Lalla Salma, la primera princesa real de Marruecos por matrimonio con Mohamed VI, rompió con su divorcio, en 2018, las reglas y tradiciones de doce siglos. Desde entonces, su invisibilidad ha desatado todo tipo de informaciones, a cuál más desatinada: rehén de su exmarido, huida, secuestrada… Cualquier especulación daría contenido de sobra para alimentar un relato de "Las mil y una noches", con aquel rey de la lejana Persia, llamado Shahriar, que, después traicionado por su esposa, decidió que cada noche desposaría a una doncella para, a la mañana siguiente, hacerla ejecutar.

Nada más lejos. La "princesa fantasma" -así ha sido apodada Lalla Salma- fue vista, por ejemplo, el verano pasado en la isla griega de Mykonos con su familia disfrutando de unas vacaciones. Se rompía así el bulo de un supuesto encierro por parte del rey Mohamed VI, el hijo mayor de Hassan II y su segunda esposa Lalla Latifa Hammou. Su imagen sonriente en la playa, con el cabello rizado todavía mojado por el baño en el mar y envuelta en una toalla de baño, disipaba muchos rumores.

Un matrimonio moderno

El rey, poseedor de doce palacios, 600 coches de lujo y uno de los yates de vela más lujosos del mundo, se casó con Lalla Salma el 21 de marzo de 2002, en Rabat. Del matrimonio nacieron el príncipe heredero Moulay Hassan, (2003) y la princesa Lalla Khadija (2007). En 2018 la pareja real concretó su divorcio, anunciado oficialmente 16 meses después a través de un comunicado conjunto.

Lalla Salma fue la primera mujer de un rey que introdujo en Marruecos la función de primera dama. Tras su divorcio, perdió su papel público e institucional, pero ha seguido muy presente en la vida y en la educación de sus hijos. Según publicó Atenas Magazine, posee una villa en la isla de Kea, también conocida como Tzia, en el archipiélago de las Cícladas. Rodeada por un inmenso jardín, la vivienda tiene siete habitaciones, spa subterráneo y piscina, entre otras comodidades.

Aun así, sus apariciones son contadísimas. En 2022, el semanario marroquí "Assahifa" informó que había celebrado su 44 cumpleaños en una finca real de Rabat, "donde vive casi permanentemente" con su hija. El dato contradecía la idea que la princesa seguía residiendo en de Dar Essalam, el mismo edificio en el que se instaló tras su boda con Mohammed VI, en 2002.

El gran interrogante que persiste es si la princesa vive en una prisión dorada. El periodista Ignacio Cembrero, especialista en Marruecos, explicó en una entrevista ofrecida a "Point de Vue" en abril de 2024 que su estilo de vida sugiere un “control” casi permanente de Mohammed VI sobre ella. "Durante un tiempo, apenas recibía llamadas, e intentaron que abandonara la casa donde vivía desde su matrimonio, antes de finalmente permitirle quedarse. Pero sus idas y venidas están controladas y necesita pedir permiso si quiere ir a algún sitio", relató.

Lalla Salma, nacida Salma Bennani, se graduó en 2000 en la Escuela Nacional Superior de Informática y Análisis de Sistemas (Ensias) de Rabat. Su compromiso fue una auténtica sorpresa para el pueblo. Aunque proviene de la burguesía de Fez, no poseía ningún título aristocrático. Además, la tradición dicta que el jefe de Estado debe casarse con una mujer de una tribu bereber de Bled es-Siba, para fortalecer los lazos entre el gobierno y la provincia marroquí. Esta ruptura se recibió como un signo de modernidad.