Polémica
Íñigo Onieva, el «villano» de España
El círculo familiar de Íñigo considera muy injusto el machaque
Menudo festival se ha organizado con el hombre quemado, que así es como se siente ahora Íñigo Onieva. Desde que a finales de agosto se fuera de fiesta con amigos al famoso desierto de Nevada a ver el espectáculo de «The Burning Man», (por cierto, no apto para todos los bolsillos ni para todos los públicos), el fuego le ha alcanzado de lleno.
El círculo familiar de Íñigo también se encuentra en una situación difícil, ya que consideran que no es justo el «machaque que le están dedicando a Íñigo». Ha metido la pata pero tampoco ha asesinado a nadie.
También comentan que «ahora va a resultar que ha estado con tres mil mujeres, como el que hubiera podido ser su ‘tío-suegro’, el gran Julio Iglesias». Y no, yo no lo creo, aunque siempre habrá alguna que se apunte al minuto de gloria. Y desde luego Tamy es buena creyente y actúa en consecuencia, ya lo ha perdonado.
Y si me permiten, le diría que muchos de sus amigos y de sus amigas deberían serlo más, no hacer leña del árbol caído, porque ya se sabe que la envidia es muy mala, y en vez de alegrarnos por las alegrías ajenas disfrutamos muchas veces más de las desgracias. Porque vamos, ¿por qué le están tratando como si también hubiera contribuido a matar a Manolete? Porque a alguna del círculo de Tamara no le hacía mucha gracia que hubiera encontrado un chico tan guapo, tan joven y simpático. Porque sí señoras y señores, Íñigo es muy simpático y eso es lo que había conquistado a Tamara, que se lo pasaba muy rebién en su compañía. Se me ocurren muchas cosas buenas que hacer con una pareja, pero una de las mejores, sin duda, es reírse con ella a carcajadas. Y Tamara e Íñigo lo hacían.
Que te pongan los «cuernos» duele, pero es que ejerciendo de abogadilla diré que el ambiente de ese festival, en el que yo he estado hace años, por cierto, es como el de todos, mucha bebida, mucha risa, mucho desfase, y mucho de todo. ¿Le exime? No del todo, pero sí un poco. Si ven el famoso vídeo verán que el momento dura como decía Tamy «un nanosegundo en el metaverso», como si hubieran sido seis segundos en nuestro mundo certero. ¿Es malo? Sí, pero no tanto. Lo que hizo mal fue no confesar desde el principio, porque era una tontería propia de la juventud y del momento, pero quizás no hubiese tenido más consecuencias que una bronca en privado.
Conozco a muchas parejas que, tras una deslealtad, y mucho peores, han reforzado su relación. No dejes que el rencor de muchos apague la pureza de tu corazón y ponte al mundo por montera y si te importa, digan lo que digan, no lo dejes escapar. Que las noches otoñales son muy melancólicas.
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