Entrevista
Luis Mottola: “Ser actor a veces es extenuante, pero me regala muchísima felicidad personal que intento reinvertir en solidaridad”
Después de estar centrado durante muchos años en la televisión y el cine, el actor español de origen argentino es un habitual de los escenarios españoles que también colabora con la campaña #MovimientoANAR
Luis Mottola, actor, presentador y también formador en habilidades para empresas, es un curtido profesional que, desde hace más de veinte años, se asoma a las pantallas y a los escenarios españoles para desplegar su gran talento y su personalidad magnética y soñadora. Su larga experiencia en paralelo como docente y formador de personas con capacidades diferentes es, junto a su experiencia artística, otro de sus recursos para su dedicación solidaria y de protección de la infancia.
Hablamos con Luis sobre su último proyecto, la reciente gira teatral de “Llévame hasta el cielo”, sobre su próxima película en inglés pendiente de estreno “Jack” y sobre su dedicación a iniciativas que aportan valor a la sociedad.
Enhorabuena Luis por tu magnifica carrera profesional. Actor, presentador, deportista, familiar, padre, hijo, coach, formador, profesional, responsable, admirador de Dalí, amante de la cocina y aficionado a cocinar, soñador, viajero, solidario, analógico… ¿te reconoces en estas definiciones que suelen decir sobre ti?
Vaya, nunca las había escuchado así, ¡todas juntas! Sí, éste soy yo, Luis. Primero, padre; después, hijo, y, después, actor y una mezcla equilibrada de todo lo demás. Me ha dado risa lo de analógico. Es verdad, soy muy poco digital. Es necesario para mi profesión, pero tengo un equipo que me ayuda con todo eso. Me gusta mantener en privado mi vida personal y familiar y estoy muy pegado a la tierra, a mi gente, a mis caminatas, a mi deporte, a mis momentos familiares. Tampoco tengo mucho tiempo para dedicarle a lo digital.
Pegado a la tierra, como dices, pero tu última función, producida por Lolita Flores, se titula “Llévame hasta el Cielo”. La función terminó el día 26 de septiembre en Palma de Mallorca.
Puede parecer una contradicción, pero esta función, disfrazada de cuento de hadas, es un retrato de realidades muy duras, aunque contadas desde la magia. Todo comienza por el poder de una mariposa, pequeña y frágil pero capaz de provocar huracanes si aletea lo suficiente. El cielo es la metáfora de que siempre hay una posibilidad más aquí abajo. Este texto me fascinó no solo desde lo teatral sino, sobre todo, por su valentía para mostrar un desprecio público muy necesario, que comparto absolutamente, por estigmas como la violencia y el abuso que sufren muchas mujeres y sus hijos, la falta de libertad relativa al género, la presión de las creencias sociales o las relaciones tóxicas. Es una función que llama a las cosas por su nombre y las pone sobre el escenario en tono de comedia, pero con un respeto absoluto por quienes sufren esa pérdida de libertades e intentando sacar los colores a los que tienen herramientas para solucionarlo para que lo hagan. Es una función liberadora.
Ésta es la tercera ocasión en la que compartes escenario con Lolita. ¿De dónde viene esa tradición?
Sí, es la tercera gira que hacemos juntos. Todo empezó en la época de “El internado”, allá por 2008-2010, en la que trabajé con Elena Furiase. Ella tuvo también algún cameo en la serie. Después, seguimos coincidiendo en eventos de la profesión, que, al final, es donde nos vamos conociendo todos. Un día, un director (Alejandro Marcos) nos hizo coincidir como protagonistas de un thriller cortometraje, “Carne”. De ahí, surgió la idea de una función, “Prefiero que seamos amigos”. Después, tras un paréntesis con otros proyectos, volvimos a coincidir entre el elenco de “La fuerza del cariño”. Cuando llegó la pandemia, Lolita se embarcó como empresaria en su productora Lerele y me llamó para grabar una película sobre “Llévame hasta el cielo” que, después, se convirtió también en una función de teatro y en una gira de más de un año que acaba de concluir. Tras todo este ciclo, mis proyectos van ahora por otro camino, pero quién sabe si volveremos a coincidir en el futuro. Lo cierto es que ha sido un privilegio trabajar con una de las actrices más importantes de España. Ha sido una compañera fantástica y una experiencia profesional única.
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Con qué actores y directores te gustaría trabajar en próximos proyectos?
