Legado
Así se valoró y repartió la herencia de Rocío Jurado
Rocío Carrasco fue nombrada heredera universal y heredó cuatro veces más que sus hermanos Gloria Camila y Jose Fernando.
Después de toda una vida de éxitos, Rocío Jurado había conseguido un gran patrimonio que se tasó entonces en 7 millones de euros. Una herencia que no ha dejado de acaparar titulares debido a los problemas que generó su legado y que desgranamos para entender lo que enfrenta al clan Jurado cuando está a punto de estrenarse la segunda parte de su docuserie, que abordará de lleno esta problemática.
Además de innumerables bienes inmobiliarios repartidos entre Madrid, su Chipiona natal y Miami, importantes joyas y su inagotable legado artístico, nueve películas y 27 discos, Rocío Jurado dejó una serie de documentos inéditos y manuscritos. Estos documentos, su legado, y el enfrentamiento de los beneficiados por la generosidad de la Jurado se han convertido en la base del documental que protagoniza su heredera universal, Rocío Carrasco. La explotación de su nombre sigue dando de comer a todos ellos.
La víspera de partir hacia Houston y después de anunciar que padecía cáncer, Rocío Jurado testó en una notaría, nombrando albacea a su abogada y amiga, Ana Iglesias. En este acto se revocaba su testamento anterior en el que, según algunas informaciones, ejercía de albacea y administradora su hermana Gloria Mohedano, una segunda madre para Rociíto.
Rocío Carrasco heredó cuatro veces más que sus hermanos.
Sus polémicas últimas voluntades, redactadas en septiembre de 2004, fueron respetadas por todos los herederos pero abrieron brechas familiares que siguen supurando. En ellas, su única hija biológica se convertía en la máxima beneficiada y heredera universal, en detrimento de su viudo, a quién le negó la cuota viudal, y de los dos hijos que adoptó con él. Así, mientras el tercio de libre disposición recayó en sus hermanos, ahijado y secretario, el de mejora recayó en Rociíto, que heredaba cuatro novenas partes de un legado valorado en más de siete millones de euros.
La gran mansión de la Moraleja, que se vendió en el año 2008, en plena crisis, en 3 millones de euros, constituyó el tercio de la legítima que se repartieron sus tres hijos. La cantante dejó por escrito que debía venderse antes de que se cumplieran los dos años de su muerte para que se repartieran el dinero sus tres hijos. Ortega Cano tuvo que abandonar, dos meses después de la partida de Rocío Jurado, el hogar conyugal y se trasladó a vivir con los dos hijos menores de la pareja a la finca Yerbabuena.
El tercio de mejora permitió que Rocío Carrasco adquiriera, entre otros, el pleno dominio de la finca “El administrador”. La finca, dedicada al cultivo de vid, la compró estando casada con Pedro Carrasco, a quien al separarse, le compró su parte. Tiene 87 aranzadas de tierra, casi cuatrocientos mil metros cuadrados, y su valor en el mercado, a fecha de su muerte, fue de 870 millones de pesetas. Allí, además de producirse el vino Rocio Jurado, la cantante y el boxeador vivieron momentos muy especiales. También le correspondió la totalidad de las propiedades que la Jurado tenía en el extranjero: el apartamento de su madre en Miami y el que compró después, como inversión, con el torero. Ortega Cano tuvo que desprenderse de ella presionado por la hija de Rocío Jurado, que esgrimió los elevados gastos de mantenimiento de esta lujosa propiedad para forzarle a vender. Como heredera universal le correspondió a Rociíto todas las joyas, ropa, muebles, cuadros y derechos correspondientes a su legado artístico como intérprete de 27 discos y 9 películas, que le han generado importantes beneficios desde que falleciera en 2006.
Los Mohedano, beneficiarios principales del tercio de libre disposición.
El tercio de libre disposición recayó en los Mohedano y en Juan de la Rosa, el fiel secretario de La más grande, que falleció seis meses después que su ídolo. A ellos les dejó varias naves industriales que compró en San Sebastián de los Reyes (Madrid), la finca “Los Naranjos”, una gran casa “Mi abuela Rocio” y un dúplex en el que vivía su fiel amigo y secretario Juan de la Rosa. El valor total aproximado de este patrimonio era de 450 millones de pesetas.
