El diario de Amilibia: “El milagro del pan y los peces, según Sánchez”

En su celebrado retorno, la periodista Ana Rosa Quintana le envió a Él un mensaje directo: «Es milagroso que en plena crisis gaste más que nunca». Ay, Ana Rosa, mujer de poca fe, ¿no has percibido aún que Él tiene superpoderes y que puede obrar prodigios que dejarían patidifuso al Mago Pop y al mismísimo Houdini si resucitara? ¿No ves en el resplandor de su faz y en su luminosa sonrisa a un ser superior, que diría Butragueño, capaz de sobrevivir a todas las crisis e incluso a las ventosidades atómicas de Vladímir Putin, si se produjeran?

Un héroe vencedor de filomenas, pandemias y volcanes, de la inflación y del gran capital, que sobrevive al «ménage à trois» con separatistas catalanes y vascos, a la Mesa de Diálogo con esa alegría de la huerta que es Pere Aragonès y a las leyes de Irene Montero, es capaz de cualquier cosa, Ana Rosa.

Recuérdese el milagro del pan y los peces. Jesús, con los cinco panes y dos peces que bendijo, dio de comer a la multitud de 4.000 personas que le siguió hasta las orillas del mar de Galilea. Y aún sobró comida que se llevaron en 12 canastas, porque entonces no había táperes. Con este milagro quiso fortalecer la fe en Él de sus discípulos y seguidores. Bueno, pues lo mismo hace Él (Pedro, no Jesús) con los Presupuestos: repartir entre sus seguidores y discípulos la mayor parte de la pasta gansa para dejar las raspas a la oposición. Así fortalece la fe de sus fans.

Y es de esperar, Ana Rosa, que en 2023 crezcan sus milagros: quizá convierta el agua en Vega Sicilia, devuelva la vista a los ciegos, resucite a los muertos y sane a los endemoniados.