Acabo de terminar esta gira de teatro y tengo pendiente de estreno una película que grabé en Londres durante los confinamientos del año pasado. Tuve que confinarme diez días en un hotel londinense y terminé subiéndome por las paredes de impaciencia, pero mereció la pena porque trabajé con un grupo maravilloso de profesionales jóvenes que me llenó de vida. Hay mucho talento joven que me renueva y me ayuda a seguir aprendiendo porque, en esta profesión, es importante no dejar de nutrirse. Pero sigo fascinado por el talento maduro español, es un tesoro. Hay actrices como Maribel Verdú, Penélope Cruz, Natalia Millán o Cayetana Guillén-Cuervo o Ana Belén que son increíbles y que enriquecen cualquier proyecto porque son esencia artística pura y se llevan las producciones de calle. Actores como Antonio Banderas, José Coronado, Roberto Álamo o Luis Tossar están demostrando que los actores españoles están a un nivel nunca antes visto. De directores como Pedro Almodóvar o Isabel Coixet o Amenábar o Álex de la Iglesia qué te voy a decir, que están dejando, cada uno en su rubro, historias visuales y personajes inolvidables de los que se hablará en las enciclopedias de cine clásico de dentro de muchas décadas. Están creando ahora la historia del cine español que se estudiará en el futuro. Claro que me encantaría trabajar con todos ellos. España está en un momento artístico increíble.
¿Y algún papel en especial que no has hecho y te gustaría hacer?
Me encantaría hacer en teatro un gran clásico del Siglo de Oro. Y un gran proyecto de repertorio, un Tennessee Williams, un Tranvía o un Dulce pájaro de juventud o, bueno, en realidad, cualquier Tennessee Williams. Y alguna gran comedia romántica en cine. Y presentar algún concurso o algún magazine en televisión. Tengo ganas de volver a la televisión. Y protagonizar una serie como agente secreto. Disfruté mucho con Alias de J.J. Abrams hace años y con las películas de Bond y de Misión Imposible y de Bourne. Bueno, con el personaje de Bourne tengo una anécdota profesional divertida. Hace años fiché para participar en El ultimatum de Bourne, que dirigía Paul Greengrass. Me pusieron en la Castellana de Madrid un camerino móvil que era más grande que mi casa, con todo tipo de comodidades y artilugios. Grabé mis escenas. Meses después, mi trama quedó fuera del corte final que llegó a los cines. Así que estuve muy cerca de poder ser un espía conspirador y aventurero, pero se terminó desvaneciendo. Quizá surja una nueva oportunidad pronto de ser un agente, un villano, un mercenario o un ladrón de guante blanco en una serie de televisión española fantástica como las que hoy triunfan en los canales digitales. En fin, que me encanta soñar. Ya sabes, dicen que soy soñador.
Quizás por eso eres admirador de Dalí y de su arte onírico. ¿Qué te atrae de su forma de ver el mundo, de su forma de plasmarlo en obras de arte? ¿Tienes en casa alguna pieza suya?
Sí, me fascina contemplar el mundo de Dalí, tan líquido, tan irreal, tan extraño. Todo es asimétrico, sin patrones. Cuando miras un cuadro suyo, da la sensación de que es un espejo y que, del otro lado, hay un mundo que es reflejo del nuestro pero que, a la vez, es completamente distinto. Y esos mundos solo se pueden soñar. Pero no, en las paredes de mi casa solo hay dibujos de mis hijos. Soy muy espartano y no tengo demasiado apego a las cosas. Tener pocas cosas me hace sentirme muy libre y sin peso que cargar. Así que el arte prefiero disfrutarlo en los museos. Mi patrimonio es mi terraza: abrimos las puertas en mayo y no las cerramos hasta noviembre. Allí disfruto de mis plantas, de mi parrilla, de mis amigos en sobremesas interminables. Y también desde allí miro las estrellas con mis hijos y saludamos al abuelo.
Poca gente conoce tu otro perfil, el de deportista, docente y formador. Además, de ahí viene tu dedicación más social y de enfoque solidario.
Mientras empezaba a hacer mis primeros trabajos en la tele y en el teatro en Argentina, ya estudiaba mi licenciatura en INEF y me especialicé en intervención social a través del deporte. Por las noches, hacía “La tempestad” en el teatro y, por el día, trabajaba como educador y formador para jóvenes y grupos de diversidad funcional. En aquella época, aprendí todo sobre la pequeñez del ser humano y, sobre todo, sobre la mía. Y, desde entonces, nunca he dejado de estar comprometido, sobre todo, con la protección de la infancia, pero, en realidad, de todo lo que tenga que ver con la dignidad de las personas. Todos tenemos que aportar valor a la sociedad en la que vivimos. En España, he colaborado siempre que me lo han pedido con fundaciones y organizaciones que se dedican a restaurar la dignidad a las personas y a asegurar la protección de los niños y de los viejitos. También me gustaría poder colaborar de algún modo con la protección del medioambiente. Es un tema que me preocupa y que hablo mucho con mis hijos. Creo que ya no son suficientes los programas de formación en colegios porque, cuando las nuevas generaciones lleguen a su etapa adulta, quizás ya no queden bosques sin quemar que puedan cuidar ni masas marinas con peces vivos porque el plástico lo habrá contaminado todo. El medioambiente es un tema realmente urgente. Quizás habría que endurecer las penas para las infracciones que agreden el medioambiente y abordar grandes campañas de concienciación de otro modo, más contundente y más universal. Ojalá tuviera una fórmula mágica para compartirla.
