Incertidumbre
Mette-Marit: un (raro) adiós intermitente
La princesa noruega ha reaparecido después de haber anunciado que se retiraba
Malos tiempos para la Casa Real noruega. La polémica detención de Marius Borg Høiby –el hijo que la princesa Mette-Marit tuvo con el delincuente convicto Morten Borg– acusado de agresión sexual a su pareja, a principios de agosto, y a otras dos mujeres, unido a la preocupación por el estado de salud de la propia princesa han puesto en jaque a la Corona del país nórdico.
El pasado viernes 11 de octubre, la Casa Real emitía un comunicado oficial informando sobre el estado de salud de la princesa heredera. «Su Alteza Real la princesa heredera Mette-Marit ha reanudado el tratamiento de su enfermedad pulmonar crónica», señalaba el citado comunicado informando además de que la esposa de Haakon de Noruega se veía obligada regularmente a suspender sus compromisos oficiales por tiempo indefinido.
«Experiencias anteriores han demostrado que la medicación puede provocar efectos secundarios que pueden tener consecuencias para el programa oficial de la princesa heredera», detallaba cautelosa la Casa Real.
Se ve que la salida será a cuentagotas, con tantas idas y venidas como su enfermedad, porque el pasado15 de octubre, pudimos ver a la princesa presidiendo la audiencia por la visita del jefe de Estado de Finlandia. Eso sí, de riguroso negro y muy simpática ante las cámaras con Suznne-Ines Stub, la radiante primera dama finesa. La prensa internacional ha calificado esta salida pública de la princesa como «digna». La revista «Tatler» resalta: «La princesa parecía ajena al anuncio que se había hecho sobre su retirada pública porsu enfermedad y transmitía serenidad, a pesar de los acontecimientos que rodean a su hijo». Su última aparición había sido el 7 de octubre, durante su visita al Consejo Noruego de Salud Mental.
Todo parecen intentos para retomar la pérdida de popularidad que la princesa ha sufrido desde que se viera salpicada por los problemas delictivos de su primogénito, que incluye relaciones con sicarios, tráfico de droga o fiestas en la residencia oficial de los príncipes a las que acudían personas con antecedentes penales. Incluso la princesa heredera, Ingrid Alexandra, se ha visto perjudicada por el «caso Marius», con el que está muy unida, al aumentarse su periodo de formación militar tres años más. El objetivo: evitar que su hermanastro sea una mala influencia. La princesa Ingrid será además quien asuma el papel más visible de la Corona acompañando a su padre, el príncipe heredero Haakon, en los actos oficiales. Un paso, por otro lado, lógico como futura representante de la monarquía noruega.
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