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El secreto que esconde la corona del príncipe Carlos de Inglaterra

El hijo de Isabel II fue coronado como príncipe de Gales hace 50 años y ahora, el hombre que fabricó la corona para el acto, desvela la curiosa historia de su fabricación

Cuando en 1969 la reina Isabel II colocaba en la cabeza de Carlos de Inglaterra una corona para declararle príncipe de Gales, no sabían que en el centro de ella había una pelota de ping-pong bañada en oro. Y puede que no lo hayan sabido hasta ahora que David Mason, el hombre que la fabricó, lo ha confesado al "Daily mail". La diseñó el orfebre Louis Osman y, a petición del hijo de la reina de Inglaterra, realizó un diseño ovalado que no escondiese pelo y orejas, que diera la sensación de "joven moderno"y, sobre todo, que no fuera muy lujosa, ya que en aquellos tiempos la economía no estaba en su mejor momento. De hecho, hubo una propuesta que fue rechazada "por ser demasiado ostentosa", según revela el fabricante a la publicación citada. Ante esta petición, Mason recibió el encargo del orfebre cuatro meses antes de la investidura del príncipe Carlos y entonces supo que debía hacerla a contrarreloj.

Hubo una primera versión, sin pelota de plástico, que se trabajó a partir de una base de madera y utilizando una técnica entonces revolucionaria: la electroformación. Para ello, debía cubrir dicha base con cera y una capa de plata para posteriormente dejar un acabado sólido en oro. Este proceso les permitía replicar hasta el más mínimo detalle utilizando la menor cantidad de oro posible. Tenía sus ventajas, pero también sus inconvenientes: el tiempo. Cuando Mason consiguió realizar la corona a la perfección, poco tiempo del acto de investidura, surgió un desastre: según "Daily mail", la corona era tan suave que cuando fue golpeada con un sello, se desintegró. Ante esto, vuelta al principio.

Al poco tiempo que tenía se le sumó el uso de una técnica nueva y el deber hacerlo como una esfera perfecta, y Mason explicó que "reflexioné sobre cómo diablos hacerlo". Entonces fue cuando surgió su gran idea: "estaba viendo un partido de ping-pong en televisión y de repente lo vi: voy a electroformar una pelota de tenis de mesa", explicó a la publicación británica. Y funcionó, la corona a la que algunos llamaron "impostora"llegó justo a tiempo para la investidura del príncipe Carlos y ha guardado este secreto hasta ahora.