Ahora colaboras con la Fundación ANAR en la campaña #MovimientoANAR.
Por supuesto que colaboro con la Fundación ANAR. El abuso sexual es absolutamente repugnante y despreciable. Todo lo que se pueda hacer para destruirlo y hacerlo desparecer es poco. Antes que padre, he sido hijo. En mi familia, se ha vivido siempre con amor, respeto y cuidado en ambas direcciones. Recuerdo cuando, para escabullirme de algo, le decía a mi madre “mamá, que me tengo que ir a hacer La Tempestad en un teatro de Corrientes” y ella me contestaba “pues me alegro mucho, pero ahora pon la mesa que tu familia va a comer”. Luego, venía a ver la función y se moría de orgullo y me aplastaba a abrazos y a besos. Me han enseñado a cuidar, a querer, a proteger, a respetar y a aportar. Ahora soy padre y no soy capaz de imaginar cómo puede haber alguien que no cuide a un niño, que no lo proteja, que no lo llene de afecto y de mimos, que no le dé su vida. No me entra en la cabeza porque yo moriría por mis hijos. Aparte de los proyectos para televisión, cine o teatro que empiecen a surgir, tengo entre manos una idea en la que estamos trabajando con la Fundación ANAR y que, espero, se podrá materializar en un proyecto conjunto muy pronto.
Has colaborado también en otros proyectos solidarios y sociales que tienen un significado especial para ti.
En 2019 tuve el privilegio de presentar en Cope Sureste un formato de radio que ha sido innovador y que, de hecho, fue premiado por la Fundación Inocente. Era un contenedor semanal en formato magazine, que yo presentaba acompañado de un grupo de colaboradores con diversidad funcional. Siempre entrevistábamos a un personaje popular y eran ellos mismos los que preparaban sus entrevistas, su documentación, sus escaletas, sus columnas de opinión. Por el programa pasaron Miguel Poveda, Lolita Flores, Carlos Latre, Chenoa, José Mota, Almudena Cid, Joan Manuel Serrat, José Coronado, Silvia Abril, Vicente del Bosque, Los Morancos, Anne Igartiburu y muchos otros y me siento muy orgulloso de que mi equipo de colaboradores demostrara que eran perfectamente capaces de hacerlo todo y que la diversidad funcional es solo una circunstancia y que, a pesar de que suele ir acompañada de dificultades, la integración no solo es posible sino también necesaria, reparadora, real, valiosa y socialmente exigible porque es imprescindible para respetar y cuidar la dignidad de las personas.
Durante el confinamiento, te pudimos ver en Youtube con un programa casero de cocina muy divertido, en el que compartías tus recetas de cocina de confinamiento mientras cantabas, jugabas y contabas anécdotas. Además, trabajabas con un equipo muy especial… ¿Te ves en Masterchef Celebrity cocinando y haciendo reír con tus chascarrillos?
Sí, me encanta cocinar. En casa, las tareas se reparten y a mí me toca la cocina. Me pongo mi radio (analógica, como puedes ver en los vídeos), me cuelgo el trapo en el cinturón, me sirvo una copita de Somontano (Enate, si puede ser, que me encanta) y me paso un rato conmigo mismo, disfrutando del proceso o inventando cómo combinar lo que tengo por las alacenas para hacer algo rico. En el programa de Youtube, mi equipo de dirección, realización, producción y acompañamiento son mis hijos. Fueron muchos días y muchas horas entre cuatro paredes pero, afortunadamente, en mi casa nunca faltan los planes, se pueda salir o no. Si no podemos ir juntos a comprar fruta y ver todos los colores del mercado, pues armamos un programa de cocina para el confinamiento y tan bien. ¿Masterchef? Claro que me encantaría. Jamás he cocinado con hidrógeno ni con todas esas técnicas modernas, pero me encantaría aprenderlas. Y si es con risas, mucho mejor. Es un formato estupendo, familiar y divertido.
