Éxito

La nueva “onda” de Paz Padilla y su hija Anna Ferrer

Madre e hija presentan su primera colección de bisutería de su firma No Ni Ná, «Descubriendo Zahara»

Como dos niñas con zapatos nuevos, Paz Padilla y su hija, Anna Ferrer, nos reciben en su casa de Villaviciosa de Odón para compartir el primer brindis de estas pascuas y presentar su nueva colección de bisutería de No Ni Ná. Nada más pisar el jardín del bonito chalet de la presentadora, nos recibe un buzón de Papá Noel; renos, bolas gigantes, luces decorativas, muérdagos y pinos navideños adornan el camino de entrada al hogar de Padilla, en el que preside una majestuosa mesa, más propia del 25 de diciembre, que ella misma se ha encargado de confeccionar para la ocasión.

De fondo, villancicos clásicos ambientando un día nuboso que ya casi sabe a las navidades de antaño, las precovid, las de las comilonas hasta anochecer, zambomba, pandereta y turrón de Jijona al calor de la chimenea. Unos días especiales que ambas celebrarán junto a su familia en Cádiz, a excepción del Día de Reyes, y como ya es un clásico, la presentadora asegura que este año también tiene pensado montar un fiesta de esas que quedan para el recuerdo. Y es que, pese a la ausencia de su madre Lola y su marido, Antonio -ambos fallecidos en 2020- a los que recuerda «todos los días», Paz nos vuelve a dar una lección de vida: hay que celebrar el presente. Un espíritu navideño que la presentadora se ha encargado de inculcar a su hija año tras año, es por ello que me atrevo a decir que Paz Padilla es (casi) la Mariah Carey española. Entiéndame.

Actriz y joyera

En este caso, la humorista «ni canta ni baila» -que diría la gran Lola Flores- pero derrocha un talento en todo aquello que se proponga, del que muy pocos pueden presumir. Su polémica salida de «Sálvame», el pasado mes de marzo, parece que solo le ha traído alegrías. Reconoce que está «muy feliz» y, con tan solo estas dos palabras y una gran sonrisa, hace oídos sordos a las críticas que recibió este martes por parte de sus ex compañeros tras regresar a Mediaset para grabar un piloto de un programa del que, por el momento, no puede desvelar detalles.

Desvinculándose de su pasado, Padilla deja claro que está «en otra onda», no hay más que ver su situación actual: la película «A todo tren 2» es número uno en cines, acaba de rodar «La reina del convento», «El humor de mi vida» es un éxito rotundo... y, ahora, además, se lanza al mercado de la joyería creando la primera línea de bisutería de su firma No Ni Ná, con la que homenajean a su querida Zahara de los Atunes (Cádiz) recreando la «orejita de mar» en cada pieza, el opérculo que se encuentra en sus playas y que simboliza la protección, salud y fortuna. Una colección con la que ven más cerca su sueño de abrir tienda física en Madrid, mientras recorren el país al volante de su ya famoso puesto sobre ruedas, «la nonineta», como llaman cariñosamente a su furgoneta escaparate de sus creaciones.

Paz Padilla y su hija Anna Ferrer nos abren las puertas de su casa
Paz Padilla y su hija Anna Ferrer nos abren las puertas de su casaCortesía

Afortunadas y felices

Precisamente fortuna es la palabra que acompaña a la pareja, madre e hija, la cual celebran con palmas, bailes y una botella de Moet, en un improvisado corrillo en el sofá del salón en el que comparten confidencias, reconociendo sentirse más cómodas que nunca con la prensa.

Y es que, Anna Ferrer confiesa que este 2022 ha sido un año de cambios -rompió en abril con su pareja Iván Martín tras tres años de relación- , «un año de conocerme a mi misma». Algo por lo que también se siente afortunada, es por eso que la influencer le pide al 2023 «que todo siga como está» sentimental y profesionalmente porque, como bien dice su madre, «cuando tú das amor, recibes amor».