Camilla Parker llora una inesperada muerte que amarga su Navidad

Cuando llega la Navidad las emociones se enrarecen, embriagadas por el ambiente festivo. Todo invita a celebrar, aunque las ausencias hacen que sea complicado lucir siempre una sonrisa en el rostro. Más si la pérdida es reciente, como así le ha sucedido ahora a la reina Camilla, quien se enfrenta a la inesperada muerte de uno de sus amigos más íntimos. Se trata de Harry Fane, que ha perdido la vida a los 70 años y quien atesoraba también una estrecha relación con su hermano Mark. Su duelo le impedirá disfrutar de sus preciadas navidades tal y como lo había organizado y es que el dolor ahora mismo es mayúsculo entre los suyos.

La amistad de Camilla con Harry Fane era estrecha, aunque él también se hizo indispensable para su hermano. Y es que además de íntimos amigos eran socios en algunas de las iniciativas empresariales en las que se embarcó antes de triunfar como uno de los joyeros más prestigiosos y respetados de Londres. De hecho, era muy querido por la familia de la esposa del rey Carlos III de Inglaterra, hasta el punto de considerarle uno de sus hombres de mayor confianza y depositario de los secretos de la familia, como así reconoció incluso el hijo de Camilla, Tom Parker Bowles. Ahora el clan llora su pérdida y hacen piña con su viuda, Teresa Forsyth-Forrest, así como con sus dos hijos, Shopie Jane y Sam.

Harry Fane hizo fortuna en el mundo de la joyería desde que comenzase a destacar en la casa de subastas Sotherby’s. Tal y como destacan desde el portal ‘Look’, se le consideraba el mayor experto en piezas de Cartier, hasta el punto de asegurarse que él sabía más de la firma de joyería que la propia compañía. Pero él quiso montar la suya propia, en asociación con el hermano de Camilla Parker. Fue en 1978 cuando levantó la empresa Obsidian, que aún continúa cosechando fortuna.

Camilla Parker tendrá que hacer frente a esta pérdida en la finca de Sandringham, en Norfolk, donde tenía prevista pasar la Navidad con su marido, el rey Carlos III de Inglaterra, así como su propia familia. Y es que el monarca quiso invitar a la mesa en las grandes citas navideñas también a los allegados de su esposa, que se juntarán con los propios miembros de los Windsor. Y es que desea que todos formen una familia unida, aunque en estos planes no se incluyen a su propio hijo, el príncipe Harry, y su mujer, Meghan Markle, que desde hace unos años han dejado de ser bienvenidos a los planes celebrados a puerta cerrada.