Hablando de televisión, te hemos visto en HBO presentado series documentales de entretenimiento de temática deportiva.
Sí, he presentado tres series documentales (Destino Sudáfrica, Destino Brasil y Destino Rusia) coincidiendo con los Mundiales de 2010, 2014 y 2018 y otra serie centrada en la liga española de futbol, La liga en acción. Es un tipo de trabajo que me encanta porque, además, son de temática deportiva y los disfruto el doble. Esta faceta como presentador de programas y galas es apasionante y tengo la intención de volver a retomarla, no solo para proyectos de entretenimiento en televisión sino también para eventos de empresas, clubes deportivos o galas artísticas.
El deporte está siempre presente en tu vida.
Sí, el deporte y el cuidado personal. Es esencial. Me hace sentirme bien y lleno de energía y quiero mantenerme cuidado para poder entregar siempre lo mejor. No solo por imagen sino, sobre todo, por honestidad. Quiero que se vea lo que hay, al natural, sin artificios, pero siempre en el mejor estado posible. Entreno todos los días del año salvo fuerza mayor. No me salto el gimnasio por nada. Además, procuro cuidarme bien la piel para paliar lo más posible el efecto de focos y maquillajes. Es raro de explicar, pero, al final de un día de trabajo, termino sintiendo la piel como cansada. Utilizo lociones de Massumeh Cosmetics para recuperar la sensación de descanso y de piel fresca. Además, suelo acercarme al centro de Massumeh en Madrid de vez en cuando para hacerme algún tratamiento algo más intensivo, sobre todo cuando estoy en gira y me veo obligado a cambiar mis rutinas de cuidado personal durante demasiados días.
En ese cuidado personal, también incluyes la alimentación.
En casa comemos sano. Sin complicaciones. Mucho vegetal en preparaciones simples pero muy ricas. Mucha fruta. Nada de fritura, siempre cocina al horno. Una carne a la parrilla de vez en cuando. Pescado fresco un par de veces a la semana. Carnes magras a la plancha. Algo de arroces y patata, algo de pasta. Con este plan, también podemos permitirnos de vez en cuando una pizza o, incluso, alguna hamburguesa calórica de esas tan conocidas… pero son extras muy ocasionales. En general, intentamos comer sano, hacer ejercicio, disfrutar del aire libre, compartir con nuestra gente. Un estilo de vida sencillo, sano, familiar. Es lo que me gusta.
¿Tienes algún plato favorito?
Lo que tengo es un problema y es que me gusta todo. La cuchara me encanta y, cuando viajo en gira, procuro disfrutar de la cocina tradicional de cada lugar. La brasa también y no solo en carne, también en pescado y marisco. No me atrevo a elegir solo un plato porque no acertaría.
¿Te gusta la alta cocina? ¿Cuáles son tus chefs preferidos?
Reconozco que en casa de Arzak disfruté muchísimo. El producto español es de una calidad impresionante, pero, en las manos adecuadas, se convierten en platos de gloria bendita. ¡Se me hace la boca agua de recordarlo! También me gustan mucho Diverxo y Streetxo. Es otra experiencia, muy particular, muy centrada en la kinestesia sensorial de olfato, gusto y tacto en la boca y dentro de la ambientación adecuada. Siempre pungente, con sorpresa. Tengo ganas también de conocer el Abac de Jordi Cruz. Es el siguiente en la lista. Y el Aponiente de Ángel León en El Puerto de Santa María, creo que será una sorpresa impresionante de sabores.
¿Qué opinan tus hijos de que su padre sea un personaje conocido? ¿Les gusta ver tus trabajos? ¿Qué te dicen cuando te ven en la tele? ¿Cuál es su trabajo favorito?
Ahora que son algo más mayores intento que vengan al teatro a verme, aunque no terminen de entender todo lo que ocurre en escena. Pero quiero que entiendan lo que hago y que vean que el esfuerzo de entrenamiento, estudio, preparación, ensayos, entrega y horas robadas al sueño tiene un resultado y es ése, el momento de subirse al escenario o ponerse ante una cámara, hacer un trabajo excelente y, solo entonces, que el público te lo recompense con un aplauso. Cuando eran pequeños y aparecía mi personaje, por ejemplo, en El Internado, me saludaban a la pantalla y decían con una sonrisa “¡Hola, papá!”. Hoy, con 9 y 11 años, yo creo que se quedan con la película Es por tu bien, y, en especial, con la escena del puñetazo. Se parten de risa.
¿Y el tuyo?
