Meghan anunciaron su polémica decisión de cortar sus vínculos con la familia real, se creó un auténtico cisma que obligó a la monarca a reunirse con sus asesores para afrontar la crisis. Es más, se celebró lo que la prensa denominó «la cumbre de Sandringham», donde Harry se dio cita con la soberana, su hermano, el príncipe Guillermo, y su padre, el príncipe Carlos. Pero el duque de Edimburgo no quiso implicarse. Tirando de característico humor negro le dijo a la reina: «Pronto yo ya no estaré por aquí». Y así ha sido.
Cuando la familia real se ha despedido hoy del marido de Isabel II, en una íntima ceremonia, todas las miradas estaban pendientes de una sola persona: el príncipe Harry. El funeral supone el reencuentro del hijo menor de Lady Di con los suyos tras más de un año sin verse las caras y tras la sonada entrevista que Harry y Meghan concedieron a la famosa periodista estadounidense Oprah Winfrey donde acusaron a la Casa Real de racistas y de no haberles prestado ayuda cuando expusieron los problemas de salud mental provocados por el estrés que, en el caso de Meghan, le llevó incluso a tener pensamientos suicidas. En definitiva, una auténtica bomba de relojería.
Harry llegó el pasado domingo a Londres. Finalmente no utilizó un jet privado de sus amigos. En otras ocasiones ha sido criticado por el uso de aviones privados mientras defiende la reducción de la huella de carbono global. Su amigo y productor de Hollywood Tyler Perry le prestó su avión para viajar de Vancouver a California en marzo pasado, justo cuando la frontera de Estados Unidos se cerraba debido a las restricciones de covid-19. Por su parte, Oprah usó su jet privado de 50 millones de libras para volar de Hawai a Santa Bárbara para realizar la polémica entrevista.
Al estar en una fase avanzada de su segundo embarazo, Meghan se ha quedado en la mansión de 11 millones de libras que la pareja ha comprado en Los Ángeles (EE UU), donde ha establecido ahora su residencia desde que decidiera cortar sus lazos con la monarquía. Por lo tanto, Harry se enfrentará solo al reencuentro.
Y prueba de que las cosas no pasan precisamente por su mejor momento es que, durante esta semana, ha preferido quedarse alojado con su prima Eugenia de York y el esposo de esta, Jack Brooksbank, en lugar de estar con su hermano, el príncipe Guillermo, o su padre, el príncipe Carlos, heredero al trono.
En un principio, se pensó que Harry pasaría la cuarentena obligatoria que estipula el Gobierno para todos aquellos que llegan al Reino Unido, en Nottingham Cottage, su primera casa conyugal con Meghan, en los terrenos del Palacio de Kensington. Sin embargo, el príncipe ha pasado estos días en Frogmore Cottage.
Se trata de un lugar con historia. Construida en el siglo XIX, la propiedad, que está localizada en Windsor, fue el regalo de bodas que Isabel II hizo a Harry y Meghan por su enlace en 2018. Inicialmente se trataban de cinco casas más pequeñas destinadas al personal de servicio, por lo que la pareja llevó a cabo unas mastodónticas obras de restauración para unirlas en un solo hogar familiar, añadiendo nuevos baños, dormitorios y una gran cocina, además de renovarse chimeneas y escaleras. En total, se gastaron 2,4 millones de libras del erario público. Pero tan solo vivieron en ella unos meses porque en enero de 2020 decidieron poner tierra de por medio cuando cortaron sus vínculos con la familia real para vivir de manera independiente.
La pareja se comprometió a devolver el dinero y en septiembre de ese año, tras firmar un contrato con Netflix –que se dice podría rondar los 150 millones de dólares–, pagó su deuda. La casa quedó vacía, por lo que pasó a manos de la princesa Eugenia de York y su esposo, Jack Brooksbank, que han sido padres recientemente de su primero hijo.
Acercar posturas
Por lo tanto, hoy podría ser la primer vez que Harry vuelve a verse las caras con el resto de la familia. Entre los tabloides –tan odiados por el duque de Sussex– circulan ahora muchas versiones, citando, siempre de manera anónima, a personal cercano a Palacio. Mientras que unos aseguran que el funeral «servirá para acercar posturas entre Harry y su hermano», otros señalan que «las conversaciones familiares ahora serán sobre el fallecimiento del príncipe Felipe, y nada más».
«La Reina ha declarado luto real durante dos semanas, por lo que está bastante claro cuál es el enfoque. Las conversaciones serán privadas, pero la atención se centrará en los asuntos emocionales para recordar al duque como esposo, padre y abuelo», apuntaba una fuente a «The Sun».
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