Amador Mohedano recibió, a medias con su hermana Gloria, la Finca Los Naranjos y una nave industrial en San Sebastián de los Reyes y otra a su hijo mayor, Fernando, ahijado de Rocío. La finca Los Naranjos, situada a las afueras del pueblo, en la carretera de Rota, tiene once aranzadas de tierra, unos cincuenta mil metros de terreno rústico. Es probable que se convierta en terreno urbano por lo que su valor, tasado en 2009 en cerca de trescientos millones de pesetas, podría revalorizarse muchísimo convirtiéndose en su bien más rentable. Sin embargo, Amador siempre se quejó de la valoración de esta finca, que fue revisado con posterioridad ante su negativa a firmar la adjudicación de la herencia. “Le dio más valor a mi finca que a la de mi sobrina, diez veces más grande y con viñas cuando la mía era de secano”,- dijo Amador- “Mi sobrina, sin contar con nadie, después de la muerte de mi hermana, vende el pozo y nos quita el agua conociendo la situación, que seguro que la conocía por mi tío Manuel Jurado, que era capataz de su finca, el administrador.”
A Gloria Mohedano, casada con José Antonio Rodríguez y madre de tres hijas, le correspondió también la casa familiar “Mi abuela Rocío” situada en la Avenida de Regla, muy cerca del Santuario y el 50% de Los Naranjos. La casa consta de dos apartamentos independientes y tiene unos 450 metros cuadrados. Su valor en el mercado era de unos ciento quince millones de pesetas hace más de una década.
A su fiel amigo y secretario, Juan de la Rosa, también le cedió una vivienda en Chipiona. Un duplex, al que se retiró a vivir en Chipiona cuando enfermó de cáncer, de unos ochenta metros cuadrados, a cien metros de la playa, que estaba a nombre de una sociedad. Esta propiedad se valoró en su día en unos 35 millones de pesetas y le fue entregada en vida de la artista, cuatro años antes de su muerte. Dicen que Juan era de la única persona que se fiaba Rocío y prueba de ello era que él era el único que conocía la clave de la caja fuerte de la mansión de La Moraleja.
Ortega Cano, el gran perjudicado de la herencia.
Ortega Cano y Rocío Jurado tenían separación de bienes y, en ese régimen, compraron conjuntamente un piso en Miami y una ganadería de toros de lidia. El matrimonio compró, en 1997, la ganadería de los hermanos Guardiola Domínguez a la que luego unió otras reses de procedencia Domecq. Además, la cantante invirtió bastante dinero en mejoras en la Finca Yerbabuena, propiedad del torero con anterioridad al matrimonio. Allí, además de sellar su amor, pasaban largas temporadas y se casó Rocío con Antonio David Flores. Aunque al ser su viudo le hubiera correspondido el usufructo de un tercio de sus bienes, Rocío sólo le dejó la ganadería de toros bravos con una media de 180 nacimientos anuales. Un negocio poco rentable que, por suerte, acabaría vendiendo a una millonaria peruana.
Aún así, el torero fue agradecido y respetuoso con sus últimas voluntades, según se desprende de sus declaraciones a Inés Ballester en TVE poco después de la muerte de Rocío Jurado: “Yo no conocía el testamento, ni nadie. Yo no hablé nunca con Rocío de eso, no sabía ni que había ese testamento, yo me negaba totalmente a hablarlo con ella. Yo creo que Rocío habrá tenido sus motivos para decidir poner en venta la casa en al que vivíamos, yo respeto muchísimo su decisión , su voluntad, para mí lo ha hecho perfecto y lo ha hecho pensándolo mucho y muy consciente y acertadamente. Lo ha hecho perfectamente, por mi parte lo veo bien y por parte de los demás también. Ha acertado de pleno y ha sido grande como lo ha sido toda su vida en todas las cosas que ha hecho”.
A su muerte, el diestro varió las zonas privadas de vivienda y la plaza de tientas, para levantar unas instalaciones orientadas a la hostelería que se convirtieron en un museo en el que evocar a la cantante fallecida y que dirigía Gloria Mohedano junto a su marido. La finca de 800 hectáreas que fue comprada por 1,8 millones de euros en 1991 a Espartaco fue vendida en 2013 a Percy Torres. La millonaria pagó por la Dehesa, la yeguada y la ganadería de toros de lidia, según trascendió a la prensa, 5,4 millones de euros.
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