¡Menuda pregunta! Déjame pensar. Creo que El internado y Negocis de familia en televisión. Todavía hoy me paran por la calle para hacerse fotos con “el padre de Paula”. Y, con Negocis, en la Comunidad Valenciana fue una locura. Los autobuses paseaban mi cara por toda la ciudad y la serie ha sido repuesta muchas veces en toda la comunidad. La gente me saluda por la playa como si me conociera de toda la vida. Es estupendo tanto cariño del público. En teatro, me cuesta elegir porque he hecho personajes increíbles -me encantó hacer el Garrett de “La fuerza del cariño”- pero creo que me voy a quedar con mi última función, “Llévame hasta el cielo”. En teatro, lo último es siempre lo mejor porque vas sumando y enriqueciéndolo cada día. Pero, seguramente, mi momento más memorable está aún por llegar.
¿Cuándo descubriste tu vocación? ¿Cómo supiste que querías ser actor?
No tengo un recuerdo muy claro sobre algún momento o alguna circunstancia en especial. Solo sé que, desde que tengo recuerdos, mi padre me llevaba todos los sábados al programa doble en el cine. Lo de ser actor fue algo que sentía, sin poder explicar mucho más de cómo o por qué. Simplemente, surgió. No sé decirte mucho más.
Cuéntanos algo de tus gustos personales. Música, lectura, cine y televisión, tiempo libre…
Un poco de todo. Escucho mucha música. Soy bastante ecléctico, aunque tiendo un poco a lo oldie. Mucho jazz y latin jazz, música negra, 50s y 60s, algo de clásica, algo de los grandes de los 80 y 90, Sinatra, Etta James, boleros, música italiana de siempre… La música siempre está puesta. También leo mucho. Siempre ando con algo de teatro y lo voy mezclando, sobre todo, con novela. En las giras, aprovecho para evadirme un poco más con la ficción. Ahora tengo entre manos El error de Clara Ulman, un tecnothriller de Cristina Higueras, que además es compañera y amiga, del que estoy disfrutando mucho. Por las noches, siempre me guardo un rato para ver algo en tele. En los últimos tiempos, me han fascinado Dark, El reino y alguna otra. Ahora, estoy enganchado con Ana Tramel: El juego, con Maribel Verdú. Impresionante. Y, en tiempo libre, ya te he dicho: aire libre. Vamos mucho al campo en familia, hacemos mucha naturaleza, muchas actividades con amigos al aire libre.
¿Tienes algún lujo, algún vicio, algún capricho inconfesable?
Un capricho inconfesable: ninguno. ¡Creo que puedo confesarlos todos! Mi capricho es viajar y mis lujos y mis vicios son sencillos: soy de tener pocas cosas, pero si de disfrutar de buenos momentos, así que me inclino por un buen jamón, un buen queso, un buen vino... Si lo pones todo junto, lo que me gusta es viajar, conocer lugares y culturas y disfrutar de nuevos sabores y experiencias sorprendentes.
Pero, ya sea por placer o por trabajo, ¿qué es lo que no falta nunca en tu maleta?
Pues unos zapatos cómodos de repuesto, soy de caminar muchísimo; una crema de Massumeh para seguir teniendo la piel descansada y en forma; protector solar, por si acaso: tengo que cuidar la piel de la cara para no pasarme de sol, tengo tendencia a tostarme demasiado. Y mi móvil cargado de música, pelis o series, libros, cámara de fotos y de vídeo…
¿Y cuál es tu país favorito?
Pues he viajado mucho por placer y por trabajo, pero, si tengo que elegir, me quedo con dos: España, que es donde vivo, porque me encanta y disfruto muchísimo de todo lo que tenemos; y Turquía, porque es tan distinto pero tan fascinante, todo es sorprendente, grandioso, lleno de colores y sonidos tan diferentes.
Tras haber llegado hasta aquí, ¿hay algo que cambiarías si pudieras retroceder en el tiempo?
Qué curioso que me hagas esta pregunta. Mi último personaje en teatro, Marcelo en “Llévame hasta el Cielo”, viaja hacia atrás en el tiempo y queda en el aire si ha optado por cambiar sus elecciones de vida o volver a repetir de nuevo su misma historia. Seguramente, claro que corregiría algunas cosas y errores, pero, en general, creo que viviría todo igual. Estoy viviendo una vida preciosa y no creo que quisiera renunciar a ella, después de haber llegado hasta aquí. Lo bueno sería, al volver al pasado, que podría vivirla dos veces.
Para terminar, defínete con una palabra.
Con tres: tesón, constancia y disfrutar de la vida.
Luis, gracias por tu tiempo. Me ha encantado entrevistarte. Que sigan todos tus maravillosos y merecidos éxitos.
Nasrin Zhiyan es cofundadora de Massumeh
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