Crónica
La Cartuja despliega su esplendor para los Reyes y sus hijas
La primera imagen de la Familia Real durante sus vacaciones en Mallorca tuvo a la localidad de Valldemossa como escenario
Era la imagen más esperada del verano en Mallorca y no defraudó. Y no lo hizo porque el escenario escogido para la que de manera oficial es la primera fotografía de toda la familia reunida en la isla, estuvo a la altura del momento. Valldemossa no es un municipio cualquiera del archipiélago balear; es historia, es paisaje, es cultura y es tradición. Súmenle a todo ello La Cartuja, palacio del rey Sancho, construido en 1309 por orden de Jaime II y hoy declarado bien de interés cultural y patrimonio histórico y el resultado solo podía ser brillante.
Los Reyes y sus hijas llegaban pasados unos minutos de las siete y media de la tarde a los jardines de La Cartuja donde dedicaron unos minutos a conversar con los redactores, antes de buscar un lugar apropiado para las fotografías, bajo unos arcos florales. «¿Cómo estáis? ¿Qué tal lleváis este calor?», preguntó la Reina a una periodista que se abanicaba insistentemente. El Rey, a su lado, afirmaba que el bochorno se hacía más llevadero estos días. Tras saludar a las autoridades, omnipresentes en todos los actos que hasta ahora han tenido lugar en la isla, llegó el momento de la visita oficial. Pero todos los focos estaban dirigidos a ellas; la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía se sabían protagonistas, pues era la primera vez que se las veía en la isla desde que comenzaran sus vacaciones públicas. Habían llegado a Mallorca en vuelo regular y con algo de retraso el pasado domingo y no regresarán a Madrid previsiblemente hasta el 10 de agosto, día en el que se les perderá la pista, pues llega el tiempo de esas vacaciones privadas que tanto busca la Reina Letizia. Esa semana sin focos en las que disfrutar en familia antes de que la Princesa Leonor regrese a Gales para proseguir con sus estudios del bachillerato internacional.
Muy pendientes de sus hijas
Leonor y su hermana, muy cómplices y algo tímidas, lucieron vestidos muy veraniegos y de corte ibicenco. La Princesa de Asturias, con una pieza de color blanco de Sfera y unas cuñas de su madre; la Infanta Sofía, mismo estilo pero en tono rosa pastel. Felipe, con camisa guayabera en color azul y Letizia, que estrenó una falda exclusiva con diseño ikat del mallorquín Pablo Erroz, estuvieron muy pendientes de sus hijas. Juntos, intercambiaron en todo momento comentarios y recorrieron los primeros metros que les separaban del palacio señalando aquello que les llamaba la atención y otorgando a los fotógrafos algunas de las composiciones más bonitas de la tarde. La terraza con vistas a la Serra de Tramuntana y la iglesia con frescos de Bayeu, el cuñado de Goya, fueron la mejor escenografía. Tras ese paseo por el exterior de las instalaciones, llegó el momento de acceder al interior de la Cartuja, donde recorrieron el largo corredor con arcos blancos que conduce a diferentes celdas que los monjes cartujos habitaron durante 400 años; la antigua farmacia que todavía contiene anscentrales utensilios y medicinas y la famosa visita a la celda número 4, la que habitaron Chopin y la escritora George Sand entre 1938 y 1939. El piano Pleyel, que el compositor hizo llegar desde París y donde terminó sus famosos Preludios, preside la estancia.
Casi una hora después, los monarcas y sus hijas volvieron a la calle principal para pasear por las calles empedradas, salpicadas de pequeños negocios locales y con gran expectación turística. Saludos a los comerciantes de la zona, algún que otro intercambio de palabras y vuelta al coche destino Marivent. Al cierre de esta edición se desconocía si Leonor y Sofía acudirían al concierto que Rosalía tenía previsto ofrecer en Palma, aunque el rumor cobró fuerza en las últimas horas.
En el recuerdo de Felipe VI
Es evidente que los Reyes mantienen un idilio con la Serra de la Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural en 2011, pues en los últimos años han escogido municipios y lugares emblemáticos en torno a esta cadena montañosa para sus apariciones oficiales. Desde La Granja, en Esporles, a la finca Son Marroig, en Deià, pasando el pasado año por el Monasterio de Lluc, en Escorca, donde el propio Rey recordaba que había disfrutado con sus amigos de algunas acampadas de verano cuando era un niño. La Cartuja en Valldemossa tampoco le es un escenario ajeno. En el recinto, los marqueses de Isasi -Jaime Carvajal y Urquijo e Isabel Hoyos y Martínez de Irujo- poseen una vivienda que durante muchos estíos era frecuentada por los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, las Infantas Cristina y Elena y el propio Felipe. Este vínculo con la familia Carvajal se remonta a los años en los que Jaime Carvajal y el por entonces príncipe de España, Juan Carlos, estudiaron juntos en Las Jarillas (Madrid) y Miramar (San Sebastián). La relación se hizo tan estrecha que incluso Felipe y una de las hijas del matrimonio, Victoria Carvajal, llegaron a ser novios, pues coincidieron estudiando en el Santa María de los Rosales y forjaron su relación durante los meses de vacaciones en la isla. «Lo suyo fue un noviazgo de jóvenes, tenían 17 años… pero ya hace mucho tiempo de aquello», llegó a declarar la madre de Victoria, sobrina del primer marido de la duquesa de Alba, cuando se le preguntaba por aquella relación.
La agenda oficial de la Familia Real continúa esta semana con diversos actos. Esta mañana, Felipe VI recibirá al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el palacio de La Almudaina para mantener el tradicional despacho veraniego. El jueves, Marivent abrirá sus puertas a la sociedad civil de las islas en el cóctel que ofrecen los Reyes y el sábado, Felipe VI presidirá la entrega de premios de la 40 edición de la Copa del Rey Mapfre de Vela. Está previsto que el 9 de agosto haya un nuevo encuentro formal con los medios de toda la familia a modo de despedida de su estancia insular.
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