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Golpe a su reputación

El príncipe Harry, en el ojo del huracán: Chad rompe con la ONG African Parks en medio de acusaciones de fraude y mala gestión

El Gobierno del país africano pone fin "con efecto inmediato" al acuerdo con la organización benéfica de la que el duque de Sussex es miembro de la junta directiva desde 2017

El príncipe Harry en los Juegos Invictus de 2025 Gtres

El compromiso del príncipe Harry con la conservación africana atraviesa su momento más turbulento. El Gobierno de Chad ha anunciado la ruptura "con efecto inmediato" del acuerdo con African Parks, la influyente organización medioambiental de la que el hijo menor de Carlos III forma parte desde 2017 -primero como presidente y, desde 2023, como miembro de su junta directiva-. La noticia, difundida por varios medios británicos como The Times y BBC, marca un nuevo golpe a la reputación internacional del duque de Sussex, que vuelve a quedar asociado a una polémica de dimensiones diplomáticas.

Según el Ministerio de Medio Ambiente de Chad, African Parks ha mostrado una "actitud arrogante, grosera e irrespetuosa" hacia las autoridades locales. En un extenso comunicado oficial, el Gobierno acusa a la ONG de "graves incumplimientos de contrato e irregularidades financieras", incluyendo la gestión de "cuentas no auditadas, desvíos de fondos a paraísos fiscales" -concretamente la isla de Man- y la recaudación ilegal de ingresos turísticos. Además, Chad denuncia que la organización transfirió capitales al extranjero "en flagrante violación de la normativa bancaria y fiscal nacional", una acusación que pone en entredicho la transparencia de una de las ONG más prestigiosas del continente.

African Parks, fundada en el año 2000 y respaldada por filántropos como Howard Buffett, Bill Ackman y la Fundación Rob Walton, gestiona actualmente 24 áreas protegidas en 13 países africanos. Su modelo, alabado durante años por equilibrar conservación y desarrollo sostenible, parece ahora fracturarse bajo la lupa de la controversia. Las autoridades chadianas sostienen que la ONG priorizó el turismo sobre la preservación, restringió el acceso de la población local a zonas naturales y no invirtió en equipo esencial para los guardabosques, lo que habría contribuido al repunte de la caza furtiva en los parques nacionales de Zakouma y Ennedi, ambos bajo su gestión.

Mensaje conciliador

En respuesta, African Parks ha emitido un comunicado conciliador, asegurando haber "iniciado conversaciones con el ministerio para comprender la posición del Gobierno y explorar la mejor manera de avanzar". La organización defiende los progresos logrados en los últimos 15 años en materia de conservación y desarrollo comunitario, y promete mantener informados a sus socios mientras "se obtiene mayor claridad" sobre la situación.

El príncipe Harry, en LondresJonathan BradyPA Wire/dpa

Sin embargo, esta crisis llega en un momento particularmente delicado para el príncipe Harry. La ONG ya estaba "bajo escrutinio por un escándalo previo en la República del Congo", donde una investigación independiente reveló "abusos cometidos por empleados contra comunidades indígenas": agresiones, violaciones y torturas que African Parks reconoció parcialmente, negándose después a publicar el informe completo. La decisión alimentó acusaciones de secretismo e impunidad, y dañó gravemente su credibilidad internacional.

La implicación de Harry en la organización era uno de los últimos vínculos activos con el continente donde forjó parte de su identidad filantrópica. Tras su renuncia a la presidencia de Sentebale, la fundación que cofundó en Lesoto, el duque parecía mantener en African Parks su anclaje más sólido con África. Pero la sucesión de polémicas -desde la acusación de "acoso e intimidación" por parte de la presidenta del consejo de Sentebale, Sophie Chandauka, hasta este nuevo golpe institucional- dibuja un panorama incierto para el nieto de Isabel II.

Mientras Chad pone fin a un contrato valorado en millones de dólares y la reputación de African Parks se tambalea, la figura del príncipe Enrique vuelve a situarse en un incómodo punto medio: entre el compromiso humanitario y la controversia mediática. En un continente que fue testigo de sus años más transformadores, el duque de Sussex enfrenta ahora uno de los capítulos más difíciles de su vida pública.