Entrevista
Pánico en Windsor: Sarah Ferguson podría llorar sus penas a Oprah Winfrey en televisión
La exduquesa podría estar barajando opciones muy tentadoras, pero incluso a sus asesores les preocupa que, dado su carácter impulsivo, no sea capaz de medir sus palabras
Han pasado 15 años desde aquella entrevista con Oprah Winfrey, después de que Sarah Ferguson fuese grabada por "News of the World" en la habitación de un hotel de Los Ángeles aceptando 500.000 dólares a cambio de que su interlocutor, un reportero encubierto, accediera a su exmarido, el entonces príncipe Andrés. Las imágenes habían circulado por todo el mundo, pero Oprah, acostumbrada a hurgar en los pecados ajenos, quiso que las viese en directo.
Autocompasión
Agotada, Sarah dijo que se sentía desesperada, idiota, estúpida, ingenua, excéntrica. "Lo siento por ella, Dios la bendiga. Lo siento mucho", dijo en tercera persona. Luego vino la autocompasión: "Desde muy joven sufrí de autodesprecio y maltrato crónico. Intenté ser perfecta durante 25 años o incluso más, intenté hacerlo todo bien y la pequeña Sarah se perdió en el camino".
Caído en desgracia Andrés de Mountbatten-Windsor y despojados los dos de sus títulos y de cualquier otro privilegio, Sarah atraviesa ahora su peor crisis reputacional. Las organizaciones benéficas con las que colaboraba le han retirado su confianza y tanto los medios de comunicación como las editoriales han renunciado a seguir trabajando con ella. Necesita resurgir de sus cenizas y hay suficientes motivos para pensar que no descartará su aparición estelar en alguna televisión. De hecho, hay rumores de que estaría barajando ya varias opciones muy tentadoras en alguna cadena estadounidense.
La sombra tentadora de Oprah
Toma fuerza la posibilidad de que la elegida para purgar sus penas sea de nuevo Oprah Winfrey. Por otra parte, es también la más temida en la Familia Real británica desde la entrevista en la que Meghan Markle y el príncipe Harry lanzaron graves acusaciones contra los Windsor, como racismo y falta de apoyo. Aquella emisión, en 2021, generó una crisis sin precedentes.
Según la prensa británica, la exduquesa se encuentra "al borde de un colapso nervioso". Podría haber también algunos medios del Golfo Pérsico o incluso del Reino Unido interesados en escucharla a cambio de sumas de seis cifras.
A pesar de la tentación, teniendo en cuenta la desastrosa entrevista de Andrew Mountbatten-Windsor en 2019, la maniobra podría ser muy arriesgada y contraproducente en un momento vital si quiere salvar su imagen. A sus asesores les preocupa que, dado su carácter impulsivo, no sea capaz de medir sus palabras y pierda el control de la conversación, aunque admiten que tiene derecho a contar su verdad. Pero el riesgo mayor sería para el Palacio de Buckingham por si sus revelaciones vuelven a sacudir sus cimientos.