Entrevista

Philippe Valère: «Olivia llevaba fatal que hablasen mal de ella»

Olivia Valère era la reina de la noche marbellí y él una especie de rey consorte que caminó a su lado

Olivia Valere y Ana Obregón
Olivia Valere y Ana Obregónamparo de la gama

La bajada de Olivia Valère, junto a su marido Philippe, por la escalinata de la mítica discoteca marbellí que lleva su nombre fue siempre puro espectáculo. Atractivos, glamurosos y respetados, formaron durante casi 50 años una de las parejas más carismáticas de la noche marbellí. Pero lo realmente espectacular ocurría cuando acababa la fiesta. Sin estridencias y sin el cóctel embriagador de luces y ruidos, Olivia y Philippe se permitían un baile suave y contemplar las estrellas.

Olivia Valere y Joaquín Cortés
Olivia Valere y Joaquín Cortéslarazon

Ella era la reina de la noche marbellí y él una especie de rey consorte que siempre caminó a su lado y de la mano. Recién fallecida Olivia, a causa de un cáncer de estómago, Philippe Valère recibe a LA RAZÓN desde su casa próxima a Guadalmina (Marbella). Allí se encuentra ahora rodeado de vegetación y arropado por sus hijos y nietos. Se distrae jugando al ajedrez y al tenis, pero lo que realmente ocupan sus horas son los recuerdos de una vida de ensueño. Trata de recolocarlos sin dejar por un instante de agradecer la vida compartida. Y cada frase la acompaña con una cualidad de su esposa: «bellísima», «simpatiquísima»… De ella diría una retahíla de cosas y todas en superlativo, pero la emoción le impide hablar.

Burial of Olivia Valere in Marbella 10 June 2022
Burial of Olivia Valere in Marbella 10 June 2022KMJGTRES

La pérdida le toca con intensidad el corazón, pero le sienta bien rememorar y enseguida continúa evocando momentos. «El lema de Olivia era ‘’la vie est belle’'. No le gustaría verme tiste». Con marcado acento francés, cuenta cómo fue su primer encuentro: «Nos conocimos en los Campos Elíseos de París, en 1973. Olivia estaba de compras y yo acababa de llegar de la India. Nos bastó un cruce de miradas». Las pasiones de la juventud y los íntimos bailes al son de lentas melodías hicieron el resto. «Me encanta bailar, a ella no tanto, y a veces estallaba en celos al verme salir a la pista. Cuando la veía remover su mano en la cubitera, sabía que uno de los cubitos de hielo iba destinado a estamparse sobre mi cabeza. Por suerte, aprendí a esquivarlo», explica con simpatía.

Olivia Valère en Marbella en 2020
Olivia Valère en Marbella en 2020KMJGTRES

Philippe se deshace en elogios hacia ella: «Era la perfecta anfitriona, una mujer dulce y muy carismática». También ella repetía en las entrevistas que este reputado abogado parisino fue el amor de su vida. «Mi gran y único amor». Ambos crearon un código de manos que les permitía comunicarse sin decir palabras y conocido solo por unos pocos. Y dice que en estos pequeños detalles estaba la clave de un amor a punto de celebrar sus bodas de oro cuando la muerte le sorprendió en París.

Con la misma emoción, Philippe revive el romance con Marbella. «Llegamos a la Costa del Sol a principios de 1983 invitados por la cantante Kimera, que celebraba su cumpleaños. En París nevaba y hacía frío. Nos asombró la luz reluciente y el clima tan agradable de Andalucía. Solo unos meses después, Olivia vendió su exitosa discoteca parisina Apocalipsis para abrir una en el hotel Gray D´Albion, en Puerto Banús. siguiendo una fórmula similar». En tiempo récord –72 días– levantó también la gran discoteca Olivia Valère Club por la que pasaron estrellas de la talla de Elizabeth Taylor, Julio Iglesias o Prince. Inaugurada en 2000, todavía hoy es un referente. «Era infatigable y fue abriendo restaurantes de diferentes estilos y otros negocios», recalca su viudo.

Jaime de Mora y Aragón con Olivia Valere
Jaime de Mora y Aragón con Olivia ValereTiempo

Habla con nostalgia de aquellos años, cuando Marbella era una fiesta sin fin y nacieron iconos como Gunilla von Bismarck y su inseparable Luis Ortiz, Jaime de Mora o Alfonso de Hohenlohe, el príncipe alemán que transformó un modesto pueblo pesquero en la médula europea del lujo que sedujo a aristócratas europeos, jeques árabes y millonarios rusos. «La época dorada pasó y Olivia, siempre luchadora, supo adaptarse a las nuevas necesidades. Poco a poco, parece que hay un resurgir que se advierte en los restaurantes, en el estilo de vida de la gente o en su correcta manera de vestir», dice.

Tanto su hijo Xavier como Karen y Arnaud, los otros dos hijos que tuvo Olivia en su primer matrimonio, se están volcando con Philippe y con la gestión de los negocios. «Para mí son todos mis hijos».