Ernesto de Hannover protagoniza un nuevo altercado con la prensa y saca su peor cara ante las cámaras

El próximo 26 de febrero Ernesto de Hannover cumple 70 años. Feliz y enamorado desde hace tres años de Claudia Stilianopoulos, hija de la aristócrata Pitita Ridruejo, el príncipe se ha afincado en Madrid para vivir cerca de su pareja, en la que ha encontrado un refugio de paz y equilibro. Pero lo cierto es que, a pesar de esta serenidad, el primer marido de Carolina de Mónaco, en puntuales ocasiones, saca a relucir su mal carácter con la prensa y, en esta última ocasión, se ha vuelto a encarar con unos reporteros que solo querían felicitarle su próxima vuelta al sol.

Después de meses sin protagonizar ningún altercado, Ernesto de Hannover ha protagonizado de nuevo un encontronazo en mitad de una calle de Madrid. El príncipe y Claudia Stilianopoulos se encontraban paseando por la ciudad cuando fueron interceptados por la prensa. Muy alterado, al ser preguntado por su cumpleaños, reaccionó de la peor manera posible. "Fuck off", gritó Ernesto de Hannover, muy alterado por la situación. Tras su inesperada reacción, la prensa decidió dejarle en paz.

Es bien sabido por todos que el primer marido de Carolina de Mónaco siempre ha sido conocido por su mal carácter y sus recurrentes altercados públicos. Cabe recordar que en 2022 fue expulsado del hotel en el que estaba hospedado en Madrid tras protagonizar una pelea con uno de los trabajadores del alojamiento, del mismo modo que le ocurrió en el aeropuerto de Ibiza, que no dudó en encararse con un empleado que iba en silla de ruedas.

Aún así, lo cierto es que Ernesto de Hannover está a punto de alcanzar los 70 años en su momento vital más relajado. Y esta serenidad se la aporta su pareja, Claudia Stilianopoulos. Según desvelaron fuentes cercanas del príncipe a LA RAZÓN hace unos días, "ni cierra ya los bares, ni hace tantos excesos", aunque continúa disfrutando de sobremesas interminables en el restaurante Richelieu de Madrid, uno de sus lugares favoritos de la capital. Así hablan de él sus acompañantes en estas veladas de tardeo: "Es teatral y exagerado, sobre todo si siente presión, pero un magnífico conversador, educado, amable y alegre. Nada que ver con la imagen que se